Suelta de globos ayer en la Plaza Mayor con motivo del Día Mundual del Alzhéimer. LAYA

Terapias contra la enfermedad cruel

El CRE Alzhéimer aplica tratamientos no farmacológicos que ralentizan los síntomas

REDACCIÓN / WORD

Sábado, 22 de septiembre 2018, 12:05

El Día Mundial del Alzhéimer se celebró ayer en Salamanca con una cuestación para conseguir fondos para al Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (AFA) y con la suelta de un millar de globos verdes en la Plaza Mayor. Éstos se han convertido, conforme pasaban las ediciones del día del alzhéimer, en el símbolo de la lucha contra esta enfermedad degenerativa. El colofón a los actos conmemorativos es la carrera solidaria de la USAL, que con motivo de su VIII Centenario también se ha sumado al programa de AFA.

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Losdías conmemorativos sirven para llamar la atención sobre un evento concreto y para que las autoridades y la opinión pública se interesen por ellos, pero el trabajo prosigue día a día y la tarea de fondo no se detiene, ya sea de la AFA o de instituciones similares.

En este contexto, el Centro de Referencia Estatal del Alzhéimer cumple este año su primera década de vida, aunque lo hace a un 50% de su capacidad por falta de recursos. Durante estos años, este CRE se ha convertido en una especie de «laboratorio» del alzhéimer generando conocimiento a través de investigaciones con terapias sin fármacos, tanto en pacientes como en familiares.

Mejoras

Gracias a dichas investigaciones se ha logrado la ralentización de los síntomas en los pacientes «y retrasar al menos un año su institucionalización, en el cien por cien de los casos», asegura la directora María Isabel González Ingelmo, durante una visita de periodistas al centro, dependiente del Imserso, recoge Efe.

Inaugurado en octubre de 2008, dispone de 112 plazas residenciales y 24 de día por las que ya han pasado alrededor de 800 personas con alzheimer. Aproximadamente 1,2 millones de personas tienen alzheimer en España, aunque las asociaciones hablan de casi 5.000.000 de afectados contando a las familias. Unos familiares-cuidadores en los que también el CRE ha centrado su atención durante esta década, para reconocerles como afectados por la enfermedad.

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Tanto los usuarios (así se les denomina en el centro), como sus familiares participan de forma voluntaria en las terapias no farmacológicas, también conocidas como intervenciones psicosociales, cuyo uso se ha extendido ante la ausencia de medicamentos eficaces.

En general, los terapeutas trabajan con la reminiscencia, es decir, con los recuerdos e imágenes del pasado con el objetivo de mejorar la calidad de vida. Dentro del programa que se desarrolla en este centro se encuentra la danza creativa terapéutica, una actividad que puede realizar cualquier usuario y que persigue la integración cuerpo-mente del individuo. A través de ésta los pacientes se activan, la depresión y la tensión se rebajan y se produce una comunicación con el terapeuta.

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En 2012 se comenzó a desarrollar una línea de investigación sobre la intervención asistida con perros, que puede ser individual o en grupo, y en la que se trabajan el plano físico, social, emocional y cognitivo. Salir a pasear con el animal o darle de comer son algunas de las actividades que ayudan a mejorar la motivación y atención, ejercitar la psicomotricidad o disminuir la ansiedad. Además, la utilización de la música como vehículo para lograr la comunicación y para conectar con los recuerdos o sensaciones es otra de las líneas de trabajo.

El centro acoge a personas de toda España, aunque las plazas de día, reservadas a las que se encuentran en un estadio leve-moderado, las ocupan vecinos de Salamanca o alrededores. Las plazas residenciales son para los afectados en fase moderada, que se incluyen en un programa de retraso de la institucionalización, y para los que tienen demencias avanzadas, con los que se trabaja a nivel funcional. Antes de ingresar, todos los pacientes son sometidos a una evaluación para comprobar su estado y el primer paso es ajustarles la medicación.

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«En general, están muy mal medicados y solo ajustando la medicación ya se nota una mejoría», apunta Elena González, responsable del área de formación, documentación e investigación. Desde el centro se trabaja también en lograr un diagnóstico temprano y, para ello, se está elaborando una guía dirigida a los médicos de atención primaria.

Una detección precoz permite informar bien al paciente sobre las fases de la enfermedad y de la posibilidad de que haga testamento vital para manifestar su voluntad de no ser sometido a determinadas prácticas cuando ya no esté en condiciones de decidir por sí mismos.

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