Tres vecinos de San Cebrián de Mudá intentan encontrar cobertura en la única zona del pueblo en la que la tienen.

«Aquí la cobertura es una especie en peligro»

Vecinos de la Montaña Palentina se quejan de que la mala conexión de línea móvil e Internet en sus pueblos les está impidiendo atraer población dispuesta a teletrabajar en el medio rural

Marco Alonso

Palencia

Sábado, 19 de diciembre 2020, 20:15

Llega la Navidad, esa fecha del año en la que no para de sonar el teléfono en casi todos los rincones del planeta. Este año sonará incluso más, ya que la pandemia va a impedir que muchos familiares y amigos se vean, aunque hay varios pueblos de la Montaña Palentina en los que van a tener que hacer un esfuerzo si quieren que suene el teléfono. Uno de esos pueblos es San Cebrián de Mudá, donde la línea telefónica llega «poco y a trompicones», tal y como asegura su alcalde, Jesús González, que hace 10 años se embarcó en un proyecto que pretendía sacar del peligro de extinción al bisonte europeo y que ahora asegura que en su pueblo hay una especie que está en mayor riesgo que el bisonte. «Aquí la cobertura es una especie en peligro, mucho más que el bisonte», afirma el alcalde con sorna, pese a que asegura que este es un problema muy serio.

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Ante la imposibilidad de poder comunicarse con el exterior, a los vecinos no les queda otra que acudir al mismo lugar en busca de cobertura, pero ese punto se encuentra apartado del núcleo urbano. «Tenemos que andar casi dos kilómetros y subir muchos días al monte para coger algo de cobertura porque aquí funciona fatal. Hay un punto en el que cogemos señal de alguna antena distinta a la nuestra y ahí es donde vamos cuando necesitamos hablar con alguien», apunta el alcalde de San Cebrián en un relato que parece sacado de otra época.

Debido al recóndito lugar en el que se asienta San Cebrián de Mudá, los vecinos solo pueden tener acceso a Internet y línea móvil a través de una conexión por radio que, por lo que dice el alcalde, tiene muchas deficiencias. «Si hay tormenta, no funciona; si nieva, tampoco y si hace viento, pues tampoco», explica el regidor, cansado de que su pueblo y otros muchos más de la Montaña Palentina tengan este problema. «En el mundo en el que vivimos quedarse sin teléfono o sin Internet es tan grave como que te corten el agua o la luz. Es necesario que se haga algo para que dejemos de ser ciudadanos de segunda», sentencia.

El alcalde San Cebrián de Mudá cree que estos problemas generan agravios comparativos entre el campo y la ciudad y están impidiendo que se fije población en el medio rural en un momento como el actual, en el que las empresas están virando hacia el teletrabajo y hay muchos trabajadores dispuestos a vivir en el medio rural, siempre que se den las condiciones necesarias para desempeñar su labor. «A través del teletrabajo podríamos tener viviendo aquí unas familias que nos podían ayudar a pasar de 160 habitantes a tener cerca de 200. Con ese volumen de vecinos podría venir el médico al pueblo dos o tres días a la semana y no solo uno como nos pasa ahora. Igual podríamos tener un servicio de transporte más interesante y otros servicios. Cuanto menos tenemos, a menos tocamos y lo que nos está pasando es que porque tenemos malos servicios, se nos están recortando otros», sentencia Jesús González.

Un caso común en el norte

La dispersión de la población en el norte de la provincia hace que las infraestructuras necesarias para dar servicio a todos los vecinos no sean rentables y los casos de pueblos con comunicaciones deficientes son muchos. Buena parte de los pueblos con más deficiencias en este sentido son pedanías de Cervera de Pisuerga y su alcalde, Jorge Ibáñez, tiene claro el diagnóstico. «Este problema afecta principalmente a pueblos ubicados al norte de Cervera. Allí no hay 4G y la cobertura móvil no llega. Los pueblos suelen estar ubicada en zonas de valle y esas son las denominadas zonas oscuras. Tenemos un ejemplo preocupante, que es el de Rebanal de las Llantas porque la falta de cobertura móvil es total, a lo que se suman los cortes periódicos en la telefonía de cable», explica Ibáñez.

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Otro de esos pueblos incomunicados es Helecha de Valdivia, pedanía de Pomar, donde las seis casas en las que aún vive alguien no tienen cobertura, tal y como recalca el alcalde de Pomar de Valdivia, Teófilo Calderón. «No tienen cobertura de ninguna clase. Los vecinos que viven ahí no tienen posibilidad de hablar con nadie», explica el regidor, que confía en que estos problemas acaben pronto gracias a la reciente concesión ministerial a favor de la empresa de telecomunicaciones Adamo, que impulsará el Programa de Extensión de Banda Ancha de Nueva Generación (PEBA-NGA). «La presidenta de la Diputación me ha dicho que van a empezar por esta zona y que sería pronto», afirma Teófilo Calderón.

El programa para mejorar la cobertura, gestionado por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y tiene como objetivo apoyar la conectividad digital de todo el territorio mediante el despliegue de banda ancha en treinta y tres provincias —entre ellas, la de Palencia—, con una inversión total de 186 millones de euros y ayudas por un importe cercano a los 106 millones de euros. «A ver si puede ser que esto cambie pronto y podamos entrar de una vez en el siglo XXI», sentencia el alcalde de San Cebrián de Mudá.

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