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Una obra de arte de Chuki devuelve la alegría al Real Valladolid
El equipo de Almada se impone al Burgos en El Plantío con un golazo de falta directa y mucha brega sobre el césped
El Real Valladolid halló la fórmula de la efectividad en El Plantío con un nutritivo triunfo ante el Burgos CF que acaba con la sequía ... de puntos y que insufla una necesaria bocanada de oxígeno. Una obra de arte de Chuki en una falta directa permitió al equipo blanquivioleta tumbar a un rival que gozó de alguna oportunidad para equilibrar la contienda, pero que se encontró con los guantes heroicos de un imperial Guilherme. El escenario parecía poco propicio para la gesta ante un Burgos que no había concedido derrotas como local hasta la fecha. Sin embargo, el Pucela fue a la guerra de manera continua y acabó exhausto y sonriente.
Guillermo Almada tiró de su particular 'manual de la continuidad' para no retocar la alineación del Real Valladolid, salvo la cantada vuelta de Stanko Juric a su habitual puesto en la medular en detrimento de Mathis Lachuer. El entrenador blanquivioleta no efectuó más cambios en el once, por lo que Iván Garriel se mantuvo como lateral izquierdo. Peter Federico y Sergi Canós Tenés siguieron en la línea de tres atacante junto al inamovible Stipe Biuk. Tampoco agitó mucho la formación Luis Miguel Ramis, con la misma defensa y medular que jugaron de inicio en Huesca, la única novedad de Fer Niño en la punta del ataque blanquinegro y permutas de hombres en la zona de tres cuartos.
Un derbi de este tipo siempre llega cargado de una electricidad especial gracias al empuje de la grada. El choque en El Plantío no fue una excepción, al menos en los compases iniciales, con dos contendientes que buscaron la manera de marcar territorio hasta que el fuelle se redujo. El remate alto de Fer Niño para el Burgos a los 45 segundos anunció un comienzo intenso, pero el Real Valladolid no se amilanó. Las huestes de Almada salieron con ímpetu para acudir a todos los duelos. El Burgos tampoco rehuyó la batalla. Con el árbitro deseoso de tirar del tarjetero, el partido se convirtió pronto en un carrusel de amonestaciones, empezando por la de Iván Garriel, que condicionó al lateral izquierdo blanquivioleta a las primeras de cambio.
Burgos CF
Ander Cantero; Lizancos, Sergio González, Grego, Florian: Morante (Íñigo Córdoba, m.45), Atienza; David González (Aitor Córdoba, m.45), Mario González (Fermín, m.63), Appin (Mateo, m.63); y Fer Niño-
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Real Valladolid
Guilherme; Alejo, Tomeo, Torres, Garrie (Guille Bueno, m.69)l; Juric, Meseguer (Alani, m.74); Peter Federico (Marcos André, m.69), Canós Tenés (Chuki, m.37), Biuk (Ponceau, m.74); y Latasa
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Goles 0-1 Chuki (m.55).
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Árbitro Manuel Ángel Pérez (comité madrileño). con Luis Mario Milla en el VAR. Amonestó a Garriel, Atienza, Alejo, Meseguer, Morante, Lizancos, Florian Miguel, Sergio González, Juric, Fer Niño, Torres,Chuki y al entrenador del Real Valladolid. Guillermo Almada
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Otros datos El Plantío. 11.011 espectadores Novena jornada de Liga en Segunda División.
Juanmi Latasa buscó sin desmayo imponerse por alto e Iván Alejo trató de servirle todos los envíos posibles. El 'nueve' del Pucela conectó un buen cabezazo pasado el cuarto de hora... sin crear una especial inquietud en Ander Cantero, el meta local. El Real Valladolid encontró algo más de pelota que el Burgos en los primeros minutos, aunque sin llegar a dañar a su rival.
El partido entró en una fase de espesura, con continuas interrupciones y faltas por los dos lados. La calidad futbolística empezó a resentirse ante la dificultad para elaborar una creación potable. Canós Tenés y Peter Federico probaron con un par de misiles lejanos, toda una novedad en un Real Valladolid que prefiere finalizar sus ataques dentro del área.
Con el partido muy alambrado, Guillermo Almada se vio obligado a efectuar un primer cambio en el minuto 37 por lesión de Tenés. Ingresó Iván San José 'Chuki', que buscó los enlaces perdidos con la medular y acabaría resultando fundamental para abrir una lata que se antojaba muy sellada.
El encuentro se movió a chispazos antes de llegar al descanso, con poca exigencia para los porteros. Guilherme sólo tuvo que estar atento para recoger los balones a la espalda de los centrales. Un remate desviado de Latasa rubricó un primer tiempo declinante, con poco fútbol para paladear, y un árbitro descontrolado a la hora de mostrar las tarjetas, lo que amenazó a los dos equipos y acentuó la necesidad de efectuar cambios para evitar quedarse inferioridad.
A esta idea se aferró Ramis, con la entradas de Íñigo Córdoba y Aitor Córdoba, y el partido siguió con intercambio de mandobles. Peter Federico forzó una falta en el pico del área del Burgos y Chuki decidió que había llegado su momento. Cogió carrerilla y pegó a la pelota con una mezcla perfecta de técnica y potencia. El disparo se convirtió en un misil diabólico que pegó en el larguero de Ander Cantero antes de colarse en las mallas. La estirada del portero del Burgos resultó inútil porque el latigazo estaba predestinado a convertirse en uno de los goles de la jornada, acaso de la temporada.
El golazo de Chuki obligó al Burgos a dar un paso adelante para tratar de equilibrar una contienda que hasta ese momento se había movido en otros parámetros. El partido se abrió, aunque al Burgos le costaba encontrar un punzón. Estuvo a punto de hallarlo Mateo, recién ingresado al césped, que detectó un hueco abierto en el palo corto de Guilherme tras una cabalgada por la izquierda en la que se deshizo de Torres. El balón pegó con fuerza en el poste y salió repelido, para alivio de la parroquia visitante, que recordó que cualquier desajuste podría resultar mortífero.
Almada efectuó cambios de refresco para dar entrada a Guille Bueno por un Garriel contenido por la temprana amarilla y a Marcos André que suplió a un tocado Peter Federico. El delantero brasileño apenas tardó unos segundos en mostrar su condición de depredador. Robó un balón cerca del área burgalesa y soltó un trallazo que hizo retumbar la portería tras pegar en el palo. En un abrir y cerrar de ojos, Marcos André avisó a los centrales del Burgos que tendrían que redoblar su vigilancia.
Almada completó los cinco cambios con las entradas de Julien Ponceau e Ibrahim Alani por Stipe Biuk y Víctor Meseguer, con la idea de mantener el carácter batallador sin renunciar a meter miedo arriba con un 4-4-2 en el que Ponceau se desenvolvió como falso extremo por la izquierda.
El Burgos no había dicho su última palabra y gozó una bala clarísima para empatar el partido en un cabezazo a quemarropa de Sergio González, al que respondió Guilherme Fernandes con un alarde de reflejos en la portería visitante. El portero portugués, que acabó sufriendo las iras de los rivales tras el pitido final, resultó clave para mantener al Pucela en el camino de la victoria.
El Real Valladolid supo jugar sus cartas de buena manera en un contexto complicado y acabó por llevarse los tres puntos de un estadio donde solía marcharse de vacío. Una genialidad de Chuki acabó con el maleficio y devuelve la alegría a un equipo que necesitaba ganar de nuevo para alejar cualquier conato de crisis.
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