Marina Diez, enfermera palentina: «No sé cómo lo cogí, siempre me he protegido»

«He tenido distintos trabajos y no pensé que me pudiera contagiar diez meses después. Yo ya pensaba que lo había pasado y era asintomática o incluso que era de la clase de personas que no coge el virus con tanta facilidad», explica la enfermera palentina Marina Diez Calle, que desde que comenzó la pandemia había estado en el Universitario de Burgos en una planta covid, en Donantes de Sangre en Valladolid, donde se trata a mucha gente e incluso estuvo de vacaciones en Italia el pasado mes de octubre. Cuando se contagió, trabajaba en Saldaña, pasaba consultas los días que libraban sus compañeras y también era rastreadora.

Tenía en casa una prueba rápida porque su padre había estado malo en noviembre y se la hizo. «Cuando un test de antígenos da positivo y tienes síntomas, es que eres positivo. De tanto que lo haces diariamente, ya conoces el funcionamiento», argumenta. Inmediatamente avisó a su centro de salud, se aisló y se activó el protocolo correspondiente. El lunes se sometió a una PCR en el hospital de Palencia, en prevención de riesgos laborales. Y volvió a dar positivo.

«He visto diferencia del rastreo de Saldaña al de Palencia. En Saldaña les llamábamos cada 48 horas para ver cómo estaban. Me llamaron del ejército para dar mis contactos, pero ya no me llamaron más en todo el aislamiento. Supongo que andarían bastante saturados en aquellos días o por no haberme hecho la prueba en el centro de salud, no lo sé», plantea esta enfermera, que ahora mismo está trabajando en Palencia Rural.

No sabe en qué momento se contagió. No tiene idea de cómo pudo ser. «Supongo que fuera a raíz de algún paciente, pero yo siempre me he protegido y voy con doble mascarilla, la FFP2 y la quirúrgica, así que no tengo ni idea. Cuando di positivo hacía un poco de todo en Saldaña», explica.

Tiene muy claro que su profesión, su trabajo y el de sus compañeras ha sido y es clave en estos tiempos de pandemia. «El papel de las enfermeras durante la pandemia es fundamental, importantísimo y necesita ser agradecido muchas veces, no por parte de los pacientes, que al final es por los que te esfuerzas tanto. Pero sí por la parte de los de arriba. Ahora parece que nos están valorando un poco más, pero hace falta mucho más, mas derechos y el trabajo tiene que ser más agradecido por parte de quien te paga, quien te contrata y quien te manda», afirma con seguridad. «Muchas veces parece que se aprovechan de la empatía que tú sientes por el paciente a la hora de salir tarde, a la hora de forzar, de hacer más curas...», agrega.

Más allá de la labor de las enfermeras, quiere ensalzar la de todo el equipo en general. «Se ha hablado mucho de enfermeras y médicos, pero hay mucha más gente, a los que no se ha tenido en cuenta ni se les ha hecho una retribución extra. Al final es un trabajo en equipo, siempre. Y si no nos caemos todos», admite.

Se encontró mal, con fiebre y dolor de cabeza, los primeros días, luego fue mejorando, aunque arrastró mucho cansancio todo el tiempo. Fue muy duro porque los padres de su pareja tuvieron que ingresar en la UCI por covid y su madre sufrió un accidente doméstico y tampoco pudo estar con ella. «Fue horrible, pero qué otra cosa podía hacer que quedarme en casa», afirma.

Enfadada, recuerda que mientras ella no podía ni ver a su madre, había personas saltándose el confinamiento. «Desde mi ventana vi cómo detenían a gente por saltarse el confinamiento y encima esa gente tiene que ir detenida en una ambulancia, gastando dinero. Lo vi estando yo aislada. Hay que tener ética y no liarla», concluye esta enfermera, que aún no ha podido ser vacunada contra la covid.