Buscando el equilibrio defensivo en el Real Valladolid
Reflexiones de pizarra ·
La idea de Pezzolano resultaría válida si de los tres centrales presentados uno de ellos saltase al medio campo al sacar la pelotaEl desenlace final del partido frente al Atlhetic Club de Bilbao nos dejó un tremendo regusto amargo y la frustración más absoluta. Ese gol postrero ... de Guruzeta, obtenido de forma tan ilógica como esperada, a la vista de los acontecimientos, bien merece una explicación técnica.
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Siempre hemos convenido que la mejor manera de defender es a través de la posesión de la pelota; la otra manera es realizarlo lo más lejos de tu propia portería para tener mayor margen de maniobra en caso de fallo. La tercera que yo añadiría, es la de llevarlo a cabo a través de todas las líneas del equipo, sin fiarlo en exclusiva ni a la propia línea defensiva ni al espacio final que ella ocupa. Y por ahí van los tiros.
El gran inconveniente que como tal presenta una línea de tres centrales, fijos e inamovibles, no es otro que la resta de un futbolista a los tres que deben conformar la línea media del conjunto.
La idea de Pezzolano resultaría válida si de los tres centrales presentados uno de ellos saltase al medio campo al sacar la pelota: algo que se complementaría con un movimiento de salida hacia delante para que el equipo pudiese acompañar la maniobra del juego.
Como ello no ocurría, tanto Juric como Kike Pérez tenían que pelear en desigualdad manifiesta con los tres volantes bilbaínos que ocupaban ese espacio. La idea de poblar la zona es buena, pero el desarrollo es perverso; ahí moría pues, y casi de inicio, la posibilidad de progreso en el juego colectivo, mientras hacían acto de presencia las pérdidas continuas de pelota.
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Un progreso en el juego para el cual el Real Valladolid necesita imperiosamente el concurso de Amallah, como volante de llegada, para que se sume a Kike como jugador de recorrido y a Juric como baluarte defensivo. Ellos tres claro que conforman una línea de volantes estable y de nivel.
Y si, como tanto gusta el míster, y le alabo la idea, opta como extremo tirado atrás por el concurso de Iván Sánchez, que lo haga en la banda izquierda. Ahí las posibilidades de éxito aumentan muy notablemente.
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Es sencillo de entender si pretendemos que desde la posición del 'diez' Selim Amallah goce del frente de juego para su progreso y el del equipo. Con la libertad de los líderes, nadie mejor que Iván Sánchez, cercano y en posición de '11', para cubrir esa espalda dando pausa, criterio y posesión de pelota.
De esa manera, y en lugar de un equipo desarmado y con unos volantes asfixiados por correr en inferioridad seremos un equipo armado y firme en la zona noble del juego; el fútbol es equilibrio armónico entre las tres líneas que lo conforman y el alterar una de ellas, privándoles de algún elemento, desequilibra de inmediato al conjunto.
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La entrada de Selim Amallah por uno de los centrales, al deshacerse el dibujo inicial, hubiese sido lo lógico. Stanko Juric se basta por sí solo, incrustándose entre los dos restantes, para cubrir ese espacio mientras da salida al juego y al equipo. Algo que se torna válido si le acompañan Kike y Selim a ambos costados mientras se deja el mando y la cobertura a Iván Sánchez.
Repito, y lo haré hasta la saciedad, que el Real Valladolid actual SÍ tiene una línea de cuatro volantes equiparable a la de los equipos de la zona media de la tabla: la mencionada.
Experiencia, calidad y oficio suficientes para equilibrar y sujetar a un equipo cosido con alfileres en defensa y únicamente a expensas de los chispazos de Moro en ataque. No lo duden, no somos más. Pero somos suficientes.
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