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Ana Germana Bernaldo de Quirós, retratada por el fotógrafo Christian Franzen y Nisser para su serie 'Damas españolas'.
La bisabuela palentina de Íñigo Méndez de Vigo

La bisabuela palentina de Íñigo Méndez de Vigo

Ana Germana Bernaldo de Quirós y Muñoz fue el eslabón que unió el linaje del político del PP a la Casa de Borbón

Marco porras

Palencia

Domingo, 24 de marzo 2019, 14:10

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El lector atento sabe que el parlamentario Íñigo Méndez de Vigo y Montojo (Tetuán, 1956) anunció el pasado 11 de marzo que se retirará de la 'primera línea' de la política cuando acabe esta convulsa legislatura, en la que fue elegido diputado del Partido Popular por la provincia de Palencia. De hecho, hasta que se constituyan las Cortes que surjan de las elecciones del 28 de abril, seguirá en el Congreso como uno de los sesenta vocales de su diputación permanente. No obstante, seguirá vinculado al PP, donde milita desde 1986, y a las sedes parlamentarias, ya que prevé regresar al cuerpo de letrados de las Cortes, al que pertenece desde 1981.

Méndez de Vigo cerrará pues su larga trayectoria de tarea política —casi tres décadas y media—, que empezó en 1984 con su llegada al Consejo de Europa de la mano de su mentor, Marcelino Oreja, una carrera que culminó como ministro de Educación, Cultura y Deporte en gobiernos presididos por Mariano Rajoy durante casi tres años (junio 2015-junio 2018), cartera que concilió con la portavocía del Ejecutivo desde noviembre de 2016 hasta esa última fecha, cuando cesó al triunfar la moción de censura socialista.

La inclusión, a finales de 2015, del ya ministro Méndez de Vigo al frente de la candidatura del PP al Congreso por Palencia fue uno de esos ejercicios de 'paracaidismo' que los partidos practican a veces para situar 'en provincias' a quienes no logran colocar en un puesto de elección más o menos garantizada en su respectiva circunscripción (en el caso de Méndez de Vigo, las siempre saturadas y codiciadas listas de Madrid).

Tras anunciar el final de su carrera política, y descartado ya el 'riesgo' que siempre entraña repetir saltos de paracaidismo, quiere uno anotar en estas parrafadas una curiosidad del muy nobiliario árbol genealógico del diputado, una circunstancia que —hasta donde sabemos— aún no se puso de manifiesto… aunque el PP incluso pudo haberla esgrimido como percha donde colgar otra de esas prendas electorales archisabidas por estos lares: el político cunero.

Hace cosa de siglo y medio, nació en la ciudad de Palencia una de las bisabuelas de Íñigo Méndez de Vigo por su rama paterna, mujer aristócrata que llegó a ser dama de las reinas María Cristina y Victoria Eugenia. El personaje, cuya vida es digna de película o novelón, bien merece ahora un repaso, y no solo por esa razón si quieren tan coyuntural del adiós político de su bisnieto… La biografía del político se mantiene relativamente fresca en nuestra memoria, o resulta fácil de pescar en las aguas cibernéticas, aparte de haberse glosado bastante en los medios de comunicación estos últimos años. En cambio, a pesar del papel tan importante que desempeñó en la vida de la estirpe de Méndez de Vigo, muy poco o casi nada se dijo en ellos de su noble bisabuela palentina: Ana Germana Bernaldo de Quirós y Muñoz (Palencia, 19 de marzo de 1866-Vitoria, 11 de septiembre de 1934).

El segundo esposo de Ana Germana, Manuel Méndez de Vigo y Méndez de Vigo, conversa con el rey Alfonso XIII en San Sebastián.
El segundo esposo de Ana Germana, Manuel Méndez de Vigo y Méndez de Vigo, conversa con el rey Alfonso XIII en San Sebastián.

