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La Mezquita Azul.
Un recorrido por Turquía, descubriendo sus rincones más bellos

Un recorrido por Turquía, descubriendo sus rincones más bellos

Territorio histórico, regala contrastes culturales, tradiciones, patrimonio arquitectónico y enclaves mágicos aún por descubrir

Álvaro Romero

Jueves, 17 de octubre 2019, 09:57

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La hermosa Turquía se distribuye por la Tracia Occidental y la Península de la Anatolia, en el extremo oriental del viejo continente, compartiendo su territorio entre los continentes Asia y Europa. Se afianza como un enclave histórico que, por su posición estratégica, ha sido encrucijada cultural y cruce de caminos entre oriente y occidente, comarca fundamental para el comercio y lugar elegido como hogar por civilizaciones y pueblos de la talla de: asirios, persas, romanos, griegos, bizantinos y otomanos, entre otros.

Turquía es un país por descubrir, para muchos un gran desconocido que apenas aparece entre los destinos deseados por los viajeros españoles. Con cerca de 90.000 mezquitas repartidas a lo largo y ancho de la nación, encuentra su capital en Ankara, aunque su ciudad de referencia es Estambul. Se muestra ante los turistas como un país hermoso, con espectaculares trazados urbanos y bellos entornos naturales, tanto costeros como de interior. Conocer Turquía no supone un gran desembolso económico en comparación con otros grandes viajes y por lugares como estos merecerá la pena:

Estambul, asiática y europea

A orillas del Bósforo se sitúa Estambul, la urbe más destacada de Turquía y también el punto más turístico del país. Su ubicación, justo en el estrecho que separa Europa de Asia, le convierte en la única ciudad del mundo que pertenece a dos continentes, además de estar también entre dos mares, el Mar Negro al norte y el Mar Mármara al sur.

Región de contrastes, entre lo moderno y lo tradicional. Allí conviven sinagogas, iglesias y mezquitas en un cruce de culturas sin precedentes. En el centro histórico se agolpan la mayoría de reclamos turísticos, tales como la grandilocuente Santa Sofía, la preciosa Mezquita Azul o el impresionante Palacio Topkapi, obras arquitectónicas únicas en el mundo.

De visita obligada es el Gran Bazar, espacio que resume la esencia de Turquía con sus más de 4.000 tiendas repartidas en 58 calles que, recibe cada día cerca de medio millón de visitantes. Abundan las actividades gremiales y trabajos de artesanía, las tiendas de alfombras cosidas a mano, las dedicadas a la venta de especias y la orfebrería. Los colores se hacen protagonistas en este bello y peculiar lugar, donde se mezclan olores y sabores para hacer de esta visita una experiencia para los sentidos.

Imagen de la Capadocia.
Imagen de la Capadocia.

Capadocia, magia bajo tierra

La comarca de Capadocia se encuentra en el centro de Turquía, concretamente en la histórica región de Anatolia, un lugar repleto de magia y misterio que hace millones de años fue una importante zona volcánica. Ese pasado de lava y fuego junto con la erosión de la naturaleza han originado las fascinantes figuras geológicas que a día de hoy se pueden contemplar allí.

Las «Chimeneas de Hadas», como son conocidas por los nativos, se han ido formando a través de los siglos sobre piedra basáltica moldeada por viento, hielo y agua, transformándola en estructuras cónicas en forma de chimeneas de varios metros de altura. Terreno singular que parece sacado de una película de ciencia ficción y que cada año atrae a miles de turistas de todo el mundo.

Los visitantes que hasta allí se acercan tienen la suerte de estar ante un museo al aire libre. Su belleza, junto a la riqueza histórica y cultural que contempla, le valió para ser declarada en 1985 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Diferentes ciudades aparecen escavadas en piedra, algunas de ellas con hasta 20 niveles de profundidad. Sobrevolar la Capadocia en globo aerostático es la mejor forma de contemplar su grandeza y una experiencia única que quedará para siempre en el recuerdo.

Pamukkale.
Pamukkale.

Pamukkale, blanco y azul

Esta curiosa localidad se sitúa en la mitad occidental de Turquía, donde deja paso a uno de los fenómenos naturales más hermosos del continente, el conocido como «Castillo de Algodón». En este rincón son frecuentes los movimientos sísmicos, fenómenos que originaron la aparición de diferentes fuentes de aguas termales, unas aguas que se caracterizan por su alto contenido en minerales, bicarbonato y calcio.

El fluido continuo provoca que esos materiales se vayan depositando en forma de terrazas, dejando cascadas, estalactitas y mármoles cristalinos. El blanco inmaculado y un delicado color turquesa monopolizan el enclave dando origen a estampas sin igual, parecidas a campos de algodón o acumulaciones de nieve virgen. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, cuidando de esta forma un paisaje que años atrás era maltratado y que en la actualidad ha pasado a ser uno de los grandes recursos turísticos de Turquía.

Mugla.
Mugla.

Egeo, costa de ensueño

Las azules e intensas aguas del Mar Egeo bañan con estilo el litoral Turco, dejando a su paso espectaculares playas, localidades marineras y zonas perfectas para realizar turismo de sol y playa. Por ello es, junto a España y Francia, uno de los países más demandados en época estival, hasta allí se acercan turistas de todo el mundo, en especial del norte y centro de Europa, para disfrutar de sus agradables temperaturas.

Turquía cuenta con alrededor de 7.200 kilómetros de costa, a lo largo de los cuales se distribuyen pueblos, ciudades y espacios naturales inalterados por la mano del hombre. Entre las regiones marítimas más destacadas se encuentran Mugla, Izmir y Aydin. Lugares que parecen haber nacido de la unión del mar y el sol, que regalan atardeceres de película. Albergan en sus territorios yacimientos arqueológicos y arquitectónica clásica de los pueblos que por allí pasaron.

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