La AECC conciencia a los más pequeños sobre prevención solar

La iniciativa se enmarca dentro del programa municipal 'Pequejuegos', destinado a menores de entre 9 y 12 años, y ha contado con la presencia del concejal delegado del área de Actividad Físico-Deportiva y Salud, Orlando Castro.

Encarna Bengoechea, trabajadora social de la AECC en Palencia, ha explicado que este taller «lúdico y divulgativo» tiene como objetivo «trasladar información importante sobre promoción de la salud, en este caso de protección solar, a través de un cuento y con dinámicas participativas». Según la responsable, esta acción se estrena este año como novedad dentro de las actividades dirigidas a la población infantil, ya que hasta ahora se habían centrado más en aspectos como la alimentación saludable o la actividad física.

«Muchas veces no se tiene esa percepción del riesgo sobre el cáncer de piel cuando estamos debajo del sol o jugando, sobre todo los más pequeños», señala Encarna Bengoechea, quien considera clave actuar desde la infancia. «La piel tiene memoria. Lo que parece una simple quemadura solar puede generar daños acumulativos que se manifiestan años después, en la edad adulta», advierte.

Por ello, el taller ha tratado de incidir en los consejos básicos de protección, como evitar la exposición solar en las horas centrales del día, utilizar protectores solares de alta graduación -preferiblemente con un factor 50 o superior-, así como gorras, gafas de sol, y mantener una buena hidratación. «Beber agua y refrescarse es algo que muchas veces pasamos por alto, pero es muy importante», subraya.

Uno de los mensajes clave que ha querido transmitir la AECC es que la fotoprotección debe aplicarse todo el año, no solo en verano. «Parece que en la piscina se da un poco por hecho, pero verdaderamente estos consejos deberíamos seguirlos durante todo el año», recuerda la trabajadora social. Asimismo, ha incidido en la importancia de reaplicar el protector solar cada dos o tres horas, especialmente tras el baño, la sudoración o si se permanece al sol durante un periodo prolongado.

Además del enfoque educativo, la actividad tiene también una vocación comunitaria. «Los niños son un poco mensajeros de la salud. Si lo trasladan a sus casas, es un factor muy importante para que los adultos también se conciencien», valora Encarna Bengoechea, convencida de que cualquier herramienta de protección «es interesante difundirla, compartirla y asumirla como parte de nuestros hábitos de vida saludable».

La AECC viene observando en los últimos años un incremento del cáncer de piel, especialmente entre la población adulta y joven, por lo que considera prioritario incluir este tipo de contenidos en los programas de prevención desde edades tempranas. «Es muy raro que un niño desarrolle un melanoma, pero hay que empezar cuanto antes porque todo cuenta. Es algo que hay que trabajar muy desde pequeños, porque la piel tiene memoria», concluye.