Alberto Mingueza

La obsesión de los preparadores físicos: medir al milímetro la cargas de los jugadores

Los equipos afinan sus planificaciones para reducir al máximo el riesgo de lesión asumiendo que caerán futbolistas al tener que jugar partidos cada 72 horas

Miércoles, 3 de junio 2020, 10:17

Va a haber lesiones. Y la rotundidad de esta afirmación responde más a un cálculo de probabilidades que a una conclusión empírica. La noticia, normalizada en cualquier otro escenario, será que no haya lesionados con un calendario frenético en el que se jugarán once jornadas en 38 días a un ritmo de partido cada 72/96 horas.

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Y con esa infalibilidad bien presente, los preparadores físicos de los clubes se han remangado en estas últimas semanas para tratar de reducir al máximo posible el riesgo de lesiones. Miden al milímetro las cargas que soportan los jugadores asumiendo que, efectivamente, no hay fórmula mágica y ninguna planificación garantiza terminar la temporada sin contratiempos. «Han sido dos meses muy largos y difíciles para los jugadores», reconoce Toni Ruiz, expreparador del Real Valladolid en la era Mendilibar, ahora en el Eibar. «Hay que tener mucho cuidado con las lesiones, es algo que debemos asumir. También nos preocupa jugar cada 72 horas, algo a lo que la mayoría de los equipos de Primera División no estamos acostumbrados», apuntaba hace unos días en una charla con internautas.

«Nos preocupa jugar cada 72 horas, algo a lo que la mayoría no estamos acostumbrados. Las lesiones es algo que asumimos»

toni ruiz, preparador físico del eibar

La principal preocupación en esta parcela se centra en la dosificación de esfuerzos y análisis posterior para evitar problemas musculares. En el caso del Real Valladolid la zona del bíceps femoral ha dado mucha guerra esta temporada, dejando KO a jugadores como Joaquín, Nacho o Sandro Ramírez.

Después de dos meses de confinamiento y ejercicios muy limitados, en algunos casos en pisos de reducidas dimensiones, el trabajo de readaptación de los jugadores ha sido progresivo. «El trabajo que se hace en casa está muy lejos del que se hace en el campo y hemos tenido que hacer un trabajo progresivo de adaptación para intentar librarnos de las lesiones», explicaba hace unos días el preparador físico del Mirandés, Pablo Gómez, en las páginas de El Correo. Al frente de la planificación de uno de los equipos revelación de la Segunda, Gómez coincide con Toni Ruiz en que la cabeza del jugador va a jugar un papel fundamental en la vuelta a la competición.

«El trabajo que se puede hacer en casa está muy lejos del que se hace en campo. Hemos tenido que hacer un trabajo progresivo»

pablo gómez, preparador físico del mirandés

«La cabeza va a jugar un papel importante. Lo que queda por delante pesa, pero como el objetivo que tenemos por delante es bonito los jugadores están motivados», asegura, reconociendo que «la dinámica de resultados que vayan cosechándose» tendrá su peso. «Será muy importante si empiezas bien porque con menos esfuerzo físico salen las cosas y si algo se tuerce parece que por mucho que trabajes nada sale. Los resultados marcarán hacia dónde se va».

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La dificultad añadida con la que trabajan todos ellos, nada acostumbrados a analizar cargas físicas cada 72 horas, pasa precisamente por el desconocimiento de ese escenario. «No sabemos qué ocurrirá porque hasta que no veamos las condiciones reales de un partido no tendremos referencias. Habrá que esperar para ver cuáles serán las condiciones físicas y técnico-tácticas de los equipos», comenta el responsable de la parcela física del equipo de Andoni Iraola.

«Al principio las cosas fueron complicadas y muy diferentes a lo que estamos acostumbrados pero te acabas adaptando y acostumbrando porque no te queda otra. La asimilación de los protocolos por parte de los jugadores ha hecho que todo sea mucho más fácil para que los objetivos deportivos que al principio estaban en segundo plano hayan ido cogiendo más importancia en el proceso de entrenamientos», explica.

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Todos los equipos han debido trabajar en las mismas condiciones, controlando en todo momento las cargas físicas en función de la normativa por fases enviada desde la liga. Al igual que sucede en los periodos de pretemporada, el trabajo con balón alivia en buena medida los esfuerzos del jugador. «El principal protagonista junto a los futbolistas está siendo el balón. Es uno de nuestros grandes amigos y echábamos de menos poder manejarlo en espacios grandes», según explica Fran Albert, expreparador del Real Valladolid y hoy al frente de este apartado en el Sporting de Gijón. «Ahora seguimos una progresión con pasos seguros, sin prisas, para minimizar riesgos con las lesiones», comentaba hace unos días en las páginas de El Comercio.

«Seguimos una progresión con pasos seguros, sin prisas, para minimizar riesgos con las lesiones»

fran albert, preparador físico del sporting de gijón

La intención de Albert y de todos los preparadores es la de dosificar la intensidad y desarrollar un trabajo progresivo para llegar en las mejores condiciones posibles al fin de semana del 12 de junio, conscientes de que después llegarán otras diez jornadas y que la puesta a punto de todos y cada uno de los futbolistas de la primera plantilla jugará un factor determinante en algún momento de los dos próximos meses.

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En el caso del Real Valladolid, hasta la fecha solo ha debido lamentar la leve lesión de Pedro Porro –lesión grado I en el recto anterior de su cuádriceps izquierdo–, que ya se ejercita con el resto del grupo después de varias semanas trabajando al margen con el readaptador.

El preparador físico Sergio Dorado, con el que no se puede compartir los resultados de su trabajo al no hacer declaraciones a los medios a instancias del club, mantiene una planificación uniforme dosificando las cargas y los descansos por igual para evitar percances.

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