La pequeña Henar, un rayo de luz para un año de pandemia

Y es que, los padres de la pequeña, Javier Álvarez y María Jesús Gallego, relataban hace un año que a pesar de haber vivido un parto poco usual debido a todas las medidas sanitarias existentes en aquel momento, el equipo médico en ningún momento les transmitió miedo por todo lo que estaba pasando en el hospital sino todo lo contrario. Henar ha sido, sin ninguna duda, lo mejor que les ha pasado a sus padres y a su familia en este año tan triste para todos. Javier, el padre de Henar cuenta cómo su familia tardó tiempo en conocer a la pequeña. «Sus abuelos maternos que viven aquí, en Palencia, pudieron conocerla cuando salimos del confinamiento domiciliario, pero mi familia, que vive en Galicia, ha tardado más debido a las restricciones sanitarias que ha habido».

Aunque las celebraciones se han podido realizar a cuenta gotas y con muchas medidas de seguridad, Javier explica que fue en el mes de septiembre, cuando las cosas estaban un poco mejor, cuando pudieron celebrar el bautizo de la niña. «Al no haber en ese momento cierre perimetral, mi madre y mi hermana pudieron venir de Galicia a celebrar ese día tan especial con todos nosotros en una ceremonia muy íntima».

La pequeña Henar, a punto de cumplir un año el próximo 21 de marzo, es, según su padre «un amor de niña». A Javier se le cae la baba hablando de su pequeña a la que describe como un bebé muy tranquilo que les deja dormir estupendamente por las noches.

Lo cierto es que la pequeña Henar se lo está poniendo muy fácil a sus padres, quienes cuentan con la ayuda de los abuelos maternos, quienes se quedan muy a menudo con la niña. De esta forma, la conciliación laboral y familiar se hace más sencilla para Javier y María Jesús.

Convertirse en padres ha sido lo mejor que les ha pasado a esta pareja, y más en un año como este en el que tanto Javier como María Jesús, ambos sanitarios, han podido vivir en primera persona la cara más cruel de la covid-19. «Gracias a ella, te olvidas un poco de toda esta situación. Te mantiene ocupado y te alegra mucho dentro de todo esto que está pasando», detalla el orgulloso papá.

Aunque ya han podido disfrutar de pequeñas cosas como paseos al aire libre o pequeños encuentros familiares, Javier echa de menos todo lo cotidiano que ya hace un año que desapareció como «poder disfrutar de los amigos o tomarte una caña tranquilamente».

Porque ahora, doce meses después, ya se sabe algo más de este extraño virus que confinó en casa a todo el país durante mes y medio. También, la población se ha acostumbrado a llevar mascarilla, a no dar besos y abrazos o a mantener una distancia con la familia, amigos o compañeros de trabajo. Algo que para estos niños entra dentro de lo normal y no de la 'nueva normalidad' que supone para el resto.