El campo anticipa una buena cosecha pero pide una tregua a la lluviosa primavera
Los agricultores muestran preocupación porque las abundantes precipitaciones han retrasado las labores
Este año, por primera vez en mucho tiempo, San Isidro no será invocado para que llueva. Al contrario. En una campaña marcada por una meteorología ... inusual, con precipitaciones continuadas durante la primavera, los agricultores de la provincia de Palencia piden al patrón del campo algo tan simple como quince días de tregua. Necesitan luz y suelo seco para avanzar con las labores que, a estas alturas de mayo, aún están en el aire. Siembras pendientes, forrajes por segar y tratamientos que no han podido aplicarse.
José Luis Marcos Fernández, presidente de Asaja Palencia, resume el sentir del sector. «Desde que soy agricultor, hace 25 años, nunca había vivido un año así». Reconoce que las lluvias han sido continuadas, pero matiza que no han provocado daños directos en los cultivos más comunes de la provincia, especialmente los cereales, que están mostrando un buen desarrollo. Sin embargo, la persistencia del mal tiempo ha impedido avanzar con otros cultivos de primavera como el maíz, la remolacha o el girasol. Lo mismo sucede con los forrajes, cuya siega se está retrasando peligrosamente. En este sentido, advierte que «se están perdiendo cortes y calidad», algo que corrobora David Tejerina, presidente de COAG, quien apunta que «las alfalfas y vezas están amarilleando e incluso pudriéndose por la parte baja».
La situación general del cereal, sin embargo, se valora de forma positiva. También Blas Donis, presidente de UPA Palencia y de la comunidad de regantes del Pisuerga, incide en que trigos y cebadas presentan un buen estado sanitario, aunque comienzan a aparecer hongos en algunas zonas, algo que se está controlando con tratamientos fitosanitarios siempre que las condiciones lo permiten. Blas Donis subraya que «el desarrollo de los cereales es bueno» y que, pese a que queda mucho por ver, la previsión de cosecha es esperanzadora. «El año pasado fue una campaña buena-media. Este año, las perspectivas son incluso mejores», explica.
En cuanto a la afección territorial, los tres responsables agrarios coinciden en que no se han registrado daños graves, aunque David Tejerina señala complicaciones en el norte de la provincia, donde en algunas parcelas «emana agua del suelo» y no se ha podido acceder al terreno para sembrar.
La consecuencia más inmediata de este retraso no es solo una posible reducción en el rendimiento de algunos cultivos de primavera, sino también una menor rentabilidad. La ventana óptima para sembrar se estrecha y, si no se cumple, el ciclo de desarrollo del cultivo se acorta, comprometiendo su productividad. «Cuanto más se retrasa la sementera, menos margen hay para que la planta se desarrolle en plenitud», apunta David Tejerina, quien advierte de que algunas parcelas podrían quedarse sin sembrar si no mejora el tiempo en las próximas semanas.
No obstante, en el lado positivo, este año el agua acumulada ha tenido un efecto beneficioso sobre las reservas hídricas. Como destaca el presidente de Asaja, «las campañas de riego normalmente comienzan en abril y este año, a mitad de mayo, no se ha regado». Esta circunstancia no solo representa un ahorro en el corto plazo, sino que permitirá contar con más recursos hídricos en verano si las altas temperaturas lo exigen.
Pero si algo preocupa a todos, más allá de la meteorología, es la cuestión económica. «Será una buena cosecha, pero no necesariamente rentable», advierte David Tejerina. El presidente de COAG pone el acento en los elevados costes de producción y en la caída de los precios en origen, especialmente en el cereal, que semana tras semana sigue perdiendo valor. «Los costes han sido los más altos que se recuerdan y los augurios para la próxima campaña no son mejores, con el encarecimiento de los fertilizantes debido a los aranceles con Rusia y Bielorrusia», señala.
Por eso, en este San Isidro los agricultores piden más que buen tiempo. Piden precios justos. «Es una pena que acompañe el tiempo, hagamos las cosas bien y todo se pierda por la rentabilidad», lamenta David Tejerina. En la misma línea, Blas Donis reclama que se proteja el trabajo del agricultor frente a la especulación de otros eslabones de la cadena y lanza un mensaje claro a la Administración: apoyar la incorporación de jóvenes, fomentar una agricultura rentable y reducir la burocracia.
Como colofón, Marcos Fernández lanza una petición doble. Al cielo, una pausa en las lluvias. A las Administraciones, «que escuchen a los agricultores y nos dejen trabajar». Porque, aunque este año la cosecha apunte alto, la rentabilidad sigue en juego. Y en el campo palentino, como cada San Isidro, la esperanza crece entre las nubes.
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