Ver 54 fotos
Marta Huerta: «Somos únicos, Palencia no tiene nada que envidiar a cualquier ciudad»
La árbitra Marta Huerta enarbola orgullosa la bandera de 'Palencia con P' y defiende los valores del deporte base en el arranque oficial de las fiestas
Son tres años ya. Los tres que lleva Miriam Andrés como alcaldesa de Palencia con Francisco Fernández como concejal de Festejos. Tres años seguidos, aunque ... desde luego, no han sido tampoco una novedad. Ya antes hubo otros pregoneros deportistas en las fiestas de San Antolín. Sin alejarse mucho en el tiempo, el atleta Óscar Husillos, en 2021, o la gimnasta Sara Bayón, en 2015.
Pero con la árbitra Marta Huerta de Aza, una de las colegiadas españolas de mayor proyección tanto nacional como internacional, son tres los años consecutivos en los que un deportista protagoniza el pregón popular de las fiestas mayores de la capital palentina. Hace dos años fue el entonces capitán del Palencia Baloncesto, Chumi Ortega, y el pasado año, la atleta Marta García.
«Gracias por dar visibilidad a los deportistas y a los valores que el deporte nos da, pero sobre todo gracias por dar importancia al arbitraje, esa figura muchas veces desconocida dentro del mundo del fútbol pero que es tan necesaria en cualquier disciplina tanto de carácter amateur como profesional», señalaba ya al comienzo de su intervención la pregonera popular, al tiempo que defendía su profesión, a pesar de la incomprensión que reciben de forma habitual. «Somos seguramente el colectivo menos querido, pero sentir hoy desde aquí el calor de todos los palentinos y palentinas hace que me enorgullezca todavía más de todo lo que el arbitraje me ha aportado a lo largo de mi vida», ha manifestado esta noche desde el balcón de la Casa Consistorial.
En un pregón sin chupinazo ni fuegos artificiales en solidaridad con las zonas quemadas por los incendios, la pregonera se mostró orgullosa también de sus logros profesionales, de los viajes realizados, de los campos de fútbol recorridos por todo el mundo, pero también reconoció que nada puede compararse a aquellos primeros años de arbitraje en Palencia, a aquel primer partido de prebenjamines en la Isla Dos Aguas, un 17 de diciembre de 2005.
Y así, rememorando aquellos momentos pretéritos, Marta Huerta presentó ante sus paisanos una defensa a ultranza de la importancia del deporte base para la formación de los niños. «Qué importante es recordar de dónde venimos, no dejar de lado esos campos donde cada fin de semana cada madre y padre van a animar a sus hijos e hijas, derrochando ilusión por cada balón que tocan, cada balón que despejan o cada gol que marcan… o cada falta que señalan. Porque sí, los árbitros también tenemos nuestro público», manifestó entre risas.
La árbitra, que previamente había citado grandes estadios como el Santiago Bernabéu, San Mamés o Wembley, no quiso olvidarse, sin embargo, de esos terrenos de juegos en donde se formó inicialmente, como el Cristo, San Juanillo, San Telmo o Pan y Guindas, «esos campos donde hemos visto incluso la evolución de la tierra al césped, donde se ve la ilusión en la mirada de cada niño y niña… eso no tiene precio», incidió, para insistir en esa defensa del fútbol de base. «No permitamos que eso se pierda, que esa inocencia de ayudar al rival, de que reine la deportividad y que el único objetivo sea la diversión y el enriquecernos en valores, se pierda. Ayudemos a que la inocencia y la honestidad de los niños perdure».
Pero lo que más firmemente quiso evidenciar Marta Huerta es su pasión por Palencia, el amor por su tierra, que, según indicó, se afianza cada vez más a medida que su profesión le lleva por todo el mundo. «He tenido el privilegio de estar en dos Eurocopas, un mundial absoluto y dos mundiales sub 20. No podéis ni imaginaros la cantidad de ciudades, monumentos y calles por las que he paseado y conocido. Es por ello que hablo con conocimiento de causa cuando digo que Palencia no tiene nada que envidiar a ninguno de esos lugares», aseveró.
Por ello, fue rememorando aquellos rincones y tradiciones palentinas inolvidables para ella, el río Carrión, la Plaza Mayor, el Cristo del Otero, los cambios de cromos de los domingos, el lechazo y la menestra y cómo no, las fiestas de San Antolín, con sus charangas y sus peñas. «Somos únicos y tenemos que estar orgullosos de nuestras raíces, de nuestra tierra, de nuestros antepasados, de ser de Palencia con P», manifestó, entre la algarabía del numeroso público concentrado en la Plaza Mayor este viernes por la noche.
Y no quiso tampoco olvidarse la pregonera de sus orígenes familiares, de su pueblo, Población de Campos, algo en la que curiosamente coincidía con la presentadora del acto en los dos últimos años, la periodista Marta Caña. «Como estoy muy orgullosa de mis raíces, no puedo olvidarme de mi pueblo, de Población de Campos, porque que sería de nosotros, de nuestra infancia sin los pueblos, sin esos veranos con la bici y las piernas llenas de rasguños». Y este recuerdo le llevó de nuevo a las peñas, a la de su pueblo y también a las agrupaciones festivas de la capital que entre el bullicio y el colorido festejaban cada una de las declaraciones de la pregonera.
Marta Huerta quiso cerrar su intervención con un alegato en favor de la fiesta, de la participación y del disfrute del programa de San Antolín. «Y a los palentinos, ¿qué os voy a decir? Vosotros sois la esencia de estas fiestas. Vuestra pasión, vuestra entrega y vuestro amor por esta tierra hacen que San Antolín sea mucho más que una celebración: es un canto a nuestra historia, a nuestra identidad y a nuestra unión. Así que, ¡vamos a disfrutarlo! Que la música de las charangas no pare, que las risas se escuchen hasta el amanecer y que San Antolín nos bendiga con unos días llenos de felicidad. ¡Viva Palencia! ¡Viva San Antolín! ¡Y vivan nuestras fiestas!», concluyó la pregonera.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión