Boadilla de Rioseco, un museo al aire libre que renace con el buen tiempo
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El plan perfecto entre el arte y el turismoCuando el termómetro se dispara y los grandes núcleos urbanos buscan refugio en destinos costeros o de montaña, un pequeño pueblo palentino ha encontrado la fórmula perfecta para atraer visitantes: convertir sus calles en un museo abierto al que no se accede por taquilla ni se rige por horarios. Boadilla de Rioseco, con algo más de 150 vecinos censados y situado a 55 kilómetros de la capital provincial y 11 kilómetros de Cisneros, deslumbra cada verano gracias al proyecto 'Arte contra el Olvido', que integra el arte contemporáneo con las reformas urbanísticas, y al impulso cultural de la Diputación de Palencia a través del programa Allegríssimo 2025.
El verano invita a buscar planes que combinen arte, historia y frescor, Boadilla de Rioseco se convierte en un destino imprescindible en Tierra de Campos. Esta pequeña localidad palentina ha logrado, gracias al proyecto 'Arte contra el Olvido', transformar sus muros y fachadas en un museo abierto que acoge más de 100 obras de creadores de primera línea, como Antonio López, Luis Gordillo o Javier Mariscal, y despierta la curiosidad de visitantes y artistas de todo el mundo.
Iniciado en 2010 por los hermanos Francisco Javier y Juan Carlos Melero, el proyecto busca rescatar el patrimonio rural mediante pinturas y collages integrados en el paisaje urbano. Cada obra, adherida sobre lienzo o papel de algodón, dialoga con la piedra de las casas y la historia del pueblo, sus gentes y tradiciones. Con códigos QR junto a los muros, el visitante accede a información adicional, convirtiendo el recorrido en una experiencia interactiva y vivencial.
Allegríssimo
Boadilla de Rioseco acoge el concierto de órgano del ciclo 'Festival de Órgano', el viernes 8 de agosto a las 20:30 horas en la iglesia de San Salvador, construida en 1647. La bóveda de piedra y la acústica natural del templo ofrecen un frescor ideal para una velada que combina música y patrimonio. Tras el recital, el público puede prolongar el paseo nocturno, descubriendo los muralistas bajo la luz de farolas y linternas portátiles, mientras las fachadas coloreadas cobran otra dimensión.
Boadilla de Rioseco demuestra así que un pequeño municipio puede convertirse en gran escenario: un museo sin puertas, un festival sin taquilla y la promesa de un verano en el que el arte y la tradición caminan de la mano. No se puede dejar pasar la oportunidad de disfrutarlo.
Además, la visita a la localidad se puede aprovechar al máximo debido a los horarios flexibles. Al tratarse de arte al aire libre, el paseo puede realizarse de madrugada, al atardecer o incluso tras el concierto, aprovechando la iluminación natural y artificial de los murales.
Se recomienda seguir las rutas a partir de la plaza Mayor y continuar por la calle Real, hasta llegar a la iglesia, deteniéndose en cada obra. Todo sin olvidar el molino restaurado junto al río Sequillo, que ofrece sombra y fotografías únicas.