PP y Cs aprueban las nuevas ordenanzas de las terrazas pese a los recelos de la oposición

Cinco horas –desde las diez de la mañana hasta prácticamente las tres de la tarde– duró el último pleno municipal de este año que celebró ayer la corporación local en el Ayuntamiento. La sesión se saldó con solo una moción aprobada de las nueve presentadas y con duras descalificaciones en el intenso rifirrafe dialéctico que enfrentó en diferentes momentos al grupo de gobierno, integrado por PP y Ciudadanos, con los partidos de la oposición. Ello no fue óbice para que al término de la sesión los concejales se prodigaran con todo tipo de cordiales felicitaciones, positivos deseos y venturosos parabienes para afrontar el nuevo año.

La ordenanza reguladora de la instalación de terrazas en la Plaza Mayor, sus calles aledañas y la Rúa, que sustituirá a la anterior normativa, que fue anulada por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, así como la ordenanza reguladora de la colocación de terrazas en el conjunto de la ciudad, merecieron el voto favorable, tal como era previsible, de PP yCiudadanos, mientras que PSOE e IU optaron por la abstención y Podemos votó en contra. Se trata de aprobaciones iniciales, dado que ambos textos se someterán a exposición pública para la presentación y recogida de posibles alegaciones.

El concejal de Protección Ciudadana, Fernando Carabias, recalcó que las nuevas ordenanzas serán «muy positivas» para todos los salmantinos, dado que los peatones ganarán espacio para «disfrutar de la vía pública» y para acceder «con facilidad a los comercios para contemplar los escaparates, además de seguir disfrutando de la calidad del servicio de los establecimientos de hostelería».

En el caso de la Plaza Mayor, habrá un «mobiliario único»de sillas y terrazas, mientras que en la Rúa «se gana espacio para los peatones». Carabias garantizó  que el Ayuntamiento se mostrará especialmente vigilante para que las nuevas ordenanzas se apliquen y avanzó que el Consistorio «adoptará todas las medidas legales que hagan falta»para que se cumplan.

El concejal de Ciudadanos,Fernando Castaño, coincidió con los planteamientos esgrimidos por Carabias y proclamó que las nuevas ordenanzas aportan «seguridad jurídica» y se gana espacio para los peatones en la Rúa y en las calles ObispoJarrín yArco. También destacó que han sido consensuadas con los hosteleros, sector que genera dos de las terceras partes de los puestos de trabajo que se crean en la capital salmantina.

Virginia Carrera (IU) se mostró crítica y consideró que las nuevas ordenanzas son claramente mejorables, por lo que presentará alegaciones a sus contenidos. Reclamó que elAyuntamiento se muestre especialmente vigilante en su cumplimiento y estimó fundamental que, cada vez que registre una nueva solicitud de licencia para la instalación de una nueva terraza, «se haga un dibujo real sobre el plano de la nueva terraza, pero ese dibujo lo deberá hacer el Ayuntamiento y no el hostelero».

La edil de Podemos,Carmen Díez, se mostró preocupada por el hecho de que la nueva ordenanza incremente de 18 a 22 metros cuadrados la ocupación por módulo de cada conjunto de sillas y mesas.Díez aseveró que los horarios de apertura y cierre que ha fijado el Ayuntamiento para las terrazas «no son ni europeos ni españoles», dado que en invierno pueden cerrar a la una y media de la madrugada y en verano a los dos y media, lo que constituye, a su juicio, «una barbaridad». Por ello, pidió recortar esos horarios para permitir el descanso de las personas que residen en las calles donde se colocan terrazas.

«Todos nos sentimos muy a gusto sentados en una terraza, pero son horarios que no se pueden consentir», recalcó la edil de Podemos, quien también tachó de «absurda» la norma de tener colocada una terraza desde que abre el establecimiento hasta que cierra, dado que «hay días que llueve o hace viento y no hace falta instalar la terraza». Además, confirmó que Podemos formulará alegaciones sobre el espacio que se deja de paso para los peatones, ya que los 1,2 metros estipulados solo son suficientes para que pasen dos personas, pero «si se cruzan con una tercera persona o una va en silla de ruedas o muletas, tienen que pararse para pasar».

Chema Collados, del PSOE, culpó al Ayuntamiento de la «falta de participación ciudadana» en la redacción de la nueva ordenanza, reprochando alConsistorio que, si bien es cierto que se entrevistaron con los hosteleros, en ningún momento se tuvo en cuenta la opinión de los vecinos y su particular problemática. Además, puso de relieve que aunque las terrazas permanecen instaladas en verano hasta las dos y media de la madrugada, la recogida de sillas y terrazas se prolonga hasta las tres, provocando las inevitables molestias para los vecinos.Recordó en este sentido que el Mapa Estratégico de Ruido del Ayuntamiento reconocía que en las calles peatonales había el doble del ruido aconsejado por la Organización Mundial de la Salud y que, en la mayoría de ocasiones, ello obedecía, precisamente, a las terrazas.

Por otro lado, durante el acalorado debate sobre el cuestionado sobrecoste de 481.000 euros generado por las obras de la piscina cubierta de San José, el portavoz municipal del PP,FernandoRodríguez, negó con especial contundencia las tesis defendidas por la concejala socialista, María Sánchez, quien aseguró que la empresa concesionaria de las piscinas municipales –Clequali– había vulnerado e incumplido los contenidos del pliego del contrato que se le adjudicó en 2014. Sánchez indicó que la concesionaria había causado este sobrecoste por realizar obras adicionales para la climatización de la piscina adoptando «decisiones unilaterales» por encima de los criterios fijados por el pleno municipal.

«Usted tiene una empanada mental, tiene una cara de cemento y es mentira que la empresa haya vulnerado el pliego», enfatizó FernandoRodríguez. Finalmente, el expediente del sobrecoste de la piscina de San José fue autorizado por el pleno con los votos favorables de PP y Ciudadanos y el rechazo frontal de la oposición. También fue ratificado un incremento 364.000 euros en la subvención del Consistorio al déficit de explotación de la gestión de las piscinas municipales, aunque en esta ocasión PPy Cs concitaron el apoyo de la edil de Podemos.