La USAL establecerá cuarentenas y cerrará facultades y laboratorios si surgen brotes

Conseguir que la actividad docente del próximo curso académico 2020-2021 se caracterice en todo momento por una presencialidad segura es el gran desafío que se ha marcado en su inminente horizonte el equipo rectoral de la Universidad deSalamanca. Para materializar este encomiable objetivo, las autoridades académicas han articulado desde el Vicerrectorado de Ciencias de la Salud, Gestión de la Calidad y Política Académica el denominado Protocolo de Actuación Covid-19, que dará cobertura a toda la comunidad universitaria y será extensible a todos los campus. Los proyectos principales que conforman el plan de acción del mismo son, por un lado, Diancusal, cuyo objetivo es determinar la incidencia de la infección por coronavirus entre el profesorado, el personal de administración y servicios y los estudiantes, mediante una encuesta clínico-epidemiológica y la determinación de anticuerpos anti-covid-19 mediante serología y, por otro lado, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Covid-19 (SiViUsal), que hará posible que la identificación, manejo y seguimiento de los posibles casos que puedan aparecer en diferentes entornos durante el proceso de normalización de la actividad universitaria se lleve a cabo con la máxima celeridad y eficacia.

El Protocolo de Actuación Covid-19, auspiciado por el equipo rectoral que lidera Ricardo Rivero y que fue aprobado por los miembros el Consejo de Gobierno en su sesión del pasado 30 de julio, estipula en uno de sus apartados que «las personas de la comunidad universitaria que presenten síntomas compatibles con covid-19 o estén en aislamiento domiciliario debido a un diagnóstico por covid-19 o que se encuentren en periodo de cuarentena domiciliaria por haber tenido contacto estrecho con alguna persona infectada, no deberán acudir al centro de estudio o investigación».

El protocolo señala en otro de sus pasajes, en el caso de un hipotético brote contagioso, que «se valorará la necesidad y la decisión de un cierre eventual de los espacios docentes implicados que, en función de la extensión del brote, podrá abarcar a laboratorios, seminarios, aulas o centros de la Universidad de Salamanca». Además, el protocolo establece que los alumnos siempre realizarán sus actividades docentes con «el mismo grupo de clase, teórica o práctica, en el que hayan sido incluidos al inicio del curso 2020-21, acudiendo en todo momento al aula asignada a dicho grupo, en las fechas y horarios establecidos en la programación docente del centro».

Además, el hecho de que los alumnos se sienten siempre en el mismo lugar «facilitará enormemente el rastreo de los contactos». También se señala expresamente que en los espacios docentes el alumno usará, en todo momento, una mascarilla y «no deberán compartirse entre los alumnos utensilios y materiales que puedan ser vehículo de contagio y si fuera necesario hacerlo, deberían haber sido previamente desinfectados según el protocolo de limpieza correspondiente».

Además, con el fin de evitar aglomeraciones, se respetará la recomendación de que las entradas a los centros «se mantengan siempre despejadas, libres de personas» y «no se permitirá la permanencia de personas en las inmediaciones de las puertas de entrada». Igualmente, se evitarán las agrupaciones en los espacios comunes de los centros, como pasillos y jardines, y se limitará «al máximo» el aforo de personas ajenas a los centros.

Los miembros de la comunidad universitaria identificados como casos confirmados se mantendrán en aislamiento domiciliario y con seguimiento médico hasta la resolución del proceso, de manera que se reincorporarán a sus actividades habituales cuando.

Se añade en el protocolo que ante la aparición o existencia de un caso confirmado, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica colaborará en la identificación de los contactos estrechos, favoreciendo su «vigilancia y cuarentena durante los 14 días posteriores al último contacto con un caso confirmado». Además, ante la aparición de un caso confirmado, en las aulas serán considerados «contactos estrechos» todos los alumnos que ocupen «espacios dentro del área con riesgo de contagio, y que se establecerá en un perímetro, alrededor del caso confirmado, de cuatro por cuatro metros».También se valorará la posibilidad de ampliar el perímetro de riesgo, aumentando el número de alumnos a los que se podría recomendar vigilancia y cuarentena, que en caso de ser necesario «se podrá extender a todos los alumnos del grupo docente al que pertenece el caso, con la eventual suspensión de sus actividades académicas presenciales».