«El flamenco es la música que más transmite del mundo»
El artista jerezano deleita este viernes al público palentino con su estilo ortodoxo y fresco en el Teatro Principal
Jose Rojo
Palencia
Jueves, 1 de febrero 2024, 18:16
La segunda velada del V Festival Noches Flamencas del Teatro Principal, ciclo incluido en la parrilla cultural de invierno del Ayuntamiento de Palencia, cuenta este viernes, a partir de las 20:30 horas, con la presencia del cantaor Vicente Soto Barea, 'Sordera' (Jerez de la Frontera, 1954), que proviene de una saga flamenca de mediados del siglo XIX, una de las pocas que aún perviven. Este cantaor, que recibió el año pasado el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de su tierra natal, ha recorrido más de medio mundo con grandes figuras del arte de la marca 'España', como él mismo lo denomina.
Publicidad
–Procede de una estirpe flamenca con solera: Paco La Luz, La Serrana, Niño Gloria y su propio padre Manuel Soto Monje, apodado 'El Sordera'...
–La gente que conoce el flamenco sabe que nosotros somos una casa cantaora y una saga que se remonta a 1835 con el nacimiento del primero, el seguiriyero de Jerez Paco La Luz, que incluso compuso algunas canciones. Nosotros somos cuatro hermanos y tres hermanas. Por desgracia, la mayoría de las casas cantaoras se van perdiendo y cada vez quedan menos. Actualmente quedamos algunas, pero se han perdido muchas por falta de relevo generacional. Gracias a Dios, de nosotros, los Sordera, las ramas del tronco estamos por aquí.
–Su hermano 'Sorderita', uno de los miembros fundadores de Ketama, es cantaor, guitarrista, cantante, compositor y productor...
–Totalmente. Mi hermano 'Sorderita' junto con mi cuñado, Ray Heredia, fundaron Ketama. De hecho, ambos se conocieron en Madrid cuando, siendo ellos niños, yo era novio de la hermana de Ray, mi mujer. Ahí empezó la historia de Ketama, grupo que revolucionó el flamenco.
–Y qué decir de su otro hermano, el mayor, Enrique, también apodado 'Sordera'…
–También es cantaor, lleva muchos años cantando para la bailaora Eva Yerbabuena. Todos los hermanos nos llevamos estupendamente. No hay ninguna competencia. El cante es natural para nosotros; lo llevamos en la sangre y estamos acostumbrados a cantar en casa desde pequeños. También estaba mi hermano Manuel, a quien todos conocían como 'El Bo', que fue un gran palmero y que falleció hace dos años.
–¿Vicente tiene quien le recoja el testigo?
–Claro que sí. El testigo y futuro de los Sordera es mi hija Lela Soto 'Sordera', una joven cantaora que es nuestra heredera. La pervivencia de nuestra saga ya está garantizada por unos años si Dios quiere. A ver si aparece otro porque ella aún no tiene niños.
Publicidad
–¿Los genes cuentan para ser figura del arte flamenco?
–Tiene algo que ver. Eso no quiere decir que no haya artistas que sin tradición familiar no sean unos fenómenos, que los hay. Aunque yo creo que el cante tiene mucho que ver con la genética. Para el cante hay que tener corazón y transmitir, hay que cantar con el corazón y con alma, así se transmite. Y, sin duda, para tener una larga proyección hay que trabajar mucho. Yo el uno de abril cumpliré setenta años y empecé a cantar profesionalmente con catorce. Fíjate si he trabajado. Yo he dedicado toda mi vida al cante.
–De hecho, en sus inicios trabajó en el tablao Los Canasteros de Manolo Caracol. Defínale como artista y como persona...
–Yo empecé con Manolo Caracol con 14 años, además con él tuve muchísima relación. Como artista, Manolo Caracol ha sido un genio del siglo XX, es uno de los cantaores más grandes que ha dado la historia. Y como persona, en el trato, tenía las rarezas y las virtudes de los genios. Así es.
Publicidad
–El año pasado recibió el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez. ¿Le removió recibir este galardón?