De hecho, esta mujer de la muy vieja aristocracia española constituye el eslabón que vino a emparentar a los Méndez de Vigo con la casa de Borbón, a raíz de los dos sucesivos matrimonios que contrajo Ana Germana. El primero se celebró en Madrid en mayo de 1886, con Luis de Jesús de Borbón y Borbón (1864-1889), primo segundo suyo, e hijo de los infantes Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza y María Cristina de Borbón, su segunda mujer. Tras enviudar, se casó en noviembre de 1890 en Irún con Manuel Méndez de Vigo y Méndez de Vigo (1860-1959), longevo bisabuelo del político popular, que a su vez también fue diputado, allá por 1922, en representación de la provincia de Granada.

Fruto de los dos esponsales, hasta nueve hijos gestó la palentina de nacimiento Ana Germana Pía María de los Desamparados Josefa Joaquina Bernaldo de Quirós y Muñoz. Tal es su nombre completo y bautismal, por si quedaba duda sobre la ancha aristocracia de la señora, y sobre cuán reciente es la estrechez de las casillas de nuestro DNI, carné desconocido en aquellas épocas. Puede afirmarse que Ana Germana vivió encinta o convaleciente de partos la mayoría del tiempo desde su precoz primer casamiento —veinte años recién hechos— hasta cumplir la cuarentena, esposa ya de Manuel Méndez de Vigo.

Del primer matrimonio con Luis de Borbón, I Duque de Ánsola y Grande de España, nacieron dos hijos: el primogénito, Luis Alfonso de Borbón y Bernaldo de Quirós (1887-1942), alumbrado en París, donde la pareja se había establecido; y –en apenas dos años– Manfredo Luis de Borbón y Bernaldo de Quirós (1889-1979). Sin embargo, se cuestiona la paternidad borbónica en este segundo caso… y con no poco fundamento, según Ricardo Mateos Sáinz de Medrano, experto en la nobleza hispana y autor, entre otras, de la ficha de Ana Germana para el 'Diccionario biográfico' de la Real Academia de la Historia.

El investigador Ricardo Mateos sostiene que Manfredo Luis es un hijo adulterino consecuencia de la relación amorosa que ya mantenía con quien sería su segundo marido —el bisabuelo del ex ministro—, una historia propicia para un especial 'Sálvame' de la época: Ana Germana habría aprovechado la ausencia de su infante esposo, establecido en Argel por motivos de su delicada salud, a fin de buscar un tiempo más benigno que el parisino… mientras su esposa optó por no acompañarle a residir en tierras africanas.

El experto lo explica (y con cierto retintín eufemístico) en su libro 'Nobleza obliga' (La Esfera de los Libros, 2006): «Doña Ana Germana, que siempre fue famosa por sus devaneos amorosos, entró en relación con el que luego sería su segundo esposo, don Manuel Méndez de Vigo. Sin embargo, un segundo embarazo de la duquesa la obligó a llegarse a Argel, donde vivía su esposo, para dar a luz allí, aunque a decir de algunos de sus parientes, hacía casi dos años que los esposos no se veían». Al parecer, Ana Germana no llegó a tiempo, pues su marido falleció el 24 de enero de 1889, días antes de que naciera el segundo hijo. El difunto no llegó, pues, a conocer al vástago, pero sí lo reconoció como hijo legítimo al dictar sus últimas disposiciones. Lo dicho: nobleza obliga.

Sepultura de la palentina Ana Germana Bernaldo de Quirós y Muñoz, situada en el cementerio de San Isidro de Madrid.
Sepultura de la palentina Ana Germana Bernaldo de Quirós y Muñoz, situada en el cementerio de San Isidro de Madrid.

