Raquel Ramos, posa en su taller desde el que produce todo lo que vende online.

«No tengo necesidad de horarios fijos; puedo elegir cuándo y cómo»

Raquel Ramos Díez desarrolla su labor profesional desde un rincón de la provincia del que destaca la tranquilidad y el aire puro

F.J. REBOLLERO

Lunes, 1 de junio 2015, 12:38

Ingeniera técnica industrial con especialidad en textil en la facultad de Béjar, Raquel Ramos Díez eligió tal licenciatura porque quería perseguir su sueño: la moda. Se define como una persona a la que siempre le ha interesado este mundo y cuya primera idea era la de formarse en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca.

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Después de terminar su carrera, voló a Barcelona donde pretendía estudiar diseño. Al terminar su estancia en la ciudad condal, viajó a Madrid donde comenzó su carrera laboral en un laboratorio de una empresa que trabajaba para el Ejército donde probaba la eficacia de distintos materiales, al mismo tiempo que compaginaba su trabajo con el estudio de Diseño. Comenzó poco después a hacer la ropa para cortos, al principio por amor al arte, pero consiguió los contactos que la llevaron a vestir a actores en series tan emblemáticas como Siete Vidas, Un Paso Adelante y Cuéntame cómo pasó. Trabajó también para Pedro del Hierro en su primera tienda y en la pasarela Cibeles.

Ahora, después de reinventarse unas cuantas veces, dirige Baby Mandarina, una tienda online que atiende desde Almenara de Tormes y que nutre de ropa y complementos para bebés a toda España.

¿Por qué dejó su trabajo en cine y televisión?

Cuando estaba en Cuéntame, la última serie que hice, llegó un punto en el que me saturé. Y fue cuando empecé a emprender por mí misma. Ideé la marca Tormento en la que empecé a trabajar desde Madrid y que tuvo después venta a nivel nacional y una tienda en Salamanca.

Hasta que en 2009 la crisis hizo que dejara Tormento y, embarazada de mi hija Martina, creara la marca Baby Mandarina, para poder comercializar un estilo de ropa y complementos de bebé que no se encuentran en otros sitios. No sé, a mí no me gustaba lo típico de azul o rosa y lacitos para los niños, creía que tenía que haber más oferta y por eso me lancé a la aventura.

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Se lanzó a la aventura y lo hizo desde Almenara de Tormes, ¿Qué ventajas le ve a trabajar por su cuenta y desde un pueblo?

Es más complicado. Complicado porque todo lo que hagas o no te repercute a ti y a tu familia. Desde luego que no es lo mismo trabajar para uno mismo que hacerlo para una compañía. Emprender es difícil. Es difícil pero gracias a emprender desde mi casa puedo criar a mi hija y estoy mucho tiempo con ella. No tengo la necesidad de tener unos horarios fijos; paso diez horas diarias trabajando, son muchas, pero yo puedo elegir cómo y cuándo, cosa que trabajando para otros no puedo hacer, puedo moldear mi tiempo de trabajo y así aprovecho el tiempo y estoy con mi hija que en el fondo es lo más importante. Desde luego que al estar en casa no desconectas del todo. Y hay muchos días que trabajas fines de semana o a horas que tienes libres y demás. Pero la parte buena es que si te agobias sales fuera, das un paseo y te desestresas rápido.

Baby Mandarina está presente en las redes sociales, ¿Qué inconvenientes y qué ventajas se encuentras al hacerse un hueco en internet?

Una desventaja muy grande que me encuentro es la poca capacidad de megas de internet que hay en el campo. Eso sin duda retrasa mi trabajo haciendo que incluso tenga que ir a casa de mis padres para poder tener mejor cobertura y poder hacer que mi presencia en las redes sea mayor. Como la marca nace a partir de que nace mi niña era mucho más difícil distribuir que cuando trabajaba con Tormento que no tenía un bebé que dependiera de mí. ¿Y cuál era la forma más rápida? Desde luego que era online. Y por ello estoy presente en Twitter, en Facebook, en Pinterest y el blog que tengo aparte de la web. El trabajo parece sencillo pero en realidad es complejo: necesito estar visible y sin poder dejar dinero en publicidad para poder aparecer en los primeros puestos de Google. Y eso te lo da el contenido de calidad y el renovado de forma constante de tus redes. Aprendí a través de la investigación, de echarle horas y conocer cómo está el mercado en las redes sociales. En estos tiempos en los que te toca emprender y no hay mucho dinero, te toca ser diseñadora, community manager, distribuidora y modista a la vez. ¡Ah, y madre!

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¿Por qué se decide por un pueblo?

Vivíamos en Madrid. Los tiempos, las prisas todo era agobiante. Decidimos, mi marido y yo, vivir en un pueblo después de Madrid porque no queríamos meternos en otra ciudad para volver a aquella rutina. Y surgió la idea de venir a Almenara de Tormes. El poder disfrutar del campo, la tranquilidad de caminar por calles en las que no hay tráfico, ahora que tengo una hija ver cómo puede salir a la calle y reencontrarse con sus amigos después de clase y que no tenga ningún problema no se paga con dinero. Buscábamos también una casa donde pudiéramos tener el negocio y así poder atender a la familia. Poder trabajar en casa, salir de paseo por el campo con mis perros, estar tranquilos y tener un gran espacio para poder desarrollar nuestra labor empresarial. No quería para mi familia futura aún no teníamos a Martina un ambiente cargado. Necesitábamos un lugar en el que respirar aire fresco y tener un buen espacio para trabajar.

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