Los libreros de Palencia constatan que las ventas se mantienen al alza tras el confinamiento
Librerías y editoriales encaran con ánimo la celebración del 23 de abril, sabedores de que el hábito de lectura ha crecido
PILAR GIMENO
Palencia
Lunes, 18 de abril 2022, 00:10
El próximo sábado, 23 de abril, se celebra el Día del Libro, una fecha que se conmemora en todo el mundo con el objetivo de fomentar la lectura, proteger la industria editorial y defender los derechos de autor. La capital palentina se sumará un año más a esta iniciativa de la mano de su Asociación de Libreros y Editores que, con el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración de la Diputación, saldrá a la calle por un día para trasladar sus escaparates a expositores en los que los libros serán –de 11:30 a 14:30 y de 18:00 a 20:30 horas– el reclamo de los más y menos lectores. Las librerías Amarilla, Del Burgo, Iglesias y Ateneo ofrecerán un 10 % de descuento en las compras.
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Recientemente se publicaba el Barómetro de Hábitos de Lectura de 2021. El informe constata que el aumento de lectores habituales que había motivado el confinamiento se consolida, ya que el 64,4% de los españoles leyó libros por ocio y un 52,7% lo hizo con una frecuencia semanal. Al respecto, Juan Carlos Maté, de la Librería Amarilla, asegura que estos datos generales se han traducido en las ventas de su negocio. «En general, las ventas han mejorado respecto al año pasado, pero incluso respecto a 2019 también se han incrementado. Ha habido más gente que ha leído y se ha traducido en los resultados», confirma. Comparte sus impresiones Javier del Burgo, de la Librería del Burgo. «Efectivamente, la venta de libros se vio incrementada ese año, alrededor de un 10% en nuestro caso. Resulta casi obvio que, al tener que quedarnos en casa y verse reducida la oferta cultural, el libro fue un refugio para algunas personas, aunque ya sabemos que la lectura no es algo mayoritario en España», puntualiza.
Para José Ángel Zapatero, de Ediciones Cálamo y Menoscuarto, es importante destacar que en ese periodo de pandemia «y frente al temor a buscar refugio de ocio únicamente en medios audiovisuales, que requieren menos esfuerzo», la respuesta ha sido que «el libro ha resistido, y no solo no ha habido un desplazamiento de la lectura, sino que se ha visto reforzada». «Efectivamente, en este periodo se ha leído más y se han captado nuevos lectores, lo que ha significado, también, un aumento de la venta de libros para las editoriales», asegura.
Para Wifredo Román, de Aruz Ediciones, esta tendencia viene desde los últimos años, en los que ha habido «un cierto incremento en el número de lectores, aunque eso necesariamente no debe identificarse con la venta de más libros, ya que esos estudios de lectura incluyen distintos soportes y formatos, además del libro». Y es que, según el barómetro, el incremento del tiempo dedicado a la lectura en el tiempo libre ha registrado un crecimiento del 6,5% en los últimos diez años. En todo caso, afirma Román, «es una tendencia positiva que haya decrecido el número de personas que reconocían que nunca leían nada».
No obstante, y según los datos de este barómetro que elabora la Federación de Gremios de Editores de España, sigue existiendo un importante porcentaje de población que nunca lee o que lo hace casi nunca (un 35,6%).
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La mejora de estos índices se produjo en la totalidad de las comunidades –en Castilla y León se ha pasado del 60,9% de 2019 al 61,7% de 2020 y al 62,6% de 2021, y esta última cifra sitúa a la región por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 64,4%–.
El 23 de abril, la fecha en la que fallecían grandes literatos como William Shakespeare o Miguel de Cervantes, bajo el paraguas de la UNESCO, también supone una excusa para alentar a los más jóvenes a descubrir el placer de la lectura y a respetar la contribución de los creadores al progreso social y cultural. Es reseñable que el estudio sitúa el tramo con mayor población lectora a la franja comprendida entre los 14 y los 24 años (74,8 % de población lectora en tiempo libre). Un sector de la población que, para Del Burgo, puede diferenciarse a grandes rasgos en dos grupos.
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«Aquellos que prefieren la ficción para evadirse en cierto modo de la realidad y los que buscan comprender esa realidad a través de libros más realistas», explica. Para ellos hay una oferta inmensa y el abanico de posibilidades es muy amplio, pero «los clásicos siempre ocupan su lugar», concreta Del Burgo, a la vez que destaca que «está resurgiendo el fenómeno del cómic, siendo el manga lo más demandado», un género que también destaca Juan Carlos Maté junto con las novelas románticas.
El libro digital
En ese mismo año también se ha registrado un descenso ligero del porcentaje de lectores en formato digital, al situarse en el 29,4%, casi un punto menos que en 2020. Se trata del primer año que decrece la lectura digital y todo indica que se trata de un formato que ha tocado techo. Algo que ha sorprendido a Juan Carlos Maté.
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«La verdad es que no me lo esperaba», declara. «El electrónico se va comiendo poquito a poquito al de papel, a pesar de que se haya estancado, sobre todo en las edades escolares, y es que muchos centros educativos se están quitando el papel y se va a traducir en lectores de electrónico». añade.
Para Javier del Burgo, hacer cábalas sobre lo que puede suceder en una sociedad tan cambiante «es complicado». «Lo único que tenía claro es que el libro en papel no podía desaparecer, pero nunca sabes hasta dónde va a llegar la curva. Ha bajado mucho la venta de lecturas obligatorias en Secundaria y Bachillerato. Sin embargo, se han incrementado el número de presentaciones que suelen conllevar la venta de algunos ejemplares en formato físico», apunta.
