Los blanquvioleta celebran el segundo gol en Eibar

Todo está aún abierto

Desde la grada ·

«La diferencia entre el partido que jugamos en Eibar y el que perdimos en Zorrilla ante el filial de la Real Sociedad es únicamente el penalti que nos pitaron en Eibar y el que no nos pitaron contra el Sanse»

Carlos Pérez

Viernes, 13 de mayo 2022, 17:04

Vengo defendiendo en tertulias radiofónicas, conversaciones con mis amigos y ahora aquí que la diferencia entre el partido que jugamos en Eibar y el que perdimos en Zorrilla ante el filial de la Real Sociedad es únicamente el penalti que nos pitaron en Eibar y el que no nos pitaron contra el Sanse. Y nada más. Lo digo desde el convencimiento de lo que vi en ambas ocasiones, pero lo cierto y verdad es que además me apoyan las estadísticas de ambos partidos. Tiros a puerta, tiros fuera, corners e incluso fueras de juego. Es el mismo partido salvo que aquí además El Yamiq optó por no meter dos goles en propia meta. Abro paréntesis. Sin los penaltis, expulsiones y goles en propia de El Yamiq estábamos en primera hace varias jornadas. Cierro paréntesis.

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Lo digo porque estamos pensando en qué partido va a fallar el Eibar dando por hecho que vamos a ganar los nueve puntos. Yo creo que es posible. Y probable. Pero no dejo de acordarme de que esto es fútbol y de que el día que más he acertado en la quiniela que hago semanalmente con mis amigos del Cafetín Cobalto ha sido 8 aciertos. Todo ello es porque en el desarrollo de una competición y de un partido influyen muchas cosas. Algunas fruto de la destreza y del saber hacer, pero otras de imponderables como el famoso penalti aludido hace unas líneas, una lesión en mal momento o una sanción con 6 meses de retraso.

Por eso me gusta huir de las profecías. De las alentadoras y de las agónicas. Ni estoy seguro del ascenso directo, ni de que es imposible que este equipo suba en una promoción. Hace unos años con Rubi en el banquillo, a falta de unas jornadas veíamos imposible el ascenso en la promoción porque Hernán Perez y Mojica se iban con sus selecciones. Lo que pasó es que no se fueron y caímos en la primera eliminatoria sin haber marcado un solo gol. Dice Rafa Nadal, del que se aprende más cuando pierde que cuando gana, que «hay veces que las cosas salen bien y otras que no salen tan bien. La derrota y la victoria forman parte de nuestra vida, convivimos con ellos a diario y hay que aceptar las dos cosas por igual». Eso no me hace inconformista. Quiero ganar y quiero subir. Y si es este mes mejor que el que viene. No ser inconformista tampoco sólo me convierte en una persona que sabe convivir con la derrota, aunque haya veces que me cueste conciliar el sueño.

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