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Blanca Hernández Oliver, Juan Manuel Corchado y Esther del Brío.
Una de cada cinco jóvenes de 16 a 19 años ha sido víctima de maltrato

Una de cada cinco jóvenes de 16 a 19 años ha sido víctima de maltrato

La delegada del Gobierno para la Violencia de Género alerta de «los mensajes peligrosos que se repiten en el entorno familiar» y del control a través de las redes sociales

redacción / word

Sábado, 14 de mayo 2016, 12:48

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La delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández Oliver, afirmó ayer que la media de chicas jóvenes entre 16 y 19 años que sufren algún tipo de maltrato supera el 20%, superando en más de diez puntos el 9,6% de incidencia que se encuentra en el conjunto de la población femenina española, en un «peligroso repunte», que, según Hernández Oliver, «ha evidenciado con encuestas que lo que veíamos en los últimos años era verdad».

Minutos antes de su participación en la mesa de debate Los jóvenes ante la violencia de género. De la realidad a la ficción que se desarrolló en la Feria Municipal del Libro de Salamanca y en cuyo contexto se presentó la obra Un beso en la frente de Esther del Brío con ilustraciones de Pilar Vega, Hernández Oliver señaló que ante esos datos «hay que seguir trabajando en la escuela» y alertó de dos contextos en los que se producen «mensajes peligrosos» que conducen a ese repunte de la violencia machista en la población joven.

Por un lado, Hernández Oliver señaló el «entorno familiar», donde aseguró que «tres de cada cuatro chicas han oído que los celos son una muestra de amor» y mensajes que apuntan a que «la forma de resolver los conflictos es usando la violencia o que está bien que los chicos salgan con muchas chicas pero no al revés». La delegada del Gobierno para la Violencia de Género aseguró que son mensajes que «se escuchan en las casas» y contra los que hay que prevenir.

Por otro lado, también referenció el control ejercido en las parejas a través de las redes sociales, señalando que «las nuevas tecnologías son una herramienta que puede resultar de riesgo porque permite conductas de control muy peligrosas, las mal llamadas pruebas de amor», entre las que citó mensajes como «si tanto me quieres dame tus contraseñas, o mándame una foto para ver si estás donde dices estar, o si estabas conectada a whatsapp a las 12, ¿por qué no me contestaste?».

Hernández Oliver abogó por «tener en cuenta esa nueva realidad tecnológica» para combatir una lacra frente a la que, aseguró, Gobierno y Administraciones Públicas «han respondido de manera muy potente. Se han reformado once leyes importantísimas, se han introducido nuevos tipos penales como el ciberacoso o los matrimonios forzados, se ha hecho mucho presupuestariamente a pesar de la época complicada porque los servicios no se han dejado de prestar, y se ha ido a una coordinación y atención más pormenorizada hacia grupos vulnerables, como mujeres mayores y del mundo rural tan importante en una Comunidad Autónoma como Castilla y León, así como a la formación de las personas que trabajan en este tema», sentenció.

No obstante, y a pesar de conseguir «unos niveles de concienciación sobre la realidad de la violencia contra las mujeres que nunca en la historia de España habían sido los de ahora, con casi el cien por cien de la población que la rechaza», Hernández Oliver consideró que eso no les deja «tranquilos porque lo importante es que desaparezca». Sí reconoció, no obstante, que es «importante que todo lo que se hace vaya teniendo sus frutos, aunque quede mucho por hacer», significando que «el trabajo que está haciendo España no lo hace ningún país en el mundo» en la lucha contra la violencia de género.

Por último, y ante casos en los que el Gobierno se encuentra con denuncias previas como sucedió con Yolanda Jiménez, la mujer asesinada en Salamanca el pasado mes de abril, la delegada del Gobierno para la Violencia de Género explicó que «siempre se estudia a ver qué pasa» y enumeró una serie de situaciones que van «desde la denuncia por terceros en la que la mujer no declara contra su agresor», en una situación que manifestó «nunca es culpa de la mujer, porque enfrentarse con una denuncia contra la pareja o el padre de los hijos es muy difícil», hasta aquellas en las que «no hay elementos de prueba», pasando por las situaciones en las que, reconoció, «hay que hacer una mayor valoración del riesgo».

En ese sentido, Hernández Oliver informó que «el Ministerio del Interior está temrinando un nuevo cuestionario de valoración del riesgo, que está en pruebas y que se pondrá en marcha en otoño, para apreciar otros elementos de riesgo, como la existencia de menores, personas en situación de discapacidad o si la mujer tiene empleo o no», variables que según la delegada del Gobierno para la Violencia de Género «ayudan a ver si la situación de riesgo es mayor».

Y, en definitiva, la «toma de conciencia», ya que alertó que «muchas mujeres no denuncian porque no se sienten víctimas, porque la forma de sobrevivir a un maltrato es normalizarlo». Hernández Oliver concluyó que «la culpa no es de ellas, porque es difícil darse cuenta y salir de ahí, a pesar de que hay una sociedad entera y unos poderes públicos dispuestos a ayudarlas». Así, realizó un llamamiento «a las propias chicas y al entorno, para detectar las primeras señales, que siempre van a más, para poner el freno ahí y cuanto antes».

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