Los hoteles esperan coronar un buen verano con el lleno en San Antolín
El ritmo de las reservas infunde optimismo a los establecimientos, que han registrado una alta ocupación gracias al turismo familiar
bárbara rodríguez valbuena
Palencia
Lunes, 20 de agosto 2018, 08:14
El turismo de interior también llena hoteles, alojamientos rurales o campings. Y Palencia, a pesar de ser una ciudad pequeña, presume de estar viviendo un buen verano en cuanto a datos de ocupación turística. Ahora, después de unos buenos meses de julio y agosto, las miradas se centran en las próximas fiestas de San Antolín, donde se espera rozar o alcanzar el lleno en los hoteles de la ciudad.
«La mejor época ha sido la última quincena de julio y la primera semana de agosto. Estamos teniendo muy buenos datos, en torno a un 7% u 8% más que el año pasado en los meses de julio y agosto. Son muy buenas noticias», apunta el director del Rey Sancho, Raúl Pastor. Unos datos positivos que comparte también el Castilla Vieja, donde el balance del verano «es bueno, aunque la nuestra es una actividad plana, continuada, y dentro de ella, las mejores semanas coinciden con las diferentes operaciones de salida y de retorno de vacaciones», explica su director, Eduardo Relea.
Los viajes y estancias por negocio suponen el principal motivo de ocupación de los hoteles de la capital de septiembre a junio. De lunes a jueves la visita a la ciudad se reduce a negocios, y el fin de semana queda destinado a aquellos que quieren disfrutar y conocer su parte turística. Durante el verano el esquema cambia y Palencia se presenta como destino para aquellas familias que buscan una ciudad pequeña y tranquila, pero también como lugar de parada, donde la estancia media es de 1,5 noches por visitante, y como ciudad cultural.
«El perfil base de turista ahora son familias que vienen a pasar unos cuantos días tranquilos. Por supuesto, también hay un gran grupo que quiere conocer la ciudad, pero es un servicio más familiar que turístico en el periodo estival», puntualiza Pastor. «Una de las cosas a mejorar en Palencia sería exprimir su potencial y conseguir de alguna manera que la gente que llegue, decida quedarse más allá que para descansar y seguir con su viaje», añade Relea.
El culmen de ocupación se espera a partir de la próxima semana, coincidiendo con el pistoletazo de salida de las fiestas de San Antolín. «Durante las fiestas aumenta en gran medida la ocupación, sobre todo en los días más marcados, el 2, 3 y 4, donde pasamos de estar a la mitad como ahora, a estar casi completos», señala José María Gutiérrez, de AC Hoteles.
Una tónica que se repite en el resto de hoteles, donde, acorde al ritmo de reservas que ya se han realizado y a las que aún se están realizando para esas fechas, se tiene previsto llegar al lleno. «Con lo que tenemos programado, y a este ritmo, esperamos llegar al 90 o 100% de ocupación para los días puntuales, el 31 de agosto y el 1 y 2 de septiembre, porque a partir de esa semana ya nos desinflaremos un poco hasta bajar hasta un 60% de ocupación», admite Raúl Pastor. En esa línea, Eduardo Relea coincide en admitir que en San Antolín «trabajaremos muy bien y, afortunadamente, estamos en un lugar céntrico».
Además, el calendario de actividades en la programación de estos sanantolines se constituye como uno de los principales motivos de visita a la ciudad. «Este año hay más días de fiesta, y entre las cosas que hay, el cartel de los toros supone una incidencia de visitas enorme», celebra Relea. Una programación que también se aplaude desde el Rey Sancho, pues, según su director, «todo lo que se haga a nivel dar dinamismo a la ciudad a lo largo del año es positivo».
Unas fiestas de la capital que para muchos de sus hoteles suponen el fin de la temporada alta del periodo estival.Es el caso del Rey Sancho, donde «con las ferias vemos un descenso muy marcado, aunque a lo largo de esa semana y hasta casi mitad de mes, como los niños no han empezado el colegio, todavía se da turismo familiar y ayuda a registrar otros buenos datos antes de caer de nuevo», explica Raúl Pastor.
En el Castilla la Vieja, se coincide también en marcar el fin de temporada. «Sin duda, el alza en verano va desde el 15 de julio hasta el 15 de septiembre. A raíz de ahí, disminuye la ocupación en septiembre y cambia totalmente el perfil de los que llegan: trabajo, congresos, pero ya no tanto vacacional y mucho menos familiar porque, por ejemplo, arranca el colegio», admite su director, que espera seguir llenando el hotel durante los primeros meses de otoño con Las Edades de Aguilar. «Creemos que quizás ahora no apetezca tanto la exposición, pero que septiembre y octubre pueden ser buenos, porque la gente va viendo que se termina», confía Relea.
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