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Una alumna se matricula esta semana en la UPP. Marta Moras

La UPP engancha a 3.500 implicados alumnos después de 40 años de trayectoria

Más de 80 docentes se encargarán de la formación que comienza el 6 de octubre a través de 150 cursos

Carmen Aguado

Palencia

Lunes, 15 de septiembre 2025, 07:02

Comienzan las clases en las guarderías, colegios y campus universitarios y, también, en la Universidad Popular de Palencia (UPP), donde se iniciará el nuevo curso ... en tan solo unas semanas, el 6 de octubre. Concretamente, su cuadragésimo primer año como referente en la educación para adultos de la capital y provincia. El periodo de inscripción en sus instalaciones del colegio Buenos Aires ha estado abierto esta pasada semana de forma presencial y sus responsables prevén el registro de unas 3.500 matrículas, ya sea de forma presencial o telemática ya que, de igual modo, ha estado operativo desde el pasado 3 de septiembre la inscripción 'on-line' para facilitar así este trámite.

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Las perspectivas de matriculación son positivas y el centro estima un número similar de alumnos al del año pasado. No se cree que pueda disminuir ni tampoco que pueda aumentar por la limitación de espacio con la que se cuenta en el centro, ya que todas las aulas de las que dispone se llenan diariamente para acoger a cientos de personas tanto en horario de mañana como de tarde. «Nuestro programa educativo desarrolla un mapa que recorre los diferentes territorios del conocimiento, de la actividad creativa, de la reflexión crítica, de la conciencia de lo saludable para la persona y la propia naturaleza, de la comunicación y la lengua, así como el acercamiento a las tecnologías nuevas al servicio de las personas», sostiene Cándido Abril, director de la UPP.

Abril destaca la importancia de esta educación con el objetivo de crear ciudadanos buenos y singulares para convivir. «Poder vivir en comunidad es muy importante por la edad, las circunstancias y la sociedad en la que vivimos y en la que hay tanta soledad no deseada. Por eso, nosotros somos referente en eso», agrega.

Por ello mismo, la Universidad Popular de Palencia no tiene un carácter academicista sino de convivencia en la que compartir no solo formación y conocimiento sino también experiencias y un tiempo de calidad que enriquezca a todo el alumnado y al profesorado, volcado con su papel dentro de la UPP e involucrado en el día a día del centro.

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«La Universidad Popular de Palencia tiene otro método de educación, claramente. Está basado en el aprendizaje común y donde hay diálogo. Aquí aprendemos a ser tolerantes y a compartir, esa es la manera de trabajar que siempre hemos tenido durante estas cuatro décadas y la que queremos que siga reinando».

Una de las patas más importantes sobre las que se basa la UPP es su profesorado. La mayoría de sus docentes llevan vinculados a este centro desde hace años. Aunque hay una rotación natural dadas algunas circunstancias como son las jubilaciones o los cambios de residencia, señalan desde la dirección, hasta el 95% de ellos repiten este nuevo curso en las aulas.

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«El profesorado de la Universidad Popular está implicado y es conocedor de las realidades que se viven. Es un personal muy preparado y consciente de la realidad. También, capaz de seguir reflexionando por dónde caminar. Más del 75% de ellos tienen una dedicación importante», explica Cándido Abril.

Temáticas diferentes

En total, hay disponibles 150 cursos de temáticas diferentes en los que poder conocer más sobre disciplinas como el arte, la historia, la literatura o la pintura además de reforzar idiomas como el inglés o el francés y aprender nuevas lenguas como el italiano o el alemán. Asimismo, hay tiempo para la actividad física ofertando disciplinas que van desde el yoga al pilates o el taichí.

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La cultura y la sociedad tienen de nuevo hueco en la programación con cursos bajo el nombre de 'Desayunos con la actualidad' o 'Filosofía para andar por casa' y, también, creatividades artísticas que abarcan desde el dibujo, al bordado o la artesanía creativa. Igualmente se puede aprender música y formarse en bienestar.

Un catálogo muy amplio en el que no pueden faltar la ciencia y astronomía o las tecnologías para la vida cotidiana. Desde el 6 de octubre y hasta el 3 de junio del año que viene, los más de 80 docentes con los que cuenta el centro formarán a sus alumnos en nueve temáticas diferentes que se van renovando año tras año, pero conservando su esencia.

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«Los cursos que se prorrogan en el nombre no lo hacen en contenidos. Esta es una posibilidad que tenemos en esta educación porque no es el programa del ministerio que está machacado, sino que damos una continuidad. Para el profesorado es un esfuerzo mayor porque siempre están actualizándose y renovándose», destaca Abril.

Una heterogeneidad que permite que cada persona, prácticamente, pueda tener un curso para él o que se adapte a sus necesidades o gustos personales. Una oferta directa e indirecta en los centros sociales de la capital y la provincia, así como en el centro penitenciario. Una expansión del conocimiento que traspasa las paredes de las clases y llega a la calle.

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Precisamente, el diseño del programa que incluye toda esta oferta para el curso 2025/2026 cuenta en su portada con los colores de la bandera de Palestina –negro, blanco, verde y rojo– y con la ilustración de una sandía, el símbolo de solidaridad con el pueblo palestino. Y así lo pone de relieve el propio Abril. «Como ámbito educativo de personas adultas no podemos dejar de lado reflexiones sobre el mundo de hoy».

El responsable de la UPP sostiene que paralelamente, «hay que preguntarse qué es el mundo salpicado de guerras y muerte; hay que preguntarse qué es la libertad en un mundo sometido a poderes inconfesables; hay que preguntarse qué es la vida en un mundo al que hemos venido para confesar que 'hemos vivido'».

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Y en este sentido precisa, «todo el mundo comparte que no pueden morir niños, pero no basta solo con decirlo, hay que aportar cada uno sus pequeños detalles, su pequeña reflexión, su pequeña opinión, su pequeño esfuerzo para que esta locura se acabe. El ejercicio violento no lo podemos parar, pero sí la palabra violenta o la palabra forzada».

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