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Tachurock celebra su vigésimo aniversario con música y «espíritu comunitario»
Itero de la Vega disfruta de los conciertos de grandes bandas en la Plaza de la Iglesia y en el Escenario Panera
Itero de la Vega se convirtió de nuevo el pasado fin de semana en epicentro musical y solidario con la celebración del Festival Tachurock, que este año alcanzó su vigésima edición. Lo que nació en 2005 como una iniciativa vecinal para dinamizar la vida cultural del municipio y recaudar fondos solidarios se ha consolidado como uno de los encuentros musicales más singulares de Castilla y León.
Con motivo del vigésimo aniversario, la organización del festival contó con un emblema muy especial: una guitarra eléctrica de 7,5 metros de longitud, construida en madera y hierro por los artesanos Miguel y Carmela, encargada por AlmaZen Eventos. Esta pieza monumental, que presidió el escenario principal durante todas las actuaciones, lucía en su parte superior izquierda el lema '20 Tachurock', símbolo de dos décadas de música, compromiso y autogestión.
Más allá de lo artístico, el festival mantuvo su carácter solidario. Todos los beneficios de esta edición se destinarán a proyectos de cooperación internacional en Angola, donde un hijo del propio pueblo desarrolla desde hace años labores de misión.
Durante tres intensas jornadas, Itero de la Vega multiplicó por diez su población. Desde el jueves, el festival colgó el cartel de aforo completo, congregando a más de 1.500 personas llegadas de distintos puntos de España. El ambiente fue descrito por asistentes y organización como un clima de «buen rollo, convivencia intergeneracional y espíritu comunitario», sello característico del Tachurock.
El público pudo disfrutar de un cartel plagado de grandes bandas que ofrecieron conciertos memorables en la Plaza de la Iglesia y en el Escenario Panera, espacios que se llenaron de energía cada jornada en este municipio de Palencia. A ello se sumaron las actividades paralelas: mercado artesanal, paellada popular, servicio de bar y bocadillos, zona de acampada y actividades lúdicas para los más pequeños, que redondearon la experiencia.
El Tachurock 2025 volvió a demostrar que este encuentro trasciende lo musical. No es solo un festival, sino un proyecto colectivo que refuerza el tejido social de un pueblo de apenas 150 habitantes, capaz de movilizar recursos y voluntades para ofrecer un evento de proyección nacional.
Con veinte años de historia, el Tachurock ha consolidado su identidad como un festival solidario, autogestionado y comunitario, donde la música es vehículo de unión y cooperación. Su vigésimo aniversario quedará grabado en la memoria de Itero de la Vega y de todos los que, una vez más, hicieron de este pequeño rincón de Palencia un escenario gigante de cultura y solidaridad.