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Interior de una granja porcina. Fotos INTERPORC

El porcino de capa blanca es uno de los motores que vertebran Castilla y León

INTERPORC es una organización en defensa de los valores del campo

Jueves, 4 de diciembre 2025, 22:55

El porcino de capa blanca es un cimiento económico y social esencial de la comunidad. Su impacto va mucho más allá de las cifras, ya que su actividad mantiene vivas muchas zonas rurales gracias a sus granjas e industrias que combinan innovación, sostenibilidad y compromiso con el territorio.

El porcino de capa blanca constituye uno de los pilares fundamentales que sostienen a Castilla y León. La moderna ganadería porcina actúa como un eje de cohesión territorial: dinamiza las economías locales, genera empleo directo, indirecto e inducido, y contribuye a mantener los servicios básicos y la vida comunitaria en el medio rural. Su impacto va mucho más allá de las granjas, impulsando industrias, transportes, fábricas de pienso, mataderos y salas de despiece. Una auténtica cadena de valor que arraiga la actividad en el territorio y ayuda a frenar la despoblación, ya que la mayoría de las explotaciones se ubican en municipios de menos de 5.000 habitantes.

La tradición y la importancia del porcino de capa blanca se perciben en las nueve provincias de Castilla y León y en numerosos municipios. Allí donde hay granjas, hay movimiento económico y social. En torno a esta actividad, comercios y servicios encuentran una demanda estable. Cada granja genera empleo y actividad a su alrededor: familias que permanecen en sus pueblos, escuelas que se mantienen abiertas y suministros esenciales que continúan prestando servicio. Por ello, más allá de las cifras, el porcino de capa blanca representa un verdadero proyecto de territorio.

Se trata de un modelo moderno, basado en la profesionalización y la alta cualificación de sus trabajadores. La gestión diaria se caracteriza por el uso eficiente de recursos, la planificación rigurosa de los lotes, la aplicación de tecnologías para el control ambiental y la trazabilidad, y el cumplimiento de los protocolos de bienestar animal y bioseguridad más exigentes del mundo. A esto se suma una constante modernización de las instalaciones, con soluciones de eficiencia energética que reducen consumos y mejoran la competitividad, reflejo de una apuesta decidida por la mejora continua.

Cifras de un líder territorial

El censo de mayo de 2025 refleja la fortaleza del porcino de capa blanca, con más de 3,3 millones de cabezas registradas en Castilla y León, lo que supone casi el 10% del total nacional y sitúa a la Comunidad entre las principales regiones ganaderas del país. En volumen de producción, hasta septiembre se alcanzaron 434.610 toneladas, equivalentes al 11% del total nacional y un 2,15% más que en el mismo periodo de 2024.

La vocación exportadora de las empresas porcinas constituye otra de las grandes palancas del sector. Entre enero y agosto de 2025, Castilla y León exportó 61.890 toneladas, con presencia destacada en los principales mercados internacionales, donde se valora la calidad y la seguridad alimentaria de los productos porcinos de la Comunidad.

Apuesta por la sostenibilidad

La ganadería porcina castellano y leonesa destaca por su firme compromiso con la sostenibilidad, entendida en su triple dimensión, no solo medioambiental, sino también económica y social. El manejo responsable de los purines, su aprovechamiento para abonos o energías limpias, los sistemas de control de emisiones, la eficiencia en el uso del agua y la integración de energías renovables forman parte de su día a día. Todo ello bajo una visión clara: optimizar recursos, reducir impacto y generar empleo y cohesión territorial.

De manera paralela, la trazabilidad y la bioseguridad, dos aspectos cada vez más valorados por los consumidores, se refuerzan mediante la implantación de nuevos controles y tecnologías. Estas herramientas digitales permiten seguir el recorrido de cada lote de carne desde la granja hasta la mesa, aportando confianza y transparencia a toda la cadena de valor.

Alimentación electrónica de los animales.

Los datos confirman que el impacto del porcino de capa blanca en Castilla y León es tangible y medible. Las granjas dinamizan la logística comarcal, impulsan servicios auxiliares y generan una red laboral que abarca desde el manejo animal hasta la gestión industrial. Cada inversión en modernización (ya sea en climatización, automatización o bienestar animal) activa oficios locales, fomenta la formación técnica y genera conocimiento aplicable a otras actividades agropecuarias.

Este ecosistema laboral funciona como un colchón demográfico en zonas que, de otro modo, tendrían dificultades para conservar servicios básicos. Se crea así un círculo virtuoso en el que más actividad implica más consumo local, lo que sostiene comercios, talleres y pequeños negocios.

Un modelo de territorio y de futuro

En definitiva, el porcino de capa blanca es mucho más que una actividad económica. Gracias al esfuerzo de los miles de profesionales que forman parte de su cadena de valor, el sector proyecta al mundo la mejor imagen de Castilla y León.

Más allá de las cifras, representa un modelo de futuro para el campo castellano y leonés: permite planificar inversiones, retener talento y promover la innovación sin renunciar al arraigo. Las modernas explotaciones están preparadas para afrontar con garantías los retos de los próximos años, como las exigencias regulatorias, costes energéticos o la incertidumbre de los mercados internacionales.

CIFRAS

  • El sector porcino de capa blanca en Castilla y León

  • Cabezas censadas (mayo 2025) 3,3 millones, el 10% del total nacional.

  • Volumen de producción Hasta septiembre, 434.610 toneladas, que equivalen al 11% del total nacional.

  • Exportación 61.890 toneladas, entre enero y agosto de 2025.

Por todo ello, en Castilla y León hablar de porcino de capa blanca es hablar de estabilidad, progreso y oportunidad. No es solo una actividad ganadera, sino una estrategia de territorio que se construye día a día entre todos, ofreciendo futuro a miles de familias y vida al medio rural.

INTERPORC da valor al sector del porcino de capa blanca

IINTERPORC es la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca, reconocida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Agrupa a toda la cadena de producción del porcino, desde las granjas hasta los mataderos y salas de despiece. Su labor se centra en dar a conocer y poner en valor todo lo que aporta el sector porcino de capa blanca a nuestra sociedad: desde la defensa de su imagen y reputación, hasta la promoción de su triple sostenibilidad (medioambiental, económica y social) y la difusión de los beneficios de la carne de cerdo y de sus productos. Además, INTERPORC forma parte de la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, colaborando de forma activa en 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto incluye acciones para cuidar el entorno, mejorar la vida en las zonas rurales y promover un desarrollo responsable. Tal y como recuerda su director general, Alberto Herranz, «el sector porcino es uno de los motores de la España rural y juega un papel fundamental en mantener vivos nuestros pueblos y vertebrar el territorio. Es un sector moderno y dinámico, cuyos productos llegan a más de 130 países, y que trabaja cada día para seguir siendo un referente a nivel mundial».

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