–Pues sí, me hizo mucha ilusión que en mi tierra, Jerez de la Frontera, que es cuna del cante y cátedra de este arte, se haya reconocido mi trayectoria. Me removió pero, al mismo tiempo, también sentí tristeza porque hay grandiosos que ha dado nuestra tierra y que no han sido reconocidos, y eso sí me da profunda pena. Este premio me enorgullece mucho, pero hay otros que he recibido, como el de Córdoba, el 'Pastora Pavón' o el 'Mairena del Alcor', que también me enorgullecen. Los premios son una gratificación a tu trabajo y se les coge mucho cariño; todo es de agradecer.
–Ha actuado en La Scala de Milán, entre otros escenarios. ¿Ha sido una de sus mejores experiencias?
–En una de mis etapas, a principios de los años 70, estuve de gira con Antonio Gades y recorrimos Europa y actuamos en La Scala de Milán, en el Teatro de las Naciones de París o en el Comunale de Roma. En La Scala también estuve con Antonio Ruiz Soler, Antonio el Bailarín. Esto de que estoy hablando, que fue maravilloso, sucedió hace 40 o 50 años. Y hablamos de dos de los grandes bailaores que ha dado la historia.
Publicidad
–¿Qué ofrecerá al público en el Teatro Principal de Palencia?
–Creo recordar que la última vez que actué en Palencia lo hice hace ya años cuando estuve con la bailaora Manuela Vargas y otra gente compartiendo escenario. Pero no me acuerdo muy bien… Lo que voy a mostrar al público palentino es el flamenco que yo llevo, que es ortodoxo y, a la vez, fresco. Voy a recordar la poesía de la Generación del 27 y el paso por lo que es el flamenco clásico y el de mi casa.
–Ha recorrido medio mundo. ¿Qué país le queda por presentar su arte?
–He ido a muchos países… Pero en Rusia no he llegado a andar; no me gusta ese país porque hace mucho frío (risas).
–¿Y en qué teatro le encantaría actuar?
Publicidad
–He trabajado en muchísimos teatros de Europa y del resto del mundo, en Estados Unidos, Canadá, Japón… Me faltaría actuar en el Teatro Real de Madrid, algo que me encantaría.
–¿Cómo le ha recibido el público extranjero?
–En el extranjero se ha recibido el flamenco de una manera especialísima. Hace cuarenta o cincuenta años la gente extranjera se volvía loca con el flamenco, incluso en esa época se le daba mucha más importancia fuera que en España. A Tokio llegué en el año 1972 y el público se volvió loco. El flamenco es la música que más transmite del mundo. En nuestro país desde ya algunas décadas el flamenco está más que reconocido y se ha convertido en la marca 'España'. Nuestra cultura es el flamenco, está comprobado que es algo propio y donde va triunfa. El flamenco nace de Despeñaperros para abajo, que es donde se encuentra su historia, salvo excepciones, como la bailaora y cantante Carmen Amaya, el guitarrista Sabicas y algunas otras figuras significativas.
Noticia Patrocinada
–Atesora quince álbumes en su discografía. ¿Para cuándo el siguiente?
–No sé si llevo quince o dieciséis… Quiero hacer algo con motivo del Premio Nacional de Jerez y me gustaría que saliera de cara al verano. Tengo una idea y a ver si la materializo. Una vez que finalice la gira por el norte de España, me pondré a trabajar en esta historia que aún no tiene definido el título, pero la idea está más o menos clara.
–En sus trabajos discográficos le han acompañado grandes guitarristas. ¿Cuáles le parecen los más virtuosos?
–He trabajado con casi todos, desde Manolo Sanlúcar para abajo. Muchísimos y todos muy grandes. Manolo Sanlúcar, que falleció en 2022, ha sido un fenómeno y si hablamos de los vivos, Vicente Amigo, Tomate… Tantos y todos figuras de la guitarra flamenca. Eso sí, Moraíto Chico (Jerez de la Frontera, 1956-2011), el padre de Diego del Morao, tenía algo especial, tocaba por bulerías con un aire que no ha tocado nadie.
Publicidad
–En su trilogía dedicada a Sevilla, Jerez y Cádiz repasa 40 estilos diferentes del flamenco y es considerada una enciclopedia del cante...
–Totalmente. Ahí está para las nuevas generaciones que quieran información y aprender sobre el cante flamenco; es un espejo. Hay muchísimos más estilos, pero ahí está el triángulo Sevilla, Jerez y Cádiz.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión