Virginia Franco Varas, presidenta del Ateneo de Palencia

«La cultura, el pensamiento, el arte y la ciencia nos hace mejores»

–¿Qué simboliza para una persona a punto de cumplir 46 años formar parte de una institución que se creó en 1876, se disolvió en 1926 y se refundó en 2016?

–Formar parte del Ateneo de Palencia como institución abierta a las ideas, a los debates y a las inquietudes de la ciudad y su provincia. Que se hable, que se lea, que se dialogue, que se agite la vida del pensamiento. Incentivar el pensamiento crítico y de manera altruista y potenciar con sencillez y humildad el bienestar y el progreso de Palencia.

–¿Qué ha aportado como presidenta al Ateneo de Palencia? 

–Empezábamos en diciembre de 2022 una nueva etapa para el Ateneo de Palencia en el que todo estaba por hacer; una nueva etapa movidos por la ilusión y el entusiasmo contagiante que siempre hemos tenido. Intento mantener el viento de buen rollo que siempre le ha empujado y le empuja, trabajo con un equipo humano muy comprometido y hablo en este caso de mis compañeros de junta directiva, con los que me siento muy a gusto y de los que intento sacar lo mejor.

–¿Qué representa esta entidad para la ciudad?

–Una oportunidad de ser leales a su propia historia y seguir con una institución que fundaron sus bisabuelos, abuelos y en algunos casos, como el de la socia fundadora Esperanza Ortega, ya que fue su propio padre, Teófilo Ortega, el último secretario del Ateneo en 1926, que después fundaría el Cine Ortega. Un Ateneo es lo menos que se puede pedir en una ciudad que tuvo la primera universidad de España.

–¿Qué valoración hace de la cobertura científica, literaria y artística que presta la organización?

–Más no creo que podamos hacer. Hemos entregado el carné numero 746 este mes. Y hacemos más de 90 actividades cada año. 

–Tras siete años de andadura, ¿el Ateneo está más que consolidado?

–No. Nunca lo está una institución independiente y advertida de su fragilidad. Pero esa inestabilidad, sus crisis, hace confiar en su vitalidad frente a lo mortecino y ruinoso. 

–¿Le augura larga vida?

–La pregunta ya implica que alguien ha pensado lo contrario. Yo nunca. Larga vida en medio de la fugacidad actual de casi todo es ya mucho pedir. Lo decimos al final de cada acto. Pero somos muy conscientes de que el Ateneo causa inquietud, entre el sector acomodado y burócrata cultural mucho más, claro. Que estén tranquilos, podrán seguir durmiendo, no será el Ateneo quien les moleste; serán los tiempos que corren.

–De todas las acciones desarrolladas durante su mandato, ¿cuáles han fortalecido más los cimientos de la asociación?

–La reunión mensual de la junta directiva y el debate abierto que se propone abriendo nuestra sede a las inquietudes intelectuales de las gentes de nuestra ciudad. Recuerdo especialmente el proyecto de Luis Muñoz de crear en Palencia el Museo de Arte Contemporáneo de Palencia en el Colegio de Huérfanas Ferroviarias.

–¿Con más de 400 socios adscritos a la organización es posible alcanzar el consenso en la toma de decisiones?

–Cada año la asamblea adopta acuerdos, pero la junta está abierta a todas las iniciativas de los socios, trabajamos por y para ello y considero que estamos mejorando cada mes. Intentamos buscar el acuerdo, de integrar a muchos en las cosas de todos, de apoyar a quien muestra más determinación e iniciativa, y de no obstaculizar eso, justamente las iniciativas de trabajo, nunca exento de fallas, inexactitudes y malentendidos. Con estos pilares se puede llegar al consenso en la toma de decisiones muy a pesar de las dos mentalidades que acostumbramos a ver: la que acoge con ilusión y entusiasmo los proyectos sólidos y razonados y la que desecha cualquier propuesta porque obliga a despertar o a compartir generosamente.

–¿Las divergencias de opiniones enriquecen el foro interno?

–Lo vivimos en los siete primeros meses y salimos más fortalecidos, y, pasada la crisis, abrimos en tres meses nuestra actual sede de la calle Santa Teresa, ya con Aduriz de presidente. Pero el apoyo a las juntas directivas presididas por Fernando Aduriz y Enrique Gómez ha sido total en cada asamblea. Y en esta última se han aprobado todos los asuntos, las cuentas, los proyectos por unanimidad de votos presentes y votos delegados.

–¿Qué obstáculos ha tenido que sortear en el transcurso de la gestión del Ateneo?

–Salir de la pandemia, abrir de nuevo la sede ha costado, pero poco a poco vamos comprendiendo lo que cuesta la actividad presencial tras los años de zoom. 

–¿A qué obedece el traslado a una nueva sede y cuándo se prevé estrenarla? 

–Obedece a una buena oportunidad, excelente, que se nos ha ofrecido por parte de una fundación. Es mejor ser prudentes y discretos porque hemos hecho lo que había que hacer: aprobar el cambio de sede y el presupuesto. La asamblea ha entendido las razones que explicó el vicepresidente Aduriz para no dar los datos del lugar: aún quedan flecos y es mejor esperar un par de meses. Lo haremos público en cuanto firmemos. 

–Además de este proyecto, ¿qué otros se impulsarán en 2024?

–Vamos a asentar la agrupación Ágora Juvenil, porque estamos dispuestos a apoyar a tope a los jóvenes y crear un auténtico gran colectivo de jóvenes interesados en la vida del pensamiento, del arte, de la cultura. Nos hace ilusión la propuesta de un socio de fomentar el excursionismo por la Montaña palentina. También el apoyo a la divulgación científica y a la sección de Ciencia que dirige el profesor Fran Sanz Requena.

–¿Con qué fin se ha establecido una cuota mínima en las aportaciones de los socios?

–Siempre la hubo, pero al margen de la cuota mínima está la cuota libre. Es decir, en enero 2024 se puede pagar desde 20 euros por trimestre (cuota mínima nueva)hasta 30 euros por mes(cuota máxima). Cada uno decide su cuota. No hemos hecho nunca un problema de esto porque lo mejor del Ateneo han sido y son sus socios y el deseo de que se agite la vida intelectual en Palencia. Nosotros no comulgamos con la cultura digestiva de pago a cambio de confort, sino todo lo contrario. Siempre hemos creído que hacer entender en nuestra época que con una cuota se contribuye a un esfuerzo colectivo y no a una obtención de beneficios individuales. Ha sido la brújula que nos ha permitido convertirnos en el Ateneo más poblado de España, en proporción al número de habitantes de la ciudad. Algunos, casi 80, viven fuera de Palencia y han entendido que no pagan a cambio de confort. Todos pagamos nuestra cuota movidos por un impulso de ser mejores, pues la cultura, el pensamiento, el arte, la ciencia y escuchar a quienes hacen del estudio su vida nos hace mejores.