Jordi Rebellón, a la izquierda, durante la representación. El Norte

Jordi Rebellón: «El pintor de batallas es teatro con mayúsculas, sin paja»

El popular intérprete protagoniza hoy en el teatro Principal la adaptación a las tablas de la novela de Arturo Pérez Reverte

pilar rojo

Jueves, 15 de diciembre 2016, 11:55

Un exfotógrafo de guerra galardonado con varios premios se retira a un torreón para pintar un cuadro con la imagen que nunca logró captar con su cámara. Allí se le aparece Markovic, un héroe de guerra cuya imagen reportó premios y galardones al fotógrafo pero arruinó la vida del protagonista. Este es el argumento de El pintor de batallas, una novela de Arturo Pérez Reverte que el director Antonio Álamo ha adaptado al teatro y que hoy representarán en las tablas del Principal Jordi Rebellón y Alberto Jiménez. El primero, el conocido Doctor Vilches en Hospital central, confiesa que se trata de una obra de teatro «con mayúsculas», de las que no pueden dejar indiferente a nadie.

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Arturo Pérez Reverte fue reportero de guerra. Se nutre de las vivencias en primera persona. ¿Qué dificultad tiene llevar un personaje así a las tablas del teatro?

Una vez que has leído el texto teatral y la novela, hay que analizar el personaje con el director y con el otro actor, Alberto Jiménez, con el que comparto tablas, ver las posibilidades de los personajes. También te documentas sobre un corresponsal de guerra que ha estado no en los hoteles, sino en las trincheras.

El trasfondo de la obra es la guerra de los Balcanes. ¿El mensaje sigue siendo trasladable a todos los conflictos bélicos que se viven hoy?

Claro. Estamos hablando de la guerra de los Balcanes, pero también de la guerra de Alepo. Son una serie de cosas que nosotros lo vemos desde la distancia pero que sigue siendo muy actual.

La guerra es, sin embargo, una excusa para abordar en esta obra otros problemas más existenciales. ¿El mal en general es el verdadero argumento?

Yo creo que el verdadero argumento es la culpa. Porque es alguien que ha visto todo, ha vivido todo y en un momento determinado, decide retirarse y pintar un cuadro. Pero evidentemente hay un trasfondo en mi personaje de culpa, de responsabilidades, que vamos viendo a través de la obra.

¿Cuál es el mal más malo que acecha al mundo de hoy?

El hombre mata y tortura porque es lo suyo, porque le gusta. No es como los animales, que matan por sobrevivir.

Usted encarna el personaje de Faulques, un fotógrafo de guerra que decide pintar la imagen que nunca consiguió con la cámara. Hábleme del personaje.

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Lo que está pintando Faulques son recuerdos vividos, experiencias, cosas que se imagina, cosas que se le ocurren en ese momento... Sobre todo recuerdos de las cosas que ha vivido. Es un exfotógrafo de guerra que lo ha vivido todo, ha estado siempre en primera línea y, en un momento determinado, decide dejar la fotografía, se retira a un torreón y se centra en esa pintura de recuerdos y experiencias. En un momento dado se presenta el croata, que se llama Ivo Markovic, que es a quien fotografió en una imagen que al autor le reportó varios premios, pero que a Markovic le provocó muchísimos problemas con su mujer, con su hijo y con él mismo.

¿Hoy en día existen héroes de guerra?

Existen héroes, pero yo no los busco en la guerra. Son personas que luchan por un ideal, por salvar el planeta... ese tipo de gestos a mí me encantan. Soy antibélico totalmente, porque entiendo que las guerras son siempre por intereses económicos, por petróleo... Para mí los héroes son personas que luchan por ideales como salvar a los demás y mejorar la ida del resto de las personas.

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La opción del teatro

¿Qué le aporta el teatro que no le haya dado el cine o la televisión?

El teatro me aporta la magia, el teatro es en directo. Me aporta estar al lado del público, les oyes respirar y sabes si les está gustando o no. Me aporta al final el aplauso. En la televisión tenemos que esperar a la audiencia, en el cine hay que esperar la taquilla a ver qué pasa... El verdadero actor donde se siente más a gusto es en el teatro.

Usted ya ha llevado a cabo varias representaciones de El pintor de batallas. ¿Qué sensaciones detecta en el público?

Esta función curiosamente es muy especial. Nos impresiona a nosotros porque desde el primer momento se crea un silencio absoluto en el público que dura hasta que acaba el aplauso. La atención se mantiene al 100%. Y creo que es porque el texto de la función no tiene paja, es un argumento donde todo es importante. Yo creo que cuando la gente sale del teatro no dice si le ha gustado o no la función, sino que ha vivido algo. Lo que van a ver quienes acudan a esta representación es teatro en mayúsculas.

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