
José Ángel Zapatero | Presidente del Gremio de Editores de Castilla y León
«Las grandes editoriales se centran en superventas y eso nos deja un hueco importante»Secciones
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José Ángel Zapatero | Presidente del Gremio de Editores de Castilla y León
«Las grandes editoriales se centran en superventas y eso nos deja un hueco importante»Con una trayectoria de más de dos décadas en el mundo editorial (en 2004 creó la editorial Menoscuarto como segunda marca dependiente de Cálamo, el ... sello que había fundado en los 90 en Palencia y que ahora se incluye en Menoscuarto como una colección dedicada a la poesía), Zapatero acaba de asumir nuevamente la presidencia del Gremio de Editores de Castilla y León. Lo hace en un contexto marcado por los retos digitales, los cambios en los hábitos lectores y la necesidad de dar mayor visibilidad al sector editorial en Castilla y León. El editor palentino defiende una edición profesional, cuidadosa y comprometida con la calidad literaria; reivindica el papel del editor como un filtro necesario entre el autor y el lector, y la importancia de las editoriales independientes en un mercado dominado por grandes grupos.
-Vuelve a la presidencia del Gremio de Editores en un momento de muchos cambios. ¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta el sector?
-El principal reto sigue siendo la visibilidad. Necesitamos que el sector editorial tenga más presencia en librerías, bibliotecas, clubes de lectura y en general en el entorno de los lectores. También en redes sociales y en el espacio digital. Hay que estar donde están los lectores, y eso exige un esfuerzo de adaptación, sobre todo para los sellos más pequeños.
-¿Cómo afecta la digitalización a las editoriales de Castilla y León?
-La digitalización obliga a reinventarse. Algunas editoriales han sabido adaptarse muy bien al formato digital y a la venta online, pero otras todavía están en proceso. El problema es que el mercado está dominado por grandes plataformas que imponen sus reglas, lo que dificulta que las editoriales pequeñas puedan competir en igualdad de condiciones. A esto se suma la piratería, que sigue siendo un problema grave.
-¿La piratería afecta también a las editoriales pequeñas?
-En menor medida, porque lo que más se piratea son los best sellers, pero nos afecta a todos. No está bien aprovecharse del trabajo de otros. Hay muchas personas viviendo de esto, y si no se paga, el sector se empobrece. Desde Cedro se están poniendo a disposición herramientas para denunciar y defenderse de estas prácticas.
-En España se publican cada año más de 85.000 títulos. ¿No hay demasiados libros?
-Hay una inflación de títulos que el mercado no puede absorber. Esto genera una rotación muy rápida en librerías. Por eso la figura del editor es más esencial que nunca. Es el filtro entre el autor y el lector, el que selecciona lo que merece ser publicado. Cuando una editorial es buena, los lectores confían en lo que publica. Sin esa figura, sería imposible distinguir los árboles en el bosque. La figura del editor es clave para mantener la calidad y garantizar que lo que llega al lector merece ser leído.
-¿Qué papel juegan las pequeñas editoriales en este panorama tan competitivo?
-Las grandes editoriales se centran en vender y publicar superventas. Eso deja muchos huecos que las editoriales independientes podemos aprovechar. Hay espacio para publicar cosas muy interesantes, apostar por la calidad y dar voz a autores que de otro modo no tendrían salida. Y eso es imprescindible para enriquecer el ecosistema cultural.
-¿Qué salud tiene el sector editorial en Castilla y León?
-El Gremio aglutina al 95% de las editoriales profesionales de la Comunidad con 26 sellos que abarcan narrativa, poesía, ensayo, cómic, historia, literatura infantil y juvenil, y temas locales. Son editoriales pequeñas y medianas, con una producción de gran calidad. Nuestro peso en el sector nacional es del 4%. Estamos en séptimo lugar, por detrás de Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia y País Vasco. No es un mal dato porque los grandes focos del libro en España siguen estando en Madrid y Barcelona, pero aspiramos a más visibilidad.
-¿Y cómo es el panorama literario en Castilla y León?
-Muy rico. Tenemos un legado literario impresionante y una cantera sólida, con autores emergentes de gran nivel,con propuestas muy interesantes que están publicando tanto en editoriales de la Comunidad como en sellos nacionales. Además, se ha perdido el miedo a situar las historias en nuestra tierra. Cada vez más se habla de temas universales desde lo cotidiano, desde el medio rural o la experiencia personal. Eso añade autenticidad, añade un valor muy especial a las obras.
-¿Qué papel deben tener las editoriales de Castilla y León en el ámbito internacional?
-Tenemos que estar en el mundo. Cuando presidí el gremio en 2010, mi obsesión era esa, estar donde se toman las decisiones del sector editorial y que y todos los agremiados de la edición en Castilla y León estuvieran en el territorio mundial, donde se toman todas las decisiones del mundo de la edición. Empezamos a ir a ferias internacionales. Hemos avanzado mucho, pero hay que seguir profesionalizando el gremio, asistiendo a foros, formándonos y mostrando lo que hacemos fuera. Tenemos una producción editorial que merece estar en el escaparate internacional.
-¿Cree que la literatura escrita por mujeres está ganando el espacio que merece?
-Las mujeres se han ganado su sitio por derecho propio. Son el 72% de los lectores, y eso también ha influido en que se apueste más por su literatura. Nos interesa mucho su mirada, que durante años ha estado ausente o silenciada. Ahora hay escritoras muy potentes haciendo literatura de gran calidad, y las editoriales tenemos que seguir apostando por ellas.
-¿Cómo evolucionan los hábitos de lectura? ¿Leemos más o menos que antes?
-Desde la pandemia, la tendencia ha cambiado. En esos meses muchas personas recuperaron el hábito lector o se iniciaron en él. Se ha frenado la caída del hábito lector. Actualmente, el porcentaje de lectores es del 65,5% en España, y en Castilla y León estamos algo por debajo, en el 63,2%. Aún queda camino por recorrer, pero es positivo que haya descendido el número de personas que no leen nunca. Sin embargo, solo el 51% de la población son lectores frecuentes. Por eso sigue haciendo falta una estrategia clara para fomentar la lectura desde todos los ámbitos. Tendría que haber un gran acuerdo que implicara a todas las partes: instituciones públicas, escuelas, bibliotecas, librerías, medios de comunicación y, por supuesto, editores… a toda la cadena del libro. El objetivo es ganar lectores y, con ello, tener una sociedad más libre y más culta. Todos tenemos que remar en la misma dirección para lograrlo.
-¿Qué papel juegan los jóvenes en ese cambio de tendencia?
-Son fundamentales. El 75% de los lectores están entre los 14 y los 24 años. Es la franja que más lee, lo cual es esperanzador. Hay que seguir conectando con ellos con formatos atractivos, contenidos cercanos y nuevas estrategias de difusión. Un joven que lee, aunque deje de hacerlo durante un tiempo, probablemente vuelva a la lectura. Por eso es tan importante engancharles desde el principio y seguir apostando por ellos.
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