Tintorería La Puebla cierra por jubilación pero reabrirá en poco más de un mes
María Sanz Pallarés se jubila con elogios hacia los clientes por el buen trato recibido después de casi treinta años en el negocio
«Ahora vivo en San Telmo y no me viene muy bien venir hasta el centro, donde estaba antes, pero no quiero llevar mis prendas ... a limpiar a otra tintorería», dice una fiel clienta de La Puebla, situada en la calle de La Mujer Palentina de Palencia, en la esquina con Barrantes. Y lo dice también porque en el cristal de su fachada hay un cartel que anuncia su cierre para este 30 de diciembre. María Sanz Pallarés, la dueña, le tranquiliza, porque aunque ella se despide después de casi treinta años, el establecimiento reabrirá en febrero de la mano del profesional que en estos años ha limpiado las prendas de piel, que requieren otras técnicas, y en el negocio también se queda una trabajadora actual.
Ni pejigueros ni fastidiosos
Con un mensaje de tranquilidad para los clientes fieles, de los que ya se ha ido despidiendo durante este mes, se jubila María Sanz Pallarés. Ytambién lo hace con una gran satisfacción, la de haber atendido a miles de personas en estos años «porque siempre hemos tenido mucha gente, de todo tipo, y nunca hemos tenido problemas con nadie, porque además si una prenda quedaba mal se limpiaba hasta siete veces si hacía falta», afirma. No, dice que los palentinos no son ni pejigueros ni fastidiosos ni excesivamente exigentes.
El establecimiento cuenta con una máquina fundamental de limpieza en seco, además de otra de agua, en el sótano del local, la plancha industrial y la empaquetadora. Considera que el negocio no ha cambiado mucho en este tiempo, que no es Palencia una ciudad con muchas tintorerías y que tampoco les ha afectado la proliferación de lavanderías industriales en casi todos los barrios.
Dice que los clientes fijos recurren a la tintorería cuando cambian el armario, tanto el de verano como el de invierno, tanto para la ropa de vestir como para la ropa de cama, y que buena parte del negocio anual procede de los vestidos de novia y de Primera Comunión, que una vez pasadas las celebraciones quieren guardarse impolutos en el armario.
Se va satisfecha, sobre todo por el buen trato que le ha dispensado siempre la clientela, a la que sigue ofreciendo las puertas de Tintorería La Puebla abiertas de nuevo en febrero.
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