«Propongo el hermanamiento con Lesbos por acoger a los refugiados»

Jorge Nuño, secretario general de Cáritas Europa, estuvo ayer en Salamanca participando en la Escuela de Formación Social de Cáritas. Se encargó de la segunda de las Jornadas informativas sobre la situación de los refugiados, impartidas esta semana.

Jorge Nuño hizo reflexionar al auditorio sobre la pregunta: ¿Tiene la Unión Europea voluntad de acogida? En su intervención se encargó de exponer la postura de Cáritas y la negociación con la Unión Europea para la acogida a los refugiados ante la situación que estamos viviendo en Europa ahora mismo.

Voluntarios, trabajadores, agentes sociales y en general la comunidad cristiana y cuantas personas quisieron estar presentes ayer en el teatro de Caja Duero para escuchar esta interesante ponencia se hicieron eco de la propuesta que Nuño lanzó a la sociedad salmantina, «una propuesta de hermanamiento, porque las palabras hay que concretarlas en algo», argumentó. El ponente quiso invitar con su mensaje final a que el Ayuntamiento de Salamanca y la sociedad civil se hermanen con alguna ciudad que lo esté pasando mal con la crisis de los refugiados. «Podemos demostrar que la solidaridad tiene cauce, si nos hermanamos con la isla griega de Lesbos, a la que están llegando muchos refugiados» propuso.

El secretario general de Cáritas, recurrió a «una de las palabras favoritas del Papa Francisco, el diálogo», para invitar a «afrontar los miedos e inseguridades », y recalcó, «diálogo entre nuestros vecinos, con los inmigrantes, con las administraciones;de las administraciones con organizaciones como Cáritas y con el resto de organismos de la sociedad civil», pues, en su opinión, «para construir juntos una sociedad que se vuelve cada vez más compleja, hay que hacerlo con diálogo».

Jorge Nuño trajo a la ciudad de Salamanca palabras cargadas de significado y una apertura de mente que se dejó ver en su interpretación de la «crisis de refugiados», que él quiso defender como una «crisis de solidaridad». Pues considera «que el que llegue un millar de refugiados a un país de 50 millones de habitantes no debería de suponer un gran problema», razona. En su opinión, «si se tomara bien esta acogida podría contribuir al aumento de la riqueza del país». Por este motivo estima que se trata de una «crisis de solidaridad», porque, «vemos más la comodidad propia en vez del drama que están viviendo millones de personas que están huyendo de la guerra».

Nuño aludió al dato de Naciones Unidas que dice que hoy hay 60 millones de personas. En su opinión que llegue un millón de personas a Europa no es algo grave. Diferente es la situación de Líbano, donde un 33% de la población son refugiados. En este sentido considera que hay gente de Europa «que se asusta», pero que también hay «muchísimas personas que están dispuestas a trabajar, acoger y ser acogedoras con los que llegan».

Voluntad limitada de acogida

Nuño valora que en «hay voluntad limitada de acogida entre los estados», porque todos no se comportan igual, ya que «hay estados como Austria, Alemania, Suecia que se llevan la carga de la acogida» y «Grecia e Italia, reciben el primer embate, sobre todo Grecia a la que, sufriendo todavía la crisis económica, han llegado 850.000 refugiados desde verano».

Precisamente porque hay sociedades con «situaciones de miedo y otras con grandes dosis de solidaridad», considera que entre «la sociedad civil y organizaciones como Cáritas», está la responsabilidad de «construir mucho más acogimiento a inmigrantes refugiados», también, «reclamar como sociedad a nuestros gobernantes q eu se impliquen en esta solidaridad», y sin olvidar a las «personas que tenemos cerca en situación de necesidad».