Fresneda: «Los rumores son agradables, pero estoy en un histórico de la liga española»

Justo ahora hace un año debutaba con el primer equipo en la victoria en liga ante el Burgos, y en 365 días ha pasado de ser una promesa y proyecto de futbolista de elite a una realidad incontestable, consolidada la titularidad en Primera División y foco de atracción de algunos de los principales clubes europeos. La vida ha corrido muy deprisa desde que Pacheta le llamó a filas. Tanto como que hace unos días el propio técnico, el que le dio alas para volar en lo más alto, le daba por perdido.

Iván Fresneda (Madrid, 2004), pese a todo el vendaval que se le ha venido encima en los últimos días, lo afronta con naturalidad y aparente normalidad según se desprende de sus palabras. «No opino de eso (rumores). Estoy muy centrado en el club. En el equipo sabemos que estamos en una situación en la que venimos con varias derrotas, pero el fútbol son rachas y lo importante es centrarse en sacar los puntos cuanto antes, que seguro llegarán», ha asegurado en rueda de prensa en la mañana de este miércoles, sin salirse un solo milímetro del patrón que rige hoy día en el fútbol profesional. «Estoy tranquilo, esos rumores que me vinculan con equipos grandes de Europa son agradables, pero estoy en el Real Valladolid, que es un histórico de la liga española», ha añadido, despejando cada pregunta sobre su futuro inmediato a las espaldas de su agente, Luis Bardají. «Mi representante me deja al margen de esos temas. No pienso en eso ahora mismo, yo estoy centrado en el partido ante el Atleti y en sacar puntos cuanto antes».

La soltura y seriedad con la que se desenvuelve en banda derecha va poco a poco asomando también en sala de prensa, donde el madrileño demuestra tener las cosas muy claras. «Es muy agradable que te vinculen con equipos grandes de Europa, pero estoy también en un grande de la Primera española y quiero aportar mi granito de arena para cumplir los objetivos. Es verdad que hace año y medio estaba compitiendo en el Juvenil de División de Honor y que todo ha venido deprisa, también ese forcejeo por la renovación, pero al final las cosas vienen cuando vienen», apunta sereno, satisfecho con la respuesta y la acogida que le ha brindado el vestuario en este último año.

«El míster siempre me da muestras de cariño y yo intento aprender de él. Siempre me ha apoyado mucho, al igual que los compañeros desde el primer día. Hay un gran ambiente», señala, asimilando día a día los consejos que recibe de los más veteranos. «Me dicen que esté tranquilo, que esto son rachas y que algún día me tocará pasar por una mala racha y que hay que afrontarlo todo. Roque (Mesa) me da consejos, me habla, es muy cercano con los jóvenes, no solo conmigo, y es un apoyo que no en todos los clubes se tiene», explica, sin dar ninguna pista sobre lo que pasa por su cabeza a corto plazo.

«Mi deseo es jugar en el Real Valladolid, disfrutar de cada partido y aportar mi granito de arena para poder sacar esta situación en la que estamos», subraya.

Tampoco Fresneda tiene una fórmula mágica ni una explicación concreta del bache en el que se ha metido el equipo tras el parón por la disputa del Mundial. «Creo que el equipo trabaja igual de bien. Venimos de una mala dinámica, pero el fútbol son rachas y unas veces cae de tu favor y otras en contra. Ahora parece que encajamos todos los partidos y que no hacemos gol, pero creo que al final va a llegar ese cambio y vendrán otra vez los resultados. Al final lo sacaremos adelante y terminarán por entrar los goles. Las cosas van a salir», dice, convencido.

Precisamente el próximo partido le enfrentará con uno de sus pretendientes no hace tanto, un Atleti que llamó con insistencia a su puerta en el último verano. «Vamos a jugar contra un rival muy duro que también viene de partidos complicados, y que también va a querer ir a por el partido para estar en la parte alta de la clasificación», analiza el lateral derecho madrileño.

Pese a lo que pueda parecer, la vida en este último año no ha cambiado mucho para Fresneda, tal y como reconoce. Continúa viviendo en la Residencia de Jugadores, estudia gestión deportiva y su día a día se circunscribe a un puñado de metros, los que separan el estadio del barrio de Parquesol.

«Lo que me ha cambiado es venir todos los días y sentarme al lado de jugadores como Roque Mesa o Sergio León. Es lo que más me ha cambiado, o jugar contra el Real Madrid y tener enfrente a jugadores como Vinicius o Modric, jugadores top a los que veía por la tele hasta hace poco», incide Fresneda, que asegura «consumir» todo el fútbol que puede junto a sus compañeros en la residencia.

Es precisamente entre sus cuatro paredes donde trata de sacar adelante sus estudios y compatibilizarlos con los entrenamientos y la vida de un deportista de elite. «Lo estudio a distancia y es más fácil. Me resultaba más complicado cuando estaba en Bachillerato y tenía que ir. Ahora hay que poner más fuerza de voluntad, pero sí es compatible», explica, consciente de la caducidad que tiene el fútbol para un profesional. «Uno no sabe lo que va a pasar después del futbol. Estudio gestion deportiva, que está relacionado, y me está gustando mucho. Veremos a ver porque nunca se sabe. Ya le digo a Fran (Sánchez) que me gusta su trabajo,... aunque ahora solo pienso en ser futbolista», apuntilla.

Amén de la calidad que atesora y la evolución técnico-táctica que ha ido experimentando su fútbol, el entorno de Fresneda le ha acompañado y ayudado a ir quemando etapas.

El mismísimo Luis Miguel Gail, el blanquivioleta que aún conserva el récord de precocidad como debutante en el primer equipo (jugó su primer partido con 16 años y 8 meses ante el Real Zaragozan en noviembre de 1977), lo resumió a la perfección hace ahora un año cuando Fresneda tomó la alternativa ante el Burgos. «Cuando se debuta a esta edad, la cabeza no está preparada para el éxito. Ahí juegan un papel muy importante los entornos», reconocía Gail.

En el caso de Fresneda también ha jugado un papel fundamental. «Ellos están superilusionados, se lo creen menos que yo porque también lo veían por la tele y ahora están muy ilusionados porque pueda jugar en este gran club y en Primera División. Me aportan mucho, hablo cada día con ellos y les veo casi todas las semanas porque vienen a apoyar al equipo al estadio y me transmiten su confianza. Saben de mi potencial y están contentos con la oportunidad que se me ha dado», explica el madrileño, descartado en su día en La Fábrica del Real Madrid cuando era apenas un pipiolo. «Yo salía del colegio y es algo que les comentaron a mis padres. Tendría 12 o 13 años y es un palo duro porque estás en un club grande, pero al final eso me ha dado la oportunidad de cambiar aún más mi mentalidad y saber que no todo acaba ahí. De ahí fui a Leganés e hice dos grandes temporadas. Estoy muy agradecido incluso con esa decisión que se tomó porque estoy ahora en la elite», reconoce Iván, uno de los atractivos del presente mercado invernal, 365 días después de debutar con el primer equipo del Real Valladolid.

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