Cinco mujeres para una revolución

Cinco mujeres, cinco flores, cinco síndromes y una novela que ya lleva 16 ediciones y ha vendido más de 30.000 ejemplares. Son las cifras que resumen ‘Mujeres que compran flores’, la última obra de la escritora Vanessa Montfort que esta tarde se presenta en la librería Santos Ochoa.

La trama reúne a cinco mujeres en torno a una floristería. Las cinco conforman un peculiar catálogo de personajes femeninos que reflexionan sobre los retos a los que se enfrentan las mujeres actuales. La autora explica que narra «una historia de amistad entre mujeres, aunque hay muchas otras personas que pueblan su universo. Es una historia divertida y dura. Es una forma de captar una realidad contradictoria», a la que se enfrentan las mujeres contemporáneas.

Aunque el eje de la novela son las mujeres, no es una novela feminista en la que los personajes luchan por los derechos básicos. Según la autora, esos derechos existen «pero la generación actual debe ejecutarlos». Vanessa Montfort hace suyas las palabras de Victoria, una informática que lo resume asegurando que «las mujeres somos un ‘software’ revolucionario que está instalado en un ordenador obsoleto». La solución cuando esto ocurre es «actualizar el ‘hardware’».

Por este mismo motivo, ‘Mujeres que compren flores’ «no es una novela que victimice a la mujer. Las mujeres actuales no nos queremos sentir víctimas ni victimizarnos de ninguna manera, sino buscar una calidad de vida, un hueco y un espacio para conciliar la familia y el trabajo y también para reconciliarnos con nosotras mismas. De eso no se habla y es fundamental». O dicho de otra forma: aspirar «a no pagar por disfrutar de los derechos un peaje demasiado alto en forma de autoexigencia enfermiza y bajo la presión de ser una mujer perfecta. Es algo autodestructivo».

Las cinco protagonistas de la novela sufren otros tantos síntomas. Una de ellas ve cómo su pareja marca el ritmo de su vida, otra subordina su vida personal a la profesional, la tercera confunde el amor con la obsesión por la otra persona... Y, según Vanessa Montfort, los problemas de sus personajes son mucho más comunes de lo que parece. «Muchas lectoras, y lectores, me suelen decir que se ven reflejados en momentos de sus vidas, como si cada personajes hubiera sido una etapa vital».

Las cinco encarnan a miles de mujeres de entre 35 y 45 años, aunque hay un sexto personaje (Olivia, la dueña de la floristería en la que se conocen), que aporta la visión de las mujeres «de las que venimos»: de las madres y abuelas que empezaron a plantearse preguntas sobre el funcionamiento de la sociedad hace algunas décadas. Entrar en la cabeza de un personaje «que tiene algunos planteamientos con los que nos identificamos y otros con los que no» es «como jugar al ajedrez con uno mismo». La ventaja de Vanessa Montfort es que ya ha usado a Charles Dickens como protagonista de una novela «y después de eso, ya cualquier cosa», confiesa.