«Mi mujer se ha bajado una hora antes en la estación de metro de la explosión»

Su mujer se encontraba ya en el trabajo y sus hijos en el colegio, él se encontraba a punto de salir hacia la representación permanente de la Embaja española en Bruselas, en donde trabaja desde hace un año, cuando sucedieron los atentados. El metro quedó cerrado y decidió regresar a su domicilio, desde donde comenzó una ardua labor telefónica, primero para interesarse por el estado de sus seres queridos y a continuación para atender sus funciones diplomáticas. «Los teléfonos no han parado, hay mucho trabajo, contestar muchas llamadas, tranquilizar a la gente, y, además, los móviles no funcionan del todo bien, no sé ni cómo te ha entrado esta llamada», explicaba hace unos minutos el palentino Jesús Fernández Caballero, quien mientras hablaba por teléfono no dejaba de consultar las últimas noticias por la televisión e Internet. «Están sacando ahora mismo imágenes de la terminal del aeropuerto. Madre mía, cómo ha quedado, la que han liado, la que han liado», comentaba con preocupación.

Su principal desvelo nada más conocer el atentado fue comprobar el estado de sus hijos y de su mujer. Los primeros se encontraban ya en el colegio y a media mañana, todavía no tenía muy claro a qué hora podría acercarse a recogerlos. Por fortuna, el colegio no se encuentra demasiado lejos de su casa, por lo que podrá acercarse a pie, ya que el transporte público no funciona y el vehículo particular no es recomendable, ya que gran parte de la zona centro y el denominado Barrio Europeo, en donde se encuentra las instituciones de la Unión, se encuentran cerrados al tráfico.

«El susto ha sido muy grande, porque el atentado ha sido en la estación de metro en la que se baja todos los días, ya que está muy cerca de su trabajo, puesto que está en la Comisión Europea. Se había bajado una hora antes, por lo que está bien. Ahora el problema está en recogerla. Lo más probable es que se acerque andando a algún barrio fuera de la zona europea y que me acerque yo a recogerla con el coche», explicaba.

La familia tenía pensado volar mañana miércoles hacia España para disfrutar de unos días de vacaciones, aunque ahora no tiene claro sí podrán viajar, tanto por el cierre del espacio aéreo como por las exigencias del trabajo, debido a su labor en la Embajada.