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La casuística es bastante diversa, pero lo que es una realidad es que, a principios de siglo, cuando abrió sus puertas la librería Del Burgo, había una media de diez librerías en funcionamiento. «El dato es un poco engañoso, pues si bien la lectura en formato electrónico ha descendido por debajo del 1 %, los audiolibros han crecido por encima de un 2 %», asegura, al tiempo que incide también en que hay parte de lectores de electrónico que han vuelto al papel.
Trato al cliente
En cuanto a la compra de libros, el barómetro destaca que un 52,3% de los españoles compró algún ejemplar en 2021 (sin incluir los de texto). Son 0,6 puntos porcentuales más que en 2020. Por otra parte, la librería tradicional se mantiene como principal canal para la compra. «Nos mantenemos precisamente por eso, por aconsejar, por el trato que das al cliente y porque la rapidez en el transporte ha cambiado mucho. Ya no hay diferencia si pides un libro por Internet o en la librería, y si no hay diferencia de precio ni de tiempos y puedes mejorar el trato, entiendo que la gente vaya a la librería tradicional», puntualiza Maté.
Noticia Patrocinada
Javier del Burgo define esta experiencia en la librería como una aventura. «Una buena parte de mis clientes saben lo que quieren y también saben que, si no lo tenemos, podremos conseguírselo. A otra parte le gusta ojear, entiende la compra del libro como una aventura en la que no sabe con lo que se va a encontrar y eso es muy bonito. También hay un grupo de clientes que solicita una recomendación o, simplemente a través de una conversación natural, encuentra algo que les satisface», afirma.
La lectura en menores es generalizada y crecen las horas semanales dedicadas a ella. Y es que la literatura infantil sigue siendo un sector en auge. «El infantil se vende muchísimo, se publican cosas tan bonitas y tan llamativas que se mantiene el gusto por adquirir estos libros», asegura Maté. «La ventaja que tienen los libros para niños es que suelen ser ilustrados y en el electrónico lucen mucho menos. Creo que sigue siendo el mejor regalo que le puedes hacer a un niño, después del cariño», corrobora Del Burgo.
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Sobre el presente, Javier del Burgo asegura que «hubiera sido deseable» que se hubiera mantenido esa tendencia, pero sospecha que «este año estamos volviendo a los niveles en los que nos encontrábamos antes de la pandemia». Maté pone su vista en el futuro y reconoce conformarse con «mantenernos como el año pasado». La previsión de inicios de año, explica, «va por ese camino, pero están pasando tantas cosas que no sabemos dónde nos van a llevar». Sea como fuere, 2021 consolidó el aumento notable de lectores que en ese año optaron por las letras de 'Sira', de María Dueñas; 'El infinito en un junco', de Irene Vallejo; 'Los vencejos', de Fernando Aramburu; 'Los ingratos', de Pedro Simón; 'Hamnet', de Maggie O'Farrell; 'El italiano', de Arturo Pérez-Reverte; o 'La bestia, de Carmen Mola'.
Con sello palentino
«Acabamos de publicar 'Los conspiradores', una novela escrita por uno de los autores más importantes y reconocidos de la literatura mexicana contemporánea, Jorge Ibargüengoitia», subraya Zapatero, a quien la apuesta latinoamericana le regaló uno de sus mejores momentos como editor gracias al reconocimiento de Cristina Peri Rossi, creadora en el catálogo de Menoscuarto, con el Premio Cervantes.
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En el mes de mayo llegará otro nuevo título, 'Mi primer viaje a USA', de Carmen Laforet –«un delicioso texto que recoge las impresiones del primer viaje de la escritora a Norteamérica», señala Zapatero– y después del verano, anuncia, «publicaremos, por primera vez en España, a una de las escritoras croatas más importantes, Ivana Bodrožić. Será con 'Hotel Tito'».
Si la literatura de autor conforma la apuesta de Zapatero, Aruz Ediciones siempre ha fijado su mirada en la historia y el medio rural. Dentro de unas semanas llegará a los escaparates 'Secundarios de Castilla', un trabajo sobre los antiguos ferrocarriles de vía estrecha de Tierra de Campos que firma el propio Román junto a Ignacio Martín. Poco después, añade, llegará 'Mis amigos y otros animales. Andanzas de un naturalista de pueblo', de Roberto Rodríguez, así como el duodécimo número de la Colección de Historia de la Montaña Palentina, mientras que ya en verano llegará a las librerías 'Cumbres palentinas. Viaje a pie por los pueblos del Alto Carrión', de José Carlos Martínez Mancebo y el segundo volumen de 'Palencia. Momentos, personajes y lugares para la historia', de Javier de la Cruz.
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Desde hace años, las editoriales clásicas compiten en el mismo terreno de juego con la autoedición, un formato que supone un ejercicio de democratización del sector, explican ambos editores. Para Román, «hay muchas obras que, por uno u otro motivo, no tienen cabida en los catálogos de las editoriales, pero la autoedición permite que los autores de esas obras puedan ver materializados sus proyectos». Zapatero comparte su opinión, aunque matiza su respuesta.
«Al no existir un filtro, tiene el peligro de que los árboles, al final, no dejen ver el bosque. El editor es una pieza clave en la cadena del libro, porque, al fin y al cabo, es un prescriptor con una línea editorial definida que el lector reconoce», asegura José Ángel Zapatero.
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