La pandemia «golpea con más fuerza» a las mujeres de Salamanca y dispara las brechas laborales

Las brechas laborales de género se han intensificado con más paro, más ERTE y despidos, más diferencias salariales, menos acceso al empleo, más temporalidad y parcialidad, y más precariedad para las mujeres, sobre todo en los sectores más feminizados (cuidados y servicios).

Las últimas cifras conocidas hablan de que en la provincia salmantina las mujeres «sufrimos más el paro», con un desempleo de seis puntos más alto que el de los hombres, según recordó ayer Laura Mayo, secretaria del Grupo de Mujer de CCOO en el sector de la Enseñanza. Además la brecha salarial «se ha agrandado en esta pandemia» y una mujer gana un 23% que un hombre (6.000 euros anuales menos de media). También la «brecha del empleo» se ha incrementado, ya que «el 80% de los contratos temporales los tenemos las mujeres», a las que además «nos han golpeado más los ERTES y los despidos».

A esto se une que «hemos perdido en corresponsabilidad; tener que estar en casa, tanto en confinamiento como en pandemia, lamentablemente por ERTE o despidos o simplemente por teletrabajo, en muchos casos ha sido una trampa», ya que «se ha visto que en muchos casos donde antes existía cierto reparto de tareas del hogar y de cuidados, se ha vuelto para atrás y la mujer ha vuelto a hacerse cargo en exclusiva de esas tareas del hogar, aumentado una media de 13 horas semanales la dedicación a la tareas domésticas».

Y también, añadió Mayo, «se ha perdido y bastante en cuanto a la brecha de las pensiones», porque «la desigualdad no dura solo durante la etapa laboral, sino que una vez que nos jubilamos, también hay brecha y desigualdad, que se ha acentuado».

«La pandemia ha recrudecido la precariedad de las mujeres pensionistas», apuntó Marisol García, representante de la Mujer pensionista de CC OO. La brecha de las pensiones en Salamanca, resaltó, está «en el 8,3% de la media», que es de 845 euros (922 nacional), con «un 37% de pensiones que reciben complemento a mínimos porque no llegan a los 845 euros». Las mujeres en general «tenemos profesiones muy feminizadas, como los cuidados, sanidad, hogar, etc., con contratos precarios y una insuficiente cotización para cobrar una pensión digna, con lo que la brecha es bastante alta en las pensiones», afirmó, y añadió que, «pese a que gobiernos de diferentes colores han hecho un esfuerzo por igualar un poco la brecha, sigue habiendo mucha diferencia», una media de 6.000 euros anuales. Por eso, siguen «reivindicando que la reforma laboral desaparezca y los contratos a tiempo parcial sean menos precarios, porque generalmente no reúnen las condiciones necesarias para que una mujer siga adelante».

En 2021 «la precariedad laboral continúa teniendo rostro de mujer», afirmó María Jesús García, secretaria regional de la Federación de Industria de CCOO. En un año marcado por la pandemia, «los datos indican que parece que el sector de la industria ha aguantado mejor, pero los datos no son reales, principalmente porque han sido puestos esenciales y, por tanto, no son datos relevantes para la equidad laboral», ya que han estado «marcados por la segregación de la ocupación en los puestos de menor valor y además por una marcada temporalidad», pilares que «nos llevan a estas en una situación desigual con los hombres». Sin embargo, destacó que desde el punto de vista legislativo «este año ha habido avances en igualdad importantes, pero aún no han dado su fruto y esperemos que los vayan dando en tres o cuatro años».

Una situación de desigualdad que «se perpetúa» y por la CC OO sigue «peleando todos los días del año», señaló Pilar Blanco del Grupo Mujer de CC OO, de la rama servicios a la ciudadanía, que resaltó «la dedicación de las mujeres al trabajo no remunerado», que «supone el 76,2% de todas las horas de trabajo no remunerado».

CC OO reivindica el aumento del SMI, la derogación urgente de la reforma laboral, la reforma de las pensiones, un sistema público de cuidados porque «no vale que sean las mujeres, tiene ser el Estado el que asuma las responsabilidades de los cuidados», también políticas activas de empleo con perspectiva de género, invertir en la eliminación de las barreras estructurales, políticas y compromisos para erradicar las violencias machistas -1.040 asesinatos- y también una perspectiva de género en la reconstrucción con los fondos europeos que eliminen «las discriminaciones y violencias que sufrimos en todos ámbitos».

Esta eliminación y la consecución de una igualdad real es «una lucha diaria», aunque, con motivo del 8-M, CCOO celebra varias actividades. Así, explicó Mayo, bajo la campaña 'Vivas, libres, unidad en la acción y reivindicación', entre otras acciones, difundirán un vídeo por las redes sociales y celebrarán una concentración el lunes a las 12 horas en la plaza de Anaya de Salamanca, que «cumple con todas las medidas seguridad», porque «ahora más que nunca hay que visibilizar a las mujeres y que la pandemia nos ha golpeado más que a los hombres».

En la misma línea se mostraron desde el sindicato UGT Marce Muñoz, de la comisión gestora de UGT Salamanca; Manuel Carlos Martín (FICA), Irene Fernández (FeSMC) y Fernando López (FeSP). Muñoz recordó el origen del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en 1857, «desde entonces, la situación ha cambiado, pero no lo suficiente», porque la mujer, añadió, sigue estando en situación de precariedad con tres de cada cuatro contratos temporales y el mismo porcentaje de los parciales.

Resaltó que llevan pidiendo la igualdad laboral y salarial desde 1982, pero este 8-M antes la situación de pandemia, un grupo de delegados y delegadas realizarán «un acto simbólico, a las 12 horas en la puerta de la sede».

«Con los avances en la igualdad parece que siempre vamos un paso hacia delante y uno hacía atrás», afirmó Irene Fernández, aludiendo al «paso importante» que se dio con la Ley de Igualdad en 2007 que «se vio truncado con las crisis económica» de 2008, después se avanzó en la igualdad real con el RD 2019, «pero nuevamente la crisis sanitaria ha traído consigo no solo crisis económica, sino nuevamente desigualdad de género y la pérdida de oportunidades». Esta crisis «nos devela una realidad especialmente negativa para la mujeres» apuntó, aludiendo a 'la crisis de los cuidados', la violencia de género agravada, la destrucción del empleo, temporalidad, etc.

Fernando López se refirió a que en el sector de la Administración pública «no hay diferencias retributivas, pero sí en los altos puestos de responsabilidad», donde incluso, «si se logran», hay «desprecio y se roza el acoso». Y en lo privado, incidió en «un sector totalmente precarizado: residencias de ancianos y ayuda domicilio».

Manuel Carlos Martín, aludió a la «tristeza que genera que en el siglo XXI haya que celebrar un día por la igualdad, que sea necesario salir a la calle para reivindicar una igualdad real».