Los 'allenderos' están de moda en el barrio vallisoletano de La Rondilla
El proyecto de atención integral a menores 'La tarde de Allende Mundi' se consolida con el apoyo de Fundación 'la Caixa'
«La convivencia de dieciocho nacionalidades es una riqueza. Convertimos la multiculturalidad de la zona en interculturalidad, una convivencia pacífica, en situación de igualdad y con proyectos comunes». De esta forma resume Diego de Benito la esencia del proyecto del que es coordinador, 'La tarde de Allende Mundi', que se desarrolla en el barrio vallisoletano de La Rondilla y cuenta con el impulso de la Fundación 'la Caixa' a través de las Convocatorias de Proyectos Sociales.
El programa, en el que participaron el año pasado 76 jóvenes, se estructura en dos ejes: un espacio de aprendizaje académico y otro de aprendizaje social. En este sentido, el coordinador del programa explica que «el objetivo es mejorar la vida de los chavales y de sus familias proponiendo un espacio de mejora del estudio y promover sus habilidades sociales y culturales».
El hecho de que el programa se divida en un espacio de aprendizaje académico y otro de aprendizaje social, «es eficaz y operativo porque hay un compromiso de asistir como mínimo diez horas a la semana», al tiempo que añade que «tienen una hora y media de estudio y otra de taller de lunes a jueves. Así que somos como su familia de tarde». Desde los seis a los quince años estos jóvenes encuentran en este espacio un sitio en el que «cuando entras por la puerta todos somos allenderos y allenderas». Normalizada la diversidad de sus usuarios «no es ni relevante», subraya el coordinador.
El plan de actividades que desarrollan está orientado a facilitar «que cada chico y chica encuentre su lugar». Los talleres de habilidades sociales y culturales se organizan después del tiempo de estudio y abren la puerta a un abanico de actividades que van desde juegos de interior-exterior o dinámicas de grupo a las comisiones de medios de comunicación. «Tenemos una radio y una cartelera en la entrada con sus boletines informativos semanales», comisiones de juegos, manualidades y de arte y cultura, entre otras. «Todos tenemos un valor. Tenemos que dar a los chicos una motivación, una nueva identidad para que se interese por el aprendizaje», expone Diego de Benito.
En los espacios comunes pueden desarrollar la creatividad, «no es solo un lugar para el estudio. Aller de Mundi es un lugar para crecer y convivir, es su familia por la tarde. Somos un proyecto educativo que ofrece espacios y actividades para desarrollar hábitos y actitudes» y puntualiza: «Los chavales se implican en todo. Es su espacio y es muy importante que vean que tienen un lugar en el mundo».
Además, el coordinador de la iniciativa pone en valor el trabajo para lograr una pertenencia de grupo, «por nuestra propuesta de estudio se puede comprobar que con cuarenta y seis chavales estudiando en dos salas, no se oye nada, ni una mosca» e insisteen que «aprovechamos la multiculturalidad de los colegios y construimos la interculturalidad».
La eficacia del programa se basa en cinco claves fundamentales: una propuesta integral con el menor en el centro, un itinerario de acompañamiento, la creación de una comunidad intercultural real y la implicación activa de la comunidad, que se convierte en aliada educativa. «Nosotros conquistamos los espacios de las zona, salimos al parque de la ribera y a las plazas de La Rondilla. La gente del barrio ya nos reconoce como un recurso positivo».
En esta línea, Diego de Benito enfatiza el amplio programa de actividades que desarrollan durante todo el año y que cuentan además con la participación de los comercios de la zona. «En los talleres de juegos de personajes han participado hasta 39 vecinos de comercios en gincanas de juegos».
Modelo de convivencia
La asociación sin ánimo de lucro, Allende Mundi, se fundó en 2011 como un plan educativo diseñado para fomentar el éxito escolar y mejorar las habilidades sociales de un colectivo de niños y niñas en situación de desventaja social. Además, «hemos creado un lugar de referencia para ellos, un espacio donde puedan sentirse cómodos»
Las características principales que definen este proyecto son: interculturalidad, inclusión, interdisciplinariedad, innovación, creatividad, cooperación, compromiso y aprendizaje-servicio. Este proyecto se desarrolla en el barrio vallisoletano de La Rondilla y en la Escuela de Verano del pasado año «tuvimos 197 chavales que vienen de todo Valladolid a apuntarse. La interculturalidad se fortalece y se convierte en una medida antigueto cuando todos conviven, es una maravilla encontrar en Allende un recurso en el que participan todos».
En Allende Mundi se elaboran y desarrollan diferentes programas y acciones encaminadas a compensar estas necesidades educativas y sociales que presentan los niños y niñas. «Los chavales que participan en La Tarde salen fuera, a la plaza Alberto Fernández, una vez al año con un mercadillo de manualidades, hacen conciertos, actividades de juegos que ellos organizan, actividades de títeres... vamos al centro de la vida social y ahí están los chavales de Allende mostrando su arte».
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