24.800 euros y 7.405 kilos de solidaridad para atender a casi 3.500 palentinos

'La gran recogida', la campaña más importante del año, se presentó este 2022 con el lema 'Comer no puede ser un lujo'. Comenzó el 25 de noviembre y llegó en uno de los momentos de mayor necesidad para la asociación, ya que la despensa, como quien dice, estaba vacía y casi no tenían leche, pasta o legumbres que dar. Se extendió hasta el 6 de diciembre a través de la cajas de los supermercados, con donaciones económicas porque a los Bancos de Alimentos de Castilla y León les resultaba más cómodo para su organización. El dinero recaudado permanece en los supermercados y las asociaciones van haciendo uso del mismo y comprando los productos que van necesitando a demanda.

«Palencia siempre es muy generosa», remarca Rosa Ortega, secretaria del Banco de Alimentos de Palencia. Después de cada recogida lo señala, siempre agradece, en nombre de la asociación, que la provincia no se lo piense dos veces y eche una mano siempre que hay una campaña a los más necesitados. En esta ocasión, el dinero recogido en los supermercados a través de los donativos que se hacían en caja asciende a 24.800 euros. «Está muy pero que muy bien, de verdad. Estamos realmente contentos», reconoce Ortega. El año anterior, en la campaña de 2021, el total también fue elevado, aunque menor que este pasado año. «Se recaudaron unos 18.000 euros, que también es mucho dinero y también se agradece», agrega, dando importancia a todo el esfuerzo de los palentinos.

Los 24.800 euros que se han logrado recaudar en esta última campaña permanecen, de momento, en los propios supermercados en forma de cuenta, que la asociación irá utilizando según se vayan quedando sin los productos más demandados o necesitados por las familias. «Aún no hemos comenzado a utilizarlo, siempre esperamos a que pasen las fechas navideñas porque en esa época tienen mucho jaleo y nosotros pedimos directamente en palés», explica la secretaria de la organización.

Además, aún no ha sido necesario comenzar a gastar todo lo recaudado económicamente porque la sede del Banco de Alimentos, los palés, están repletos de alimentos de donaciones. El colegio Tello Téllez organizó un reto solidario entre las familias de su centro e involucró a otros doce de la capital que también se animaron a participar en el 'Jumper Day'. El objetivo no era sencillo: recaudar dos toneladas de ayuda en forma de alimentos en un solo día. Y no solo se logró, sino que se duplicó. En total se consiguieron 4.616 kilos. «Se han superado con creces. Todos se han volcado y han colaborado y ha salido todo realmente bien», afirma Rosa Ortega, quien aquel día, el 16 de diciembre del año pasado, perdió la cuenta de los viajes que tuvieron que hacer con las furgonetas para descargar todos los kilos de ayuda y solidaridad de las familias palentinas.

Y a estos más de 4.600 kilos, hay que sumar los de asociaciones y empresas que también han querido participar, dar su granito de arena en las fechas previas a la Navidad donde el consumo y los gastos se disparan. 2.789 kilos de alimentos, que llegaron al Banco de Alimentos desde DS Smith, CDF San Antonio, el Ayuntamiento de Husillos, Villada o Becerril, ACUP Radio o la Asociación Juvenil de Cascón de la Nava.

«Hemos recibido en total 7.405 kilos. Es maravilloso porque estábamos bajo mínimos, como nunca. Ahora tenemos leche, pasta, legumbres... Es que no tenía para dar más que un litro o dos de leche», rememora.

El Banco de Alimentos ayuda actualmente a 3.495 personas, una cifra muy alta comparada con el número de usuarios que atendía la asociación antes de la pandemia, que rondaba las 2.000 personas. «A ver si con un poco de suerte, hay gente que se puede dar de baja porque eso significará que las cosas les van mejor», advierte Rosa Ortega, que actualiza los datos de usuarios de la asociación cada seis meses.

Desde la irrupción de la covid, el perfil de las familias necesitadas ha ido variando, ya que ahora se trata de parejas jóvenes, de 35 a 45 años, con hijos en edad escolar y con trabajos muy precarios, cuyas nóminas no les permiten afrontar todos los gastos –cada vez más cuantiosos– que se acumulan cada mes. Antes eran usuarios completamente distintos: personas de entre 45 y 55 años que se habían quedado sin trabajo.

La situación tan delicada, en el sentido de disponer de pocos productos para repartir, que vivía el Banco de Alimentos hasta diciembre era la suma de dos factores. Por un lado, el aumento de usuarios, que ya casi asciende a 3.500, y por el otro la disminución de los donativos particulares en los últimos meses de casi el 40%. Y es que la subida de precios del combustible, energía y alimentación ha obligado a muchas familias a apretarse el cinturón y a dar menos, además de tener que repartir las ayudas con otras asociaciones o situaciones que desgraciadamente se están viviendo actualmente como es la guerra de Ucrania.

Acudir al supermercado y comprar la mitad de productos que antes por el mismo dinero es algo a lo que también se enfrentan desde la asociación, que compra en los establecimientos con las mismas condiciones que cualquier cliente. Aunque eso sí, en vez de llenar un carro, llena varios palés. «Desde la asociación también notamos que el mismo dinero da para mucho menos. Compramos al mismo precio que los demás y sin duda da para mucho menos», advierte la secretaria del Banco de Alimentos.