Un grupo de gatos en el refugio de la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas, Aspap ASPAP

Las protectoras claman contra el regalo de mascotas en Navidades

La asociación Aspap explica que muchas acaban abandonadas y lamenta que se compren «por capricho» y sin pensar en los cuidados y responsabilidades que acarrea un animal de compañía

DANIEL BAJO / WORD

SALAMANCA

Domingo, 30 de diciembre 2018, 12:17

Los Reyes Magos ya están en camino. Faltan unos días para que desfilen por la ciudad, se cuelen en las casas y dejen sus regalos. Y aunque algunos niños quizá hayan pedido un cachorro o un gatito, Sus Majestades deberían pensárselo más de una vez antes de concederles el capricho a los chavales.

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Fredes Barbero preside la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas (Aspap) y ha visto a muchos regalos convertidos en animales abandonados. Es un fenómeno odioso que se da en Salamanca «y se repite en todas las ciudades. En las últimas dos navidades hemos tenidos llamadas a la semana siguiente de Reyes para deshacerse de los cachorros. Nos han llamado el mismo mes de enero», explica. «Y al preguntarles de dónde los han sacado nos dicen que los compraron, que en la tienda ya no los quieren y que no les devuelven el dinero. Vemos esa realidad todos los años. Es una triste realidad y acabas pensando de qué sirven las campañas de sensibilización y de concienciación. ¿Por qué esa gente no nos escucha? No es un frasco de colonia. Es un ser vivo».

Barbero insiste en que «una vida no se compra. No tiene por qué costar dinero. Un perro o un gato es un compañero y tiene derecho a estar en este mundo. Estamos rotundamente en contra de las compras». Quien quiera tener un animal de compañía «que no lo haga como regalo para los niños. Año tras año los animales son objeto de regalo porque el niño lo quiere y se le da el capricho, pero ese capricho acaba siendo olvidado a los dos días, o dan mucho trabajo o algo así. Se pierde el interés... La excusa habitual que nos dicen es que creían que tener un animal de compañía era otra cosa». Por eso, en Aspap piden «no dejarse llevar» y «no adquirir compulsivamente, por impulso, porque va a crecer y a tener necesidades sanitarias, económicas, de alimentación, responsabilidad para buscar lugares de vacaciones... Es un miembro de la familia y hay que darle una vida adecuada. Se acostumbrará, pero también tendrá necesidades. Hay que sentarse y valorar todo eso, pero nunca darle el capricho al niño porque lo quiere. Además, no lo valorará como un animal, sino como un objeto».

La presidenta de Aspap añade otro argumento y pide a los Reyes Magos que se pregunten de dónde vienen algunos de esos animales. En Europa del Este hay «fábricas de cachorros», con perras forzadas a parir camadas continuamente. Los animales son traídos «en camiones o furgonetas» sin control veterinario ni vacunas. «Hay que ver el trasfondo de lo que está detrás de la compra de animales. Hay que rechazarla por muchos motivos. No son regalos, sino un cruel negocio».

Dos perros identificados como Pizca y Koko, en la parcela de Aspap. ASPAP

Enero es un mes triste para las mascotas, pero ni mucho menos es el único. «La situación en 2018 no ha mejorado. En verano se pierde interés y se abandonan con todas las edades. Da igual que sean cachorros o tengan cinco años. Y se usa cualquier excusa y hasta chantajes emocionales». Fredes Barbero ha respondido llamadas en las que los dueños de los animales amenazaban con sacrificarlos si la protectora no se hacía cargo. «Hay veterinarios con mucha ética que no los van matar por capricho. Esa gente que se deshace del animal recaerá y pasará por lo mismo otra vez». Y si por circunstancias insalvables el dueño ha de desprenderse de su mascota «en esos casos no piden devolver el perro a las tiendas, sino que piden ayuda para encontrarle un hogar».

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Las tristes cifras

La Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas cuida actualmente de unos 95 animales entre perros y gatos (y una oveja llamada Heidi). «Es una cifra estable. La capacidad de Aspap está limitada y son los animales que podemos mantener y cuidar», explica su presidenta.

La cantidad «no depende de la capacidad del refugio», ya que éste está en una gran parcela, «pero no podemos hacinar a los animales y los recursos son los que son, los económicos, los humanos y los materiales». Aspap depende de las donaciones y cuotas de los socios. «No hay ayudas públicas. Cuando sale un animal, tenemos hueco para otros. No vamos a hacinar a los animales», insiste Barbero, «ni a aumentar los gastos que no podemos costear». La presidenta de Aspap cita el caso de los animales de más edad, que acarrean gastos extra.

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«Es como una vivienda. Tienes un presupuesto mensual y con eso hay que arreglarse. Y si hay un gasto extra se pide ayudo o, en casos extraordinarios, hay donaciones extra, pero no siempre se pueden dar y no se puede pedir siempre», explica su presidenta.

Aspap, además de atender a los citados 95 animales, también alimentan a la colonia de gatos del cementerio (otros 70 u 80 ejemplares) y, en casos muy puntuales, echa una mano económica a los dueños de algunos animales que necesitan ayuda. Fredes Barbero recuerda que el refugio de Aspap es un «núcleo zoológico» y que todos sus datos están registrados por la Junta.

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Los 95 animales de compañía que viven en el refugio de Aspap son una gota en un inmenso océano nacional. El año pasado se recogieron 138.307 perros y gatos en España, según el 'Estudio de la Fundación Affinity sobre el abandono, la pérdida y la adopción de animales de compañía en España 2017'. Para colmo, es una cantidad ligeramente superior a la registrada en 2015 y 2016.

«Se usa cualquier excusa y hasta chantajes emocionales» para deshacerse de los animales. A veces los dueños amenazan con sacrificarlos sin más si la protectoras no deciden hacerse cargo de ellos

La cifra, que debería indignar a cualquier sociedad civilizada, revela que «el abandono de animales de compañía constituye un año más el principal problema de bienestar» de las mascotas en España, según la interpretación de los autores del estudio. Éstos aportan algunas otras ideas importantes. Por ejemplo, que «el número de animales que llegan a refugios y protectoras es comparable al observado en 2016. Así, podemos decir que aproximadamente 17 de cada 1.000 perros y 10 de cada 1.000 gatos que viven en España entraron el año pasado en refugios y protectoras».

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Según el estudio, el 17,6% de los perros y gatos recogidos por refugios y protectoras de animales fueron devueltos o recuperados por sus propietarios, aunque hay «importantes diferencias» en cuanto a perros y gatos: el 23,2% de los perros recogidos por refugios y protectoras de animales fueron devueltos a sus propietarios. Sin embargo, sólo el 3,7% de los gatos corrieron la misma suerte.

No en vano, un tercio de los perros que llegan a un refugio tienen chip de identificación. Entre los gatos, ese porcentaje se desploma por debajo del 4%. «Sin embargo, estas cifras todavía están muy por debajo del total de animales identificados en nuestro país, que según estimaciones de Affinitty Pet Care asciende al 85% de los perros y al 34% de los gatos. Si tenemos en cuenta que identificar a un animal de compañía es uno de los principales indicadores de tenencia responsable, nuestros datos sugerirían que el abandono o la pérdida de animales de compañía tendría que ver, al menos en parte, con un fracaso en mantener las obligaciones y compromisos que implica convivir con un animal de compañía», concluyen.

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Majestades, piénsenlo dos veces y recuerden que él nunca lo haría.

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