Vivar Dorado y Joseba Llorente tras anotar el primero uno de sus dos goles. R. Gómez

La 'vendetta' de Vivar Dorado

La Vista atrás ·

Contribuyó con dos goles ante el Getafe, su ex equipo, en la primera y única victoria del Real Valladolid sobre los azulones en el Coliseum

José Miguel Ortega

Sábado, 2 de enero 2021, 17:46

De los cientos de jugadores a los que he tratado durante su paso por la disciplina del Real Valladolid, Ángel Manuel Vivar Dorado ha sido ... uno de los más correctos y educados, al margen del buen rendimiento que ofreció durante las dos temporadas en las que vistió los colores blanquivioletas: 32 partidos en la 2007-2008 y 25 en la 2008-2009.

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Cuando el centrocampista madrileño llegó a Zorrilla, ya era un veterano de 33 años que acumulaba una amplia experiencia de 11 campañas en primera división, con el Tenerife, Rácing de Santander, Rayo y Getafe, equipo éste en el que vivió una salida bastante polémica por el incumplimiento de la promesa que públicamente le había hecho el presidente, Ángel Torres, sobre su renovación.

Inicialmente Vivar Dorado había firmado por un año más, pero después de un tira y afloja, el propio mandatario getafense anunció en rueda de prensa que el capitán del conjunto azulón seguiría dos años más. Palabras que se llevó el viento, por cierto, ya que al término de la campaña 2006-07 se le anunció que causaba baja, aunque tuviera que indemnizarle con una cantidad que compensara el incumplimiento de aquel acuerdo por dos años que públicamente anunció el señor Torres.

Pocos meses después de su polémica salida del Getafe, Vivar Dorado regresaba al Coliseum vistiendo la camiseta del Real Valladolid en el que iba a ser el primer enfrentamiento de ambos equipos en Primera división. Era el día 6 de enero de 2008, jornada 18ª del Campeonato de Liga, cuando el Pucela que entonces entrenaba José Luis Mendilibar visitaba el feudo getafense después de dos empates a cero consecutivos en Zorrilla ante el Sevilla y el Betis.

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Tras los primeros 45 minutos sin goles, daba la sensación que el partido iba a ser un calco de los que había librado ante los dos conjuntos sevillanos, pero en la segunda mitad se produjo la aparición estelar de Vivar Dorado que, por cierto, había sido homenajeado en el prólogo por la propia afición getafense, que le hizo entrega de una placa de agradecimiento por los servicios prestados.

Aunque siempre destacó más por el equilibrio y la pausa que proporcionaba al centro del campo, que por sus capacidades goleadoras, aquella tarde destapó el tarro de las esencias y marcó dos de los tres tantos que sellaron el gran triunfo blanquivioleta y supusieron la particular 'vendetta' del jugador por la forma en que salió de su antiguo club. Vivar, correcto siempre tanto en el fondo como en las formas, no festejó ninguno de sus goles, pero en su fuero interno vivió la sensación de haberse cobrado una deuda pendiente.

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El Valladolid obtuvo una brillante victoria con los goles de Vivar Dorado en los minutos 53 y 75 y el de Álvaro Rubio en el 67, en la que, como decimos, fue la primera visita blanquivioleta al feudo azulón en la máxima categoría. Vivar Dorado tuvo además la oportunidad de experimentar la doble satisfacción de haber contribuido decisivamente al triunfo vallisoletano y salir del campo ovacionado por su antigua afición.

El Getafe, entrenado por Laudrup, presentó una alineación en la que había nada menos que tres argentinos, un uruguayo, un suizo y un nigeriano: Abbondanzieri; Cortés, Belenguer, Cata Díaz, Licht; Pablo Hernández (Braulio), Celestini; Pallardó (Gavilán), Granero, Manu del Moral (Albín) y Uche.

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Mendilibar, en cambio, optó por los productos nacionales, con un equipo sin extranjeros: Sergio Asenjo; Pedro López, Rafa, García Calvo, Marcos; Vivar Dorado, Álvaro Rubio; Sisi (Borja), Víctor (Diego Camacho), Llorente y Capdevila (Jonathan Sesma).

Pese a aquella contundente derrota ante los blanquivioletas, el Getafe cuajó una gran temporada en la Copa de la UEFA, llegando hasta cuartos de final, ronda en la que cayó inmerecidamente ante el Bayern de Munich, y en la Copa del Rey, alcanzando la final en la que perdió por 2-1 frente al Valencia. En la Liga, en cambio, se limitó a cumplir el objetivo de la permanencia, clasificándose en el puesto 14, con 47 puntos, dos más que el Real Valladolid, decimoquinto, a pesar de los 16 tantos marcados por Joseba Llorente, traspasado al Villarreal al término de aquella temporada en la que quedó campeón de Liga el Real Madrid y bajaron a segunda división Zaragoza, Murcia y Levante.

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