Policías nacionales escoltan a uno de los acusados a su llegada este lunes a la Audiencia de Palencia. Marta Moras

Palencia

La víctima de detención ilegal y agresión sexual dice que las relaciones fueron consentidas

La mujer de 36 años asegura no recordar que los dos hermanos paraguayos acusados la dejaran desnuda y atada en Autilla del Pino

Lunes, 29 de septiembre 2025, 17:36

K. V. H. R., la mujer supuestamente víctima de F. D. V. R. y M. G. V. R., los dos hermanos paraguayos detenidos por la Guardia Civil en la madrugada del 11 de marzo de 2024 por un escabroso 'cóctel' de delitos cometidos contra ella en Autilla del Pino, entre ellos los de agresión sexual y detención ilegal, aseguró este lunes en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Palencia que las relaciones sexuales que mantuvo con F. D. V. R. fueron «consentidas» y que, en relación con el delito de detención ilegal, no se acuerda «de nada», ya que había consumido mucho alcohol. En la vista oral, celebrada a puerta cerrada a solicitud de la propia mujer, K. V. H. R., que no se ha ratificado en su denuncia y que ha renunciado a las acciones que le pudieran corresponder por los hechos, ha señalado que hay un informe médico en el que figura cómo le contó a la médica de urgencias que esas relaciones fueron consentidadas; que en ningún momento se ha sentido amenazada o coaccionada por los acusados, y que ya se había visto antes con F. D. V. R. y que tenía una relación de pareja con él. De hecho, ha apostillado que, cuando le estuvo visitando en prisión a través de locutorios (llegando incluso a pedir un vis a vis con él) hasta que la Fiscalía de Palencia solicitó finalmente la prohibición de comunicación, acordándose dicha medida cautelar, ella se acreditaba en el centro penitenciario como compañera sentimental del acusado.

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El Ministerio Público, que elevó a definitivas sus conclusiones provisionales, solicita una pena global de 66 años y seis meses de prisión para los dos acusados. Para F. D. V. R., de 27 años en el momento de los hechos, pide en concreto una pena de 15 años de prisión por un presunto delito de agresión sexual; de seis meses de cárcel por un supuesto delito de conducción sin licencia o permiso, y de un año de prisión por un presunto delito de negativa a someterse a la práctica de pruebas de detección alcohólica. Para M. G. V. R., de 22 años en el momento de los hechos, la Fiscalía solicita una pena de ocho años de prisión por un presunto delito de agresión sexual. Y para ambos acusados, el fiscal pide una pena de cinco años de cárcel por un presunto delito de robo con violencia; de diez años de prisión por un supuesto delito de detención ilegal; de dos años de cárcel por un presunto delito contra la integridad moral, y de cuatro años de prisión por un supuesto delito de atentado. Además, solicita para ambos una multa de 1.080 euros por un delito leve de estafa, y una multa de 4.320 euros por un presunto delito de hurto de uso de vehículo a motor.

Los dos hermanos paraguayos acusados, que fueron trasladados el pasado mes de mayo desde el centro penitenciario de La Moraleja hasta el de Topas (Salamanca) en el caso de F. D. V. R. y al de Villanubla (Valladolid) en el de M. G. V. R., han reiterado su inocencia durante la vista oral celebrada en la Audiencia. F. D. V. R. ha asegurado que conoció a la mujer a través de las redes sociales, que quedaron en Autilla del Pino y que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, que al día siguiente llegó a la casa su hermano pequeño y que K. V. H. R. se quedó allí porque había bebido mucho, marchándose ambos hermanos a «por alcohol y droga».

Los hechos se remontan a fecha no determinada pero en el mes de enero de 2024, cuando, según el escrito de acusación del Ministerio Público, F. D. V. R., contactó a través de redes sociales con una mujer, K. V. H. R., iniciándose entre ellos una relación de amistad y ambos concertaron una cita el 9 de marzo de 2024 en la localidad de Autilla del Pino, donde residía el primero.

En una vez ambos en la mencionada localidad, acudieron a la vivienda propiedad del padrastro de F. D. V. R. donde este, ante la negativa de la mujer de mantener relaciones sexuales sin protección, la penetró vaginal y bucalmente empleando la fuerza, despojándola de sus ropas y enseres.

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Llegado el 10 de marzo, F. D. V. R. obligó a K. V. H. R., bajo amenaza de atentar contra su integridad física o la de sus hijos menores, a realizar tres pagos por importe de 50, 100 y 700 euros mediante la aplicación Bizum a su hermano M. G. V. R., con quien previamente se había concertado.

Después M. G. V. R. se personó en el domicilio de Autilla del Pino y ambos ataron a la mujer las muñecas y tobillos, la desnudaron y la solicitaron que llamase a sus padres para que les pagaran 2.000 euros mientras la amenazaban con toques en la piel con un cuchillo, un hacha y una motosierra en funcionamiento. M. G. V. R. además tocó las nalgas a K. V. H. R. mientras se encontraba en la situación descrita.

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El mismo 10 de marzo, los acusados abandonaron la vivienda en la que habían tenido lugar los anteriores hechos, dejando a la mujer allí, atada de pies y manos y desnuda, y sobre las 14:50 horas solicitaron el servicio de taxi para trasladarse a la localidad de Palencia. Una vez llegados a la ciudad, llamaron de nuevo al taxista para que los llevase a un club de la localidad de Monzón de Campos y desde allí solicitaron el servicio de otro taxista para que les trasladase al club Sotoblanco y una vez en el mencionado establecimiento no abonaron el servicio por importe de 45 euros.

En hora no determinada pero entre las 19:00 horas del 10 de marzo y las 2:15 del día siguiente sustrajeron, sin utilizar la fuerza ni la intimidación, un vehículo. F. D. V. R., a pesar de carecer del permiso que habilita para ello, condujo el mencionado vehículo hasta la altura del polígono El Arriero de la localidad de Villamuriel de Cerrato, donde se salió de la vía.

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Personados en el lugar los agentes de Guardia Civil actuantes en la ocasión, los acusados se bajaron del vehículo e hicieron caso omiso a sus indicaciones, encarándose con ellos y amenazándoles mientras F. D. V. R. encañonaba un arma que resultó ser simulada, debiendo los agentes proceder a reducirles.

Requerido F. D. V. R. por los agentes a someterse a las pruebas de detección alcohólica, se negó a ello pese a ser advertido de las consecuencias de su negativa.

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