Aspecto que muestra la Oficina de Objetos Perdidos de la Policía Local.

Objetos perdidos y solidarios desde la oficina de la Policía Local

La ropa y otros enseres que no se reclaman terminan destinados a entidades de ayuda social

Cecilia Hernández

Viernes, 7 de agosto 2015, 13:04

La Oficina de Objetos Perdidos de la Policía Local de Salamanca presenta estos días un aspecto menos abigarrado que en otras ocasiones. Hace pocos días las tres personas que trabajan allí, un oficial y dos policías, decidieron entregar gran parte de la ropa acumulada, y de otros objetos como los paraguas, a Cruz Roja Salamanca para que lo distribuya entre aquellos que puedan necesitarlo. «Hay que destacar eso, que la ropa que nos llega no termina en la basura sino que se la damos a organizaciones solidarias», remarca el oficial. Ropa que se pierde en los taxis o en los autobuses, principalmente, y que pocas veces se reclama.

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En general, las reclamaciones de objetos en la oficina no llegan al 10% de todo lo que entra. Y es que Salamanca es lugar de paso para mucha gente, estudiantes o turistas, que no se molestan en reclamar esas gafas o las llaves que perdieron no saben dónde ni cuándo. Sobre todo si hablamos de objetos de poco valor, que son los más habituales en la oficina. Las gafas de sol de marca o los móviles de modelos por todos conocidos no suelen ocupar espacio en las instalaciones de la Policía Local, no porque no se pierdan o extravíen, sino porque, directamente, «no llegan».

Aquí ya entra en juego la conciencia cívica de aquel que se encuentra un objeto así y no da cuenta de ello a las autoridades competentes. «Esto de los objetos perdidos depende mucho de las manos en las que caigan», reconoce el oficial al cargo. No siempre sucede, eso sí, y cuando llegan móviles a la Oficina de Objetos Perdidos, el primer paso es, si se puede acceder a la agenda de contactos, llamar a algún número para que quien sea avise al propietario. Si no, se utiliza el IMEI, el número de identificación, más la pertinente denuncia que el propietario haya presentado en la Policía Nacional. En total, en lo que va de año han llegado a la Oficina de la avenida de la Aldehuela 83 teléfonos móviles, muchos en mal estado o deteriorados.

Con respecto al dinero, sucede algo similar con los móviles o los objetos de valor: cada vez se entrega menos y no porque no se pierda. «Antes se entregaba más dinero que ahora», remarca el encargado de la oficina. No obstante, sigue habiendo buena gente que no se apropia de lo que no es suyo, como una señora que recientemente entregó 40 euros que se había encontrado en un cajero automático. Si nadie reclama ese dinero y demuestra que es suyo, dentro de dos años esos 40 años volverán a manos de esa señora. «El dinero y los objetos de valor como la joyería o los móviles, tabletas u ordenadores, se quedan aquí dos años y si nadie los reclama, pasado ese tiempo se entregan a aquellas personas que los hallaron», explican en la Oficina.

Eso sí, como señalábamos, cada vez es más difícil que entren en la oficina tales objetos. De las 25 o 30 llamadas y de la veintena de visitas diarias que se reciben preguntando por extravíos, muchas se refieren a ordenadores o tabletas que raras veces ocupan un lugar en los estantes de la Policía Local.

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De hecho, basta con darse una vuelta por allí para comprobar que casi todo lo que hay no tiene mucho valor. Y es que hasta las gafas de ver son susceptibles de acabar en manos ajenas. «Lo que hacen cuando se encuentran unas gafas con una montura buena es romper los cristales y llevarlas a la óptica para poder usarlas ellos con su graduación», explica el responsable. De ahí que todas las gafas, tanto de sol como de ver, que están en la oficina no sean muy destacables.

Pero quizás el objeto más curioso que ahora mismo ve la vida pasar en la Oficina de Objetos Perdidos de Salamanca es un maletín médico, antiguo, con solera, de los de toda la vida. Marrón, y con todos los utensilios que se esperan de un profesional de la medicina en su interior. No faltan incluso los medicamentos de urgencia, como el conocido Urbasón. Sorprende que nadie lo haya reclamado ni se haya interesado por su paradero. Los policías locales creen que, al tratarse de objetos que el médico necesitaría en su día a día, los repuso inmediatamente y ni se preocupó de preguntar si el maletín había terminado en Objetos Perdidos.

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También llama la atención el material escolar que se acumula. Libros de texto sin identificar que, por lo tanto, no pueden ser devueltos a sus propietarios, y libretas y cuadernos sin datos personales. Incluso algunas Biblias y objetos religiosos.

Carteras

Sin duda, la estrella de la Oficina de Objetos Perdidos son las carteras con documentación. En lo que va de año han pasado por allí 772, muchas de las cuales han vuelto a sus legítimos propietarios. Ahí hace especial hincapié la Policía Local, que manda un «agradecimiento» a todas las instituciones públicas y privadas que colaboran con ellos a la hora de localizar a los dueños de las carteras. «Es el caso de Sacyl, o de la Universidad, y de los establecimientos comerciales que tienen tarjetas de clientes». A todos dan las gracias desde la Oficina de Objetos Perdidos, porque en cuanto ven que la persona que ha perdido la cartera tiene una de esas tarjetas, los policías contactan con esa entidad, sea pública o privada, y desde ahí se localiza sin problemas al propietario. «Por eso no tenemos aquí carteras», afirman.

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Si se da el caso, no obstante, de una cartera que tan sólo lleve en su interior la documentación más estricta, tras introducir la información en la base de datos, y si nadie reclama antes, el Documento Nacional de Identidad se envía a la Policía Nacional y el carné de conducir a la Jefatura Provincial de Tráfico, para que allí realicen las gestiones pertinentes.

El proceso de devolución es más complicado cuando se trata de extranjeros. El incesante ir y venir de turistas por la ciudad dificulta la localización de estas personas, aunque desde la Oficina de Objetos Perdidos se intenta remitiendo los datos a Salamanca Ciudad del Español. Desde allí se ponen en contacto con las academias de español de la ciudad, para ver si en alguna tienen de alumno a aquel que extravió su cartera. «A veces funciona, no siempre, pero a veces hay suerte», subrayan en la Policía Local, desde donde se remarca que en todo caso «se dan todos los pasos posibles para localizar al propietario».

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