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Dos personas realizan una operación en el cajero automático de Frómista. Manuel Brágimo

Más de 8.600 palentinos viven en pueblos sin acceso presencial a la banca

Desciende la cifra de habitantes sin servicios bancarios gracias a oficinas móviles, cajeros desplazados y acuerdos con Correos

Domingo, 26 de octubre 2025, 09:44

La provincia reduce el número de habitantes sin servicios bancarios presenciales gracias a oficinas móviles, cajeros desplazados y acuerdos con Correos, aunque el 5,4% ... de la población aún vive en pueblos sin ningún punto de acceso presencial.

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En Cisneros, un municipio palentino de 430 habitantes, la llegada del ofimóvil de CaixaBank el primer miércoles de cada mes se ha convertido en un acontecimiento que marca el calendario y los hábitos de los vecinos. Es el día señalado para sacar dinero, poner la cartilla al día, pagar recibos y hacer gestiones. Antes no había que marcar la fecha en el calendario, ni anunciar en el tablón del Ayuntamiento la llegada de la oficina móvil porque Cisneros contaba con el servicio de Unicaja cinco días por semana. Después fueron tres días, luego dos, con el tiempo se quedó en un solo día a la semana y al final, la entidad echó el cierre definitivo, dejando desatendidos y desamparados a los vecinos que siempre habían confiado en la caja y depositado en ella ahorros e ilusiones. «Fue una gran decepción, porque fueron los vecinos de los pueblos los que contribuyeron al crecimiento de esas cajas rurales que después les abandonaron», se lamenta la alcaldesa de Cisneros, Rosa Aldea.

La historia se fue repitiendo en otros muchos pueblos de la provincia que asistieron impotentes al cierre progresivo de las sucursales de toda la vida, que se llevaron agentes y cajeros. «Los ayuntamientos dimos opciones para que no se fueran. Después ofrecimos facilidades a las entidades bancarias para que al menos prestaran el servicio un día a la semana y para que al menos hubiera un cajero en el pueblo, pero ninguna quiso», continúa Aldea, lamentando que se haya perdido el espíritu social, cooperativo y colaborativo de aquellas cajas de ahorros.

En los últimos dieciséis años, la reestructuración bancaria ha dejado la huella del vacío en muchos pueblos de la provincia. Según el informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), desde 2008, han cerrado 151 oficinas en la provincia, lo que supone una caída del 66,8%. De las 226 sucursales que había entonces, solo quedan 75. Y en su lugar, ha emergido un nuevo mapa de acceso financiero, más diverso y descentralizado, pero también más frágil e insuficiente que refleja los esfuerzos de ayuntamientos e instituciones como la Diputación de Palencia para frenar el vacío que dejaron las cajas de toda la vida.

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Malla de recursos

Según el mismo informe, la red actual incluye 106 cajeros en oficinas, 6 cajeros desplazados, 72 oficinas móviles, 29 agentes financieros, 27 oficinas de Correos, 53 puntos de 'cash back' (mediante el trabajo de los carteros rurales), 8 puntos de 'cash in shop', que permiten sacar dinero en un establecimiento, tienda o gasolinera, y 3 cajeros gestionados por terceros. En total, una malla de recursos que intenta cubrir los huecos que dejó la banca tradicional.

Además de las oficinas móviles, la Diputación de Palencia complementa el servicio con el que ofrecen las oficinas de Correos, entidad con la que la institución provincial cerró un acuerdo para que los vecinos del medio rural puedan sacar efectivo o pagar sus tributos (IBI, recogida de basura, permiso de circulación, agua) en las 17 oficinas postales que hay en la provincia y a través de los 47 carteros y carteras rurales que recorren el territorio. Una medida pensada para evitar desplazamientos innecesarios y facilitar el día a día a las personas que viven en los pueblos aprovechando la capilaridad y la cobertura territorial de la red de oficinas y carteros rurales. En Palencia, incluso, los carteros pueden llevar efectivo a los domicilios y la institución facilita incluso el pago de los impuestos a través de Bizum, con tarjeta de crédito o a través de la pasarela de pago del portal web de la Diputación.

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Las frases

«Es un servicio muy apreciado por los vecinos del medio rural, porque contribuye a evitar la exclusión financiera»

M. José de la Fuente

Vicepresidenta de la Diputación

«No basta con poner un cajero o una oficina móvil. Hay que garantizar que la gente pueda usarlo»

Rosa Aldea

Cisneros

«Es un servicio casi a la carta. Para la media docena de mayores que aún sacan dinero en efectivo, es fenomenal»

Jesús López

Villamartín

Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes. El 23,85% de los palentinos no tiene acceso a oficinas bancarias, y el 21,2% carece de oficina y cajero. La ratio de puntos de acceso por cada 1.000 habitantes se sitúa en 1,6, ligeramente por debajo de la media nacional (1,67) y lejos de provincias mejor conectadas como León o Burgos.

En total, 8.606 personas viven actualmente en municipios sin ningún punto de acceso presencial a servicios bancarios o al efectivo. Son 1.269 menos que el año anterior, –en 2022 eran 9.938 los habitantes (el 6,3% de la población) que no tenían acceso a ningún servicio bancario de forma presencial–, pero aún representan el 5,4% de la población palentina. Un porcentaje que tiene rostro. El de los mayores que no usan banca digital, el de los vecinos de pueblos de menos de 500 habitantes que deben desplazarse kilómetros para sacar dinero o pagar un recibo.

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Mejora en la accesibilidad

El informe del Ivie destaca que la mejora en la accesibilidad se debe sobre todo a tres factores, la expansión de los ofibuses, la instalación de cajeros desplazados y la colaboración con Correos. Estas medidas han permitido que miles de personas puedan realizar operaciones básicas sin salir de su municipio.

A pesar de los avances, el reto sigue siendo enorme. La despoblación, el envejecimiento y la brecha digital complican la lucha contra la exclusión financiera. «No basta con poner un cajero o una oficina móvil. Hay que garantizar que la gente pueda usarlo», señala la alcaldesa de Cisneros. Por eso, muchos ayuntamientos ofrecen cursos para mejorar las competencias digitales, para enseñar a usar wasap o la banca 'on-line', pero sigue habiendo muchas personas mayores que se resisten y a esas personas, las más mayores, como señala Aldea, «tenemos la obligación de darles un servicio presencial». Porque la inclusión financiera no es solo una cuestión de números, es una cuestión de dignidad, de acceso y de presencia.

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