El segundo matrimonio de Ana Germana Bernaldo de Quirós, con Manuel Méndez de Vigo, se celebró en Irún el 30 de noviembre de 1890, según la citada ficha del Diccionario de la RAH. Otras fuentes indican que se ofició en el solar de la novia, en la iglesia de San Nicolás de Villoria, en el concejo asturiano de Laviana (curiosamente, el origen solariego de los Méndez de Vigo también es el Principado de Asturias). Fuese donde fuese, tan solo seis meses y medio después de esa boda, el 15 junio de 1891, nació Ofelia, primero de los siete descendientes de ese matrimonio que concibió Ana Germana hasta octubre de 1906, cuando vio la luz la benjamina, Thais.

El abuelo del político del PP fue el varón que nació inmediatamente después de Ofelia: Manuel Méndez de Vigo y Bernaldo de Quirós (París, 1892-Castellón, 1938), cortesano de Alfonso XIII y militar, que alcanzó el grado de comandante y que falleció al ser movilizado en la Guerra Civil. A pesar de su corta vida, dejó también una numerosa prole fruto de su matrimonio con María Consuelo del Arco y Cubas (1898-1971). Nada menos que diez hijos: entre ellos, el padre del ex ministro popular, Íñigo Méndez de Vigo y del Arco (1923-1982), también militar del arma de infantería (como lo fue su progenitor fallecido en el frente).

El matrimonio del padre del actual diputado con Paloma Montojo y de Icaza (1932-2019) —madre del político popular, fallecida el pasado 18 de enero— abrió otra suculenta línea de vínculos de Íñigo Méndez de Vigo con no pocas personalidades de nuestra reciente historia política y cultural… Sirva de ejemplo, su célebre abuela escritora y periodista Carmen de Icaza (1899-1979), baronesa de Claret, título que ahora ostenta su nieto parlamentario del PP, honor rehabilitado en 1951 por Franco para la novelista por su altruista colaboración en la Cruz Roja, aunque algo influiría su trabajo desde 1940 como secretaria general de la Dirección General de Propaganda.

También alcanzó celebridad su hermana (y tía abuela del ex ministro) Sonsoles de Icaza, amante del poderoso ministro franquista Ramón Serrano Suñer, 'El Cuñadísimo'… Y la hija extramarital de éstos, Carmen Díez de Rivera, directora del gabinete de Moncloa con Adolfo Suárez, conocida como 'la musa de la Transición', con quien Íñigo Méndez de Vigo casualmente llegó a coincidir en el Parlamento Europeo: ella, en la bancada socialista (1987-1999); él, en el grupo popular (1992-2011), síntoma claro de que por entonces salía del centro político –donde ambos empezaron– en sentidos contrarios, incluso dentro de la misma familia… Pero los medios de comunicación ya publicaron mucho de todo eso en estos años, también las revistas de papel brillante en colorín y los programas más viscerales de la tele. Hasta se ocuparon de ello libros, novelas, películas, series… No sucede así con nuestra palentina Ana Germana Bernaldo de Quirós y Muñoz, dama de la reina María Cristina, con la que al parecer mantuvo una gran amistad, forjada en palacios cortesanos, embajadas y salones aristocráticos de asistencia muy selecta, como se explica en 'Los salones de Madrid', obra prologada por Emilia Pardo Bazán, publicada a finales del XIX por el mejor cronista de la alta sociedad de la época, el santanderino Eugenio Rodríguez Ruiz de la Escalera (1856-1933), que se ocultó bajo el seudónimo de Monte-Cristo.

Su cercanía a la familia real española le valió a Ana Germana la concesión del marquesado de Atarfe, con Grandeza de España, en 1902, por parte de la regente. «Después también fue dama de la reina Victoria Eugenia –comenta el investigador Ricardo Mateos– y, tras proclamarse la Segunda República, permaneció en España. Falleció súbitamente en Vitoria, cuando viajaba hacia Francia, el 11 de septiembre de 1934, siendo enterrada en el cementerio de San Isidro, de Madrid. Y es que las vidas –por nobles, políticas o biológicas que resulten– tienen su principio y su fin… como las colaboraciones periodísticas, dicho sea de paso.

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