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Marcos André controla el balón ante Caicedo, durante el último partido del Real Valladolid en Cádiz EP

El Real Valladolid y el juego de áreas

Reflexiones de pizarra ·

Sin un medio del campo que complemente el trabajo defensivo y sin que tres volantes se escalonen no hay ataque

Javier Yepes

Martes, 11 de noviembre 2025, 19:35

No cabe duda que la sequía goleadora del Real Valladolid al tiempo que el acierto defensivo, ambas puestas de manifiesto en Cádiz, son ... el comentario extendido del aficionado acerca de las debilidades y fortalezas de nuestro equipo. El juego en ambas áreas toma protagonismo pues.

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Visto así, tal parece que el juego se decantase solo en ambos terrenos de influencia, y ahí es donde yo siempre intento hacerme fuerte parapetado en la idea de que arriba se llega desde atrás y atrás se defiende comenzando por los de arriba.

O sea, que sin un medio campo que complemente el trabajo defensivo antes de que la pelota llegue a nuestra área y sin que los tres volantes ocupen escalonadamente las zonas que habilitan la transición atacante, pues no hay ataque.

Siempre se puede argumentar que para atacar basta un pelotazo largo de cualquier defensa, portero inclusive, y que el delantero la baje y remate; hablamos entonces de fútbol ficción. Y de igual manera, y en paralelo, con un buen portero y dos centrales solventes puedes hacerte valer en la faceta defensiva, pero volvemos de nuevo al terreno de lo incongruente.

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Y en ambos casos, terminamos por despreciar el concepto de conjunto apoyándonos en la simple individualidad. Y eso, más que peligroso resulta por terminar siendo suicida, porque ningún jugador es más que el resto juntos. Algo a lo que siempre añado que ninguna posición es menor ni se la puede soslayar so pena de desequilibrar el conjunto.

Por todo ello, detesto las piernas cambiadas que en su inmensa mayoría convierten a los centradores en rematadores frustrados buscando beneficio individual donde se demanda altruismo de conjunto con un buen centro para el compañero rematador.

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Algo que trasladado al terreno táctico lo vemos con los tres centrales o los dos delanteros centros. ¿Para cuando dos pívots en el baloncesto o dos pivotes en el balonmano juntos y 'comiéndose el espacio'? Tal parece que 'el perímetro' y la 'línea de 6 metros' no sostengan ese tipo de 'juegos'.

Y es en ese 'ninguneo táctico' en el cual solemos incurrir los técnicos cuando prescindimos de uno de los tres volantes; algo que Chuki como volante de ataque dejó patente el domingo. Marcos André puede resultar un aceptable '10' de la divisoria hacia delante, pero no retrasándose para recibir, llevar y asistir porque le quitas los movimientos de '9' bueno que atesora, al tiempo que le ahogas físicamente. Y sin ganar un diez, acabas perdiendo a tu mejor '9'.

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Sin embargo y por centrarnos en Cádiz, asistimos al doble juego táctico en el cual futbolistas de puesto inventado y pierna antinatural para el sitio como es el caso de Federico ocupan, por orden del entrenador ¡ojo!, posiciones irreales contrapuestas con el desarrollo natural del juego.

Algo que sirvió, como si de prueba del algodón se tratase, para demostrar que Amath juega mejor en derecha que en izquierda, es más rápido y llegador que el chaval hispano-dominicano, y encuentra ahí su sitio. Y si lo tratamos en claro-oscuro, con Biuk ocurriría tres cuartos de los mismo. Y sobre todo, si Almada busca un falso extremo, ¿porque no colocar en izquierda, o sea a pierna natural, a Peter Federico? Los entrenamientos son el lugar ideal para comprobarlo. Si no, estaríamos hablando de moda sin justificar.

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Y por rematar el asunto de las áreas, decir que con Guilherme en nuestra parcela defensiva hemos encontrado un seguro de vida, que de paso ha venido a reforzar la disposición de centrales y laterales, todos discutidos por uno u otro motivo, y sin embargo, desde hace un tiempo indiscutibles por mor de las circunstancias.

Y si de hombre indiscutible en área ofensiva hablamos, ese es Marcos André, de largo el más dotado técnica y físicamente para el puesto y el único que, a día de hoy es capaz de desequilibrar con una acción individual. Travestirle de '10' puede tener medio pase según momento y circunstancia, pero prescindir de un imprescindible, nunca fue buena idea.

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