Los bisontes de San Cebrián de Mudá se consolidan como un atractivo turístico

Hace cinco años repicaban alegremente las campanas de la iglesia de San Cornelio y San Cipriano de San Cebrián de Mudá anunciando la llegada de los primeros bisontes a la Montaña Palentina. Tras cuatro días de viaje y más de cinco mil kilómetros, llegaron siete ejemplares procedentes de los bosques polacos. En 2012, después de 1.800 kilómetros, llegaron otros seis bisontes a la reserva palentina procedentes de Holanda y Bélgica. Una atracción turística que ha acercado ya a más de 20.000 personas y que contabiliza unas 5.000 visitas anuales.

Hoy, tras algunas bajas y varios nacimientos (el último, el pasado mes de junio) son trece ejemplares de diferentes edades y sexos los que pastan por el norte palentino, separados en dos parcelas diferentes por una cuestión de consanguineidad. Ocho de ellos, con más facilidad para ser observados, se mueven por un terreno vallado de veinte hectáreas junto al que se ha instalado un mirador para que los turistas puedan verlos en su entorno natural en una pequeña pradera rodeada de un hermoso robledal. Se garantiza al visitante un 98% de posibilidades de poder ser observados.

Estos impresionantes ejemplares forman parte de la Reserva del Bisonte