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Luis Tosar y Jesús Carroza, en un fotograma de 'Golpes'. Julio Vergne

«Enterrar a la gente dignamente no supone ningún esfuerzo. El esfuerzo está en poner trabas»

Rafael Cobos, colaborador habitual de Alberto Rodríguez, debuta como director en el largometraje con 'Golpes', un thriller protagonizado por Jesús Carroza y Luis Tosar con la memoria histórica de fondo

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 5 de diciembre 2025, 00:25

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Cuando finiquitó la serie 'El hijo zurdo', su primera experiencia como realizador, aseguró que no volvería a dirigir nada en lo que le restaba de vida. Como le diría después Isaki Lacuesta, ya era tarde: había probado la sangre. El guionista Rafael Cobos (Sevilla, 1973), colaborador habitual de Alberto Rodríguez, vuelve a ponerse detrás de las cámaras con 'Golpes', su debut en el largometraje. «Supongo que lo que me ha hecho cambiar de opinión es, de algún modo, seguir creciendo», se defiende. «Había una pulsión, por mucho que quisiera refrenarla, de volver a reincidir, porque después de escribir, lo que me interesa, por encima de todo, es relacionarme con los actores que comparten conmigo el subtexto y la emoción de la palabra», desarrolla el cineasta. Por otro lado, el proyecto le hacía sentirse a gusto. «'El hijo zurdo' era una historia bastante recogida e íntima y aquí iba a pasar a dirigir secuencias de acción más complejas y me estimulaba también volver al género desde otro espacio», señala quien hace apenas unas semanas estrenaba 'Los Tigres' y 'Anatomía de un instante', dos guiones que ha coescrito junto a Alberto Rodríguez.

Protagonizada por Jesús Carroza y Luis Tosar, este thriller sigue los pasos de Migueli y Sabino, dos hermanos profundamente antitéticos, que arrastran un trauma del pasado, cuando presenciaron el asesinato de su padre a manos de la Guardia Civil durante el Franquismo. Ambientada en la Sevilla de los 80, la película comienza cuando Migueli sale de la cárcel dispuesto a honrar a su padre. Quiere comprar las tierras en las que, está convencido, escondieron sus restos y para conseguir el dinero ideará una serie de atracos junto a su banda de toda la vida. Sin embargo, Sabino no se lo pondrá fácil. Policía experimentado, su matrimonio está atravesando una grave crisis así que quiere pedir una jubilación anticipada para cambiar de aires, pero su jefe le pondrá como condición dar caza a su hermano.

Las primeras conversaciones sobre 'Golpes' con Fernando Navarro, coautor del libreto, datan de 2016-2017. «Muy pronto el cine kinki se posicionó como la piedra angular del proyecto», revela Cobos, «y el resto fue poco a poco construyéndose hasta encontrar un espacio un poquito más trascendental y complejo». Cuando terminaron la última versión, fueron Emma Lustres y Borja Pena, los productores de Vaca Films, quienes le propusieron dirigirlo. Consciente de que iba a ser él quien tuviera que defender lo escrito en aquellas páginas, se puso manos a la obra para hacer una última versión del guion. «Era un guion un poco más peliculero y me lo bajé a un terreno en el que yo me encontraba más cómodo. La películas no es hiperrealista pero tiene un realismo en el que yo me encuentro a gusto», señala.

Rafael Cobos da unas indicaciones a Jesús Carroza, durante el rodaje. Julio Vergne

Cobos enseguida vio Jesús Carroza como Migueli. El actor había debutado en '7 vírgenes', precisamente a las órdenes de Alberto Rodríguez, con un trabajo por el que se hizo con el Goya al mejor actor revelación, así que tenía sentido que el círculo se cerrara protagonizando la ópera prima de Cobos. Menos claro tenía que Luis Tosar pudiera meterse en la piel de Sabino. «¿Cómo Luis se va a embarcar en una aventura con un pardillo», se preguntaba el director. «Qué gracia, porque esto es algo que ni se me pasaba por la cabeza», dice a su lado Tosar, que recibió el guion cuando aún no estaba claro quien lo iba a dirigir. «A mí me gustó mucho y estaba deseando que fuera Rafa porque tenía confianza ciega», continúa.

En contraposición al claro objetivo que Migueli tiene en la cabeza, Sabino se encuentra totalmente perdido. «Los dos hermanos digieren de maneras diferentes el suceso pero la herida sigue ahí», avanza el actor. «En el caso de Sabino, se ha acoplado al sistema. De hecho, se ha hecho policía pero ve que el castillo de naipes ya se empieza a deshacer por todos lados: su matrimonio empieza a fracasar, la España que él conocía y en la que se manejaba se está reconstruyendo y está empezando a evolucionar hacia un país muy diferente, con cambios además muy rápidos. Y de repente aparece su hermano». Tosar y Carroza construyen una relación fraternal en pantalla magnética y con alguna que otra sorpresa. «No tuvimos mucho tiempo para ensayar pero nos conocíamos desde 'Celda 211' y eso nos daba cierta tranquilidad interior», explica Carroza, que da vida a un ladrón lleno de humanidad.

Un acto sanador

De fondo, sobrevuela la memoria histórica, un asunto que sigue levantando ampollas. «Es un tema que está abierto cuando por sentido común debería cerrarse apelando a lo más humanitario, pero no sé por que se convierte en un debate infinito y en un arma arrojadiza», reflexiona Cobos. «Hay mucha instrumentalización, eso está claro -añade Tosar-. La clase política lo usa muchísimo para polarizar y eso hace que el problema se vea cada vez más insalvable». «Al final, debería ser tan sencillo como lo que muestra la película. Aquí ha habido una guerra fratricida, que enfrentó hermanos contra hermanos durante tres años y que ha dejado una herida abierta durante más de ochenta. Simplemente habría que pensar en lo sanador que podría ser ese acto tan sencillo que es desenterrar a la gente y enterrarla dignamente. Sería cojonudo para este país y no es un esfuerzo. En realidad el esfuerzo está en poner trabas», zanja el actor.

Teresa Garzón y Jesús Carroza, en un instante de la película. Julio Vergne

Pese al esfuerzo que ha supuesto levantar la película entre varios proyectos, Cobos tiene, en esta ocasión, ganas de repetir. El final de 'Los Tigres' convivió con el arranque de 'Anatomía de un instante' y con la preproducción de 'Golpes'. El cineasta logró empujar la fecha de rodaje de la cinta para que no afectara a la escritura de 'Anatomía de un instante'. «La escribí a toda leche y creo que todos los proyectos se beneficiaron porque se enriquecen y te dan aire y oxígeno y te permiten tomar un poquito de distancia, pero claro te obliga a veces a desfondarte. Al final se han solapado tres proyectos en un año y ha sido agotador», reconoce. ¿Se ve más como guionista o como director? «Soy guionista y siempre lo seré, pero tengo muchísimas ganas de volver a dirigir y ahora mismo creo que miro también las cosas desde un punto de vista como director», responde quien califica el rodaje de 'Golpes' como «increíble». «A diferencia de 'El hijo zurdo', donde sufrí un poco, aquí iba cada día más ilusionado. Quizá porque esta vez fui con la coraza de que no estás salvando vidas. Es una máxima que tengo como cabecera: no hay nada importante en lo que hacemos».

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