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Los peregrinos visitaron las bodegas de la localidad de Cevico donde fueron recibidos por los vecinos.
Peregrinos vascos en mula por Palencia camino del Rocío

Peregrinos vascos en mula por Palencia camino del Rocío

Cuatro vecinos de Llodio, hermanados con Coria del Río, hacen un alto en el camino en la localidad palentina de Cevico de la Torre en su viaje hasta el sur de 45 días

Luis antonio curiel

Martes, 12 de abril 2016, 20:06

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Cevico de la Torre ha acogido el paso y la visita de cuatro peregrinos vascos que llegaron en su carreta tirada por mulas para hacer allí un alto en su camino hacia El Rocío. El periplo de esta cuadrilla de romeros comenzó el 1 de abril en la localidad alavesa de Llodio, desde la que partieron Adolfo Guerrero Fito, Andrés Gamilla, José Ramón Larisgoitia y Pedro Zayas, con edades entre los 61 y 71 años. Cerca de 1.000 kilómetros separan a estos alaveses de la ermita de la Blanca Paloma, en la aldea onubense de Almonte, un recorrido que tienen perfectamente estudiado y que les permitirá atravesar la Península de norte a sur. En sus cálculos para llegar a tiempo a la localidad onubense, han previsto 45 días de viaje, con una media de 30 kilómetros diarios divididos en 29 etapas.

Entre la admiración de los vecinos, los peregrinos cruzaron por varias localidades cerrateñas hasta que llegaron hacia el mediodía a Cevico de la Torre. Allí, fueron recibidos por los representantes municipales y por los vecinos, que les mostraron su hospitalidad y ejercieron de perfectos anfitriones para dejar un buen sabor de boca a los peregrinos, con los que compartieron su jornada de descanso. Fue una tarde muy especial, en la que visitaron los principales monumentos de la localidad, compartieron almuerzo en las bodegas para reponer fuerzas, charlaron con los vecinos y descansaron en una antigua nave de ovejas para continuar de nuevo el camino.

El descanso de las dos mulas

El descanso fue agradecido por 'Charo' y 'Chula', las jóvenes mulas que acompañan a los peregrinos alaveses en su periplo hasta El Rocío. Unas mulas adquiridas en la localidad leonesa de Grajal de Campos, en la comarca de Sahagún, y que durante varios meses se han convertido en compañeras infatigables de camino para preparar adecuadamente esta aventura.

A su llegada a Llodio con las mulas, unos vecinos les cedieron un solar para dejarlas allí y comenzar posteriormente los ejercicios de doma. Un trabajo intenso, realizando pacientemente durante varios meses, en los que también han organizado rutas para familiarizar a los animales con el tráfico, los ruidos y todos aquellos menesteres que forman parte de esta aventura. Y es que Charo y Chula son una pareja más de esta cuadrilla de peregrinos y juegan un papel fundamental para que la carreta llegue a tiempo hasta El Rocío.

Adolfo, Andrés, José Ramón y Pedro han preparado esta experiencia durante más de un año, comprobando el recorrido in situ para evitar sorpresas mayores y llevar todas las medidas de seguridad posibles en una ruta que discurre, principalmente por las cañadas reales de ganado. El problema es que la señalización actual no está adaptada a los medios de transporte de antaño, como es la carreta que adquirieron en la localidad navarra de Tafalla y que ya tiene experiencia en peregrinaciones, pues ha ido hasta Santiago dos veces.

15.000 euros de gastos

La peregrinación no está siendo precisamente barata, pues la cuadrilla ya ha hecho una inversión cercana a los 15.000 euros, a los que añadirán otros costes a lo largo del periplo. Un camino que les llevará a encontrarse con la Hermandad de Lucena en Coria del Río, con la que ya se han hermanado.

En su primer encuentro, tienen previsto rezar la Salve y el Rosario y emprender con ellos el camino hasta El Rocío. Estos cuatro jubilados pertenecen a la histórica Cofradía de San Roque de Llodio, fundada en 1599. De hecho llevan la imagen del estandarte de San Roque, patrono de la localidad, para que esté presente en este encuentro tan especial.

El alto en Cevico de la Torre dejó un buen sabor de boca a los peregrinos, que prometieron volver para conocer más a fondo la comarca cerrateña, donde han recibido a manos llenas el cariño y la hospitalidad de sus gentes. Ayer emprendieron de nuevo el camino, al grito de arre y con el deseo de llegar a tiempo a una de las romerías más multitudinarias de España, que cada año acoge a un millón de romeros. Este año Adolfo, Andrés, José Ramón y Pedro pondrán el sello vasco a la romería mezclado con una experiencia intensa de encuentros, que van marcando su día a día. En El Rocío esperan aprender las sevillanas y la Salve Rociera, que de momento van ensayando montados en la carreta. De fondo, en su despedida de Cevico de la Torre, suenan las voces de los romeros cantando Olé, Olé, Olé, al Rocío yo quiero volver, a cantarle a la Virgen con fe.

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