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Juanmi Latasa y Mamadou Sylla, durante el Getafe-Real Valladolid de este viernes Carlos Gil-Roig
La crónica

El Real Valladolid se descompone de manera acelerada ante el Getafe con una imagen penosa

El equipo de Pezzolano se rompe en la segunda parte en el Coliseum con errores muy graves que dan el triunfo al equipo madrileño

Arturo Posada

Valladolid

Viernes, 22 de noviembre 2024, 23:41

El Real Valladolid sufrió en el Coliseum un acelerado proceso de descomposición que lleva a preguntarse por el futuro de este proyecto a corto, medio ... y largo plazo. El equipo de Paulo Pezzolano murió ante el Getafe, de nuevo víctima de sus propios errores y con una sensación de desquiciamiento cada vez más acentuada. Tras aguantar en la primera parte y gozar de una ocasión clara para ponerse por delante ante un rival directo, el Pucela empezó a pegarse tiros en el pie para acabar convertido en un penoso guiñapo sobre el césped. La imagen ofrecida lleva a preguntarse si hay alguna posibilidad de que no se consume un nuevo descenso a Segunda con los mimbres actuales. Salvo cambio radical, ese parece el destino trazado.

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Pezzolano trató de mantener el blindaje inicial en el Real Valladolid, con una línea defensiva de cinco a la que ya se asomó Cenk Özkacar en detrimento de David Torres. Ése fue el único cambio del técnico uruguayo en el once blanquivioleta con respecto al choque precedente frente al Athletic Club. El esqueleto se mantuvo en su práctica totalidad, con Juric como cerrojo extra del triunvirato Javi Sánchez-Juma-Cenk, Kike Pérez con (supuesta) vocación ofensiva, Moro y Anuar como argumentos por bandas y Mamadou Sylla en la posición de 'nueve'. Todo el esquema saltó por los aires en la segunda parte. En el Getafe, José Bordalás retocó todas las líneas, con la entrada de Djené en el eje de la zaga, Álex Sola por la banda derecha del ataque y Bertug Yildirim en punta junto a Uche. Los cambios en el once dejaron a Nyom en el lateral derecho y al vallisoletano Juan Iglesias en el banquillo de inicio.

El Real Valladolid compareció de inicio con cierta proyección vertical, conocedor que los golpes tempranos podían hacer que el Getafe se tambalease. La entrada de Raúl Moro en el área en el minuto 1 tras un córner ayudó a cimentar esta vocación, aumentada cuando Moro volvió a irrumpir (por la izquierda) para servir un balón a Sylla, desorientado en el remate. El asistente decretó fuera de juego, pero al Getafe se le quedó el susto metido en el cuerpo.

Getafe

David Soria; Nyom (Domingos Duarte, m.87), Djené, Alderete, Diego Rico; Álex Sola (Juan Iglesias, m.54), Arambarri, Luis Milla, Carles Pérez (Yellu, m.87); Uche y Bertug Yildirim (Álvaro, m.64).

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Real Valladolid

Hein; Luis Pérez, Javi Sánchez (Iván Sánchez, m.74), Juma, Cenk, Lucas Rosa; Raúl Moro, Juric (Latasa, m.65), Kike Pérez, Anuar (Mario Martín, m.65); y Sylla (Marcos André, m.84).

  • Goles 1-0 Álvaro (m.69). 2-0 Nyom (m.72)

  • Árbitro González Fuertes (comité asturiano), con Trujillo Suárez en el VAR. Amonestó a Djené, Anuar, Yildirim, Nyom, Iván Sánchez y al entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano, que fue expulsado en el túnel de vestuarios en el descanso. Bordalás, entrenador del Getafe, recibió una amarilla.

  • Otros datos Coliseum. 9.911 espectadores

Las salidas rápidas del Real Valladolid duraron poco. Todo fue un espejismo que acabaría estallando con el paso de los minutos. A machamartillo, el cuadro azulón empezó a frecuentar el área de Karl Hein, ayudado por la impericia blanquivioleta para cometer faltas muy peligrosas. El Pucela jugaba con fuego, pero el Getafe suele atacar con espadas de plástico... salvo que le regalen los goles. Los fallos en las salidas del portero del Real Valladolid crearon inquietudes crecientes y en una de ellas recibió una falta no señalada por el árbitro.

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El Pucela se fue atascando con el paso de los minutos, cada vez más arracimado en torno a la meta de Hein con la idea de defender el punto con el cuchillo entre los dientes y esperar que sonase la flauta del gol, algo imposible en el Coliseum. Luis Milla obligó a trabajar a Hein antes de que el fabuloso Raúl Moro fabricase la mejor ocasión del partido, tras controlar un balón de forma sublime y servir el pase de la muerte a Sylla, que remató al primer toque. David Soria salvó al Getafe con dificultades sobre la misma línea de marca. Sólo Moro lograba carburación arriba y Djené se encargó de segar una de sus llegadas con mucha dureza. El central del Geta vio la amarilla.

El partido entró en una fase altamente pedregosa, con dos contendientes ofuscados en ataque y con poca capacidad para desarrollar un fútbol mínimamente digerible para un paladar normal. González Fuertes no perdió de vista a Paulo Pezzolano y el técnico blanquivioleta se llevó la amarilla habitual que suele recibir, proteste con vehemencia o no. En el túnel de vestuarios en el descanso, Pezzolano fue expulsado y Bordalás, amonestado, tras un acalorado intercambio de opiniones.

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Sin Pezzolano en la banda, el Real Valladolid también se desquició de manera alarmante. Arambarri remató mal un centro de Rico y Nyom puso a prueba a Hein. En la otra orilla, Juric no llegó a cabecear un centro de Moro, el único jugador del Pucela con luz.

Un pase largo hacia el área blanquivioleta se lo tragó Lucas Rosa ante Nyom y el balón acabó en las botas de Álvaro, al que Cenk permitió el remate a gol. El 1-0 dejó al Pucela hecho unos zorros y los cambios del expulsado Pezzolano resultaron nefastos. Mario Martín cometió una barrabasada al impedir que saliera un balón por la línea de fondo y acabó poniendo la pelota en el área para que Nyom marcase el 2-0 después de que Latasa no encontrara la forma de despejar el envenenado envío de su compañero. Cenk tampoco logró impedir el disparo.

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El Getafe, el equipo menos goleador de la competición hasta esta jornada, rompió cualquier ejercicio de resistencia de un Pucela con vocación suicida en su propia área. Los dos goles de desventaja llevaron a buscar llegadas desesperadas,que no cuajaron, aunque Raúl Moro logró probar los guantes de David Soria por pura insistencia. No valió de nada. El Real Valladolid empieza a parecer un cadáver y necesita una sacudida de algún tipo para reaccionar. Las miras se enfocan aPezzolano y la cuerda amenaza con romperse en cualquier momento por el lado del entrenador. Ahora mismo, esta plantilla no parece preparada para competir en Primera. La crisis se acentúa con el paso de las jornadas. Y las respuestas no llegan.

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