La protectora de animales recupera el rumbo y Chiguitos Felinos asume la gestión
El Ayuntamiento firma con la asociación un convenio anual, prorrogable hasta cuatro años, con una dotación económica de 165.919 euros al año
La historia de la protectora de animales de Palencia escribe una nueva página tras años de polémicas, falta de entendimiento y un contrato que se ... agotó dejando muchas incógnitas. Lo que hasta hace poco era un espacio en el centro del debate por sus carencias y denuncias, hoy inicia una transición hacia un modelo más participativo, transparente y bajo el control directo del Ayuntamiento. No se trata solo de cambiar la gestión, sino de replantear cómo se protege y cuida a los animales en una ciudad que debe adaptarse a la nueva Ley de Bienestar Animal, según ha destacado el concejal de Medio Ambiente, el socialista Antonio Casas. Con un convenio renovable, más supervisión y una ordenanza en camino, que endurecerá las obligaciones y sanciones, el Consistorio quiere marcar un antes y un después con su apuesta por la Asociación Chiguitos Felinos al mando de todas estas operaciones. El reto no es menor: reparar años de abandono, recuperar la confianza ciudadana y convertir la protectora en un espacio donde la palabra bienestar vuelva a tener sentido.
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La protectora de animales de Palencia deja atrás una etapa polémica para iniciar otra que el concejal de Medio Ambiente define como «un tiempo nuevo». El Ayuntamiento ha optado por un cambio de modelo. Se abandona la gestión privada tradicional y se implanta un sistema basado en un convenio de colaboración con una asociación sin ánimo de lucro, con el que se busca «más control, transparencia y coordinación».
Durante años, la concesión estuvo en manos de la empresa Scooby, pero la relación con el Consistorio se deterioró hasta el punto de romperse. «En los últimos años la protectora ha estado en entredicho, la relación con el Ayuntamiento no ha sido la mejor y siempre hemos tenido la convicción de que había incumplimientos en su contrato», señala el concejal de Medio Ambiente.
El contrato expiró el 30 de junio y, ante la ausencia de un adjudicatario, el Ayuntamiento recurrió a una gestión provisional durante el verano, en colaboración con la clínica veterinaria Ruralvet, para restablecer las condiciones mínimas de salubridad y atender a los animales. Mientras tanto, se trabajó en la búsqueda de una solución definitiva. «Cuando se acabó el contrato, buscamos la mejor forma de gestionar este centro, no solo para cumplir con las obligaciones que teníamos antes, sino también con las nuevas que marca la Ley de Protección Animal de 2022, como el control de las colonias felinas», explica el edil.
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La fórmula elegida es un convenio anual, prorrogable hasta cuatro años, que contará con una dotación económica de 165.919 euros al año. «Creemos que es lo mejor porque el Ayuntamiento va a tener un mayor y mejor control sobre lo que ocurra en la protectora, además de hacerlo con una asociación sin ánimo de lucro», destaca Antonio Casas.
El acuerdo fija normas y compromisos claros, así como un sistema de seguimiento bimensual. «Abrimos un tiempo nuevo. Vamos a trabajar y colaborar mucho entre las dos partes para que el resultado sea el mejor. Aún nos queda muchísimo por hacer. Tenemos unas instalaciones buenas, pero con un escaso mantenimiento durante años. Poco a poco las iremos poniendo al día», reconoce el concejal.
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El edil subraya que el objetivo no es únicamente atender a los animales acogidos, sino dar un salto cualitativo en la gestión, incorporando las obligaciones que marca la normativa estatal. «Queremos introducir muchos aspectos en la ordenanza que tenemos a medio hacer, porque hemos estado muy centrados en la protectora y ahora nos centraremos en ella. Esperamos tenerla en pocas semanas», avanza.
Entre los cambios que el Ayuntamiento prevé introducir figuran nuevos criterios para adopciones y aplicación de sanciones. «Queremos definir qué aportación debe hacer alguien que abandona a un animal y quiere recuperarlo después, o el coste que tiene para el Ayuntamiento que alguien venga a adoptar», explica Antonio Casas.
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Respecto a la etapa anterior, el concejal es claro respecto a la posibilidad de imponer sanciones al anterior adjudicatario. Una posibilidad que el equipo de gobierno sigue estudiando al tener el firme convencimiento de que no se estaba cumpliendo con todos los requisitos establecidos en el contrato. «Nosotros tenemos la convicción de que ha habido incumplimiento. Las sanciones se aplican en cuanto a los incumplimientos. Una vez que la veterinaria municipal hace los informes, son los servicios técnicos los que evaluarán si hay incumplimiento o no, además de la respectiva sanción».
Antonio Casas destaca que la implicación ciudadana será clave. «La mejor manera de gestionar la protección de animales de Palencia es hacerlo con gente que los ame de un modo totalmente desinteresado», concluye.
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