Las Casas del Conde rinde honores al Santísimo Cristo del Humilladero
maría jesús gutiérrez
Domingo, 9 de agosto 2015, 13:00
Los vecinos de Las Casas del Conde celebraron ayer la festividad del Santísimo Cristo del Humilladero, una celebración que contó con una gran participación de gente, mucha de ella ataviada con los trajes típicos, que estuvieron acompañados por la música de gaita y tamboril.
Los actos religiosos se celebraron en la iglesia parroquial, donde hoy se repetirán, pero en esta ocasión en honor de la Virgen del Triunfo; ya que en Las Casas del Conde se rinde homenaje a las dos imágenes durante las fiestas patronales del mes de agosto.
Ayer, los actos se iniciaron con la eucaristía, tras la cual llegó uno de los momentos claves como es el de sacar la imagen del Cristo de la iglesia, ya que es tan grande que hay que realizar muchos movimientos para poderla sacar por la puerta sin dañarla, un acto en el que intervienen un gran número de hombres para que todo transcurra con total normalidad. Una vez sacada la talla del Cristo, comenzó la procesión que, en esta ocasión, tenía como fondo una columna de humo y es que hasta Las Casas del Conde llegaba el aviso de que había fuego en el municipio cercano de Cepeda con dicha señal. Aún así, la fiesta continuó como estaba prevista, no sin interesarse la gente del pueblo por lo sucedido en la localidad cercana, como también lo hicieron los alcaldes que se habían dado cita en esta localidad, como Mogarraz y Sequeros, o el diputado de zona y alcalde de Villanueva del Conde, Francisco Javier García Hidalgo que, una vez acabados los actos religiosos, se desplazó hasta el lugar del suceso.
Respecto a la procesión del Cristo, transcurrió por las calles de costumbre precedida por el tamborilero, la alcaldesa -Adelia López- y su marido que actuaba a su vez como mayordomo -Laureano Vega-, los dos ataviados con los trajes típicos, seguidos por un buen número de personas de diferentes edades también vestidos con dichos ropajes.
Llegados a la Plaza, se celebró el tradicional ofertorio, en el que el mayordomo, portando la vara, fue recogiendo en las distintas esquinas del ágora a los representantes de cada barrio del pueblo para que entregaran sus donativos y una vela al Cristo; después, el resto de vecinos realizaron sus ofrendas haciendo una larga fila. El acto finalizó, como no podía ser de otra forma, con los bailes que las personas ataviadas con trajes típicos dedicaron a la imagen, antes de llevarla de vuelta a la ermita del Humilladero, donde permanecerá todo el año, hasta las próximas vísperas. Hoy los actos se repetirán pero con la Virgen del Triunfo.