Perra utilizada por el Fondo para la Protección de Animales Salvajes para rastrear veneno.

Un perro de la Guardia Civil rastrea veneno donde se hallaron restos de oso

El can y un guía del Servicio Cinológico seguirán hoy en busca de cebos con sustancias tóxicas en ese paraje de Cordovilla de Aguilar

el norte

Viernes, 1 de abril 2016, 09:39

Un perro de la Unidad Canina de detección de cebos envenenados del Servicio Cinológico de la Guardia Civil con base en El Pardo (Madrid), acompañado por un guía y apoyados por patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del instituto armado, rastreó ayer el paraje el paraje de Cordovilla de Aguilar donde el pasado día 10 se hallaron restos de animal, huesos y pelo de un oso pardo, en busca de sustancias tóxicas que pudieran haber sido causantes de su muerte. El animal y su guía continuarán hoy con su labor y el informe con sus conclusiones se remitirá a la Junta de Castilla y León, que fue quien solicitó su presencia en la zona.

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El pasado día 16, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) corroboró la presencia de veneno en el paraje de Cordovilla de Aguilar donde se hallaron posibles restos de un oso pardo, y acusó a la Junta de Castilla y León de intentar justificar la muerte de este oso para evitar responsabilidades, tratando de ofrecer «una situación de naturalidad y sin intensificar, a través de medios técnicos y esfuerzos humanos, la posibilidad de descubrir la realidad por la que mueren los osos», según señalaba en un comunicado.

Precisamente, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) informó de que había corroborado, utilizando una perra adiestrada, la presencia de veneno en el paraje de Cordovilla de Aguilar en el que se hallaron restos de huesos y pelo de un oso pardo

Los restos, encontrados por un paseante, fueron trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Junta de Castilla y León de Burgos, donde se procedió a su análisis e investigación forense para comprobar si correspondían a un oso pardo. Con posterioridad, la Junta, a través de las pruebas efectuadas por veterinarios, confirmó que los restos óseos encontrados en ese paraje de Cordovilla la Real pertenecen a un oso pardo.

El hallazgo del hueso conocido como báculum o hueso peneano, permitió además identificar al oso como un macho, y se comprobó también que era un ejemplar joven, ya que algunos de los huesos encontrados no presentan osificación completa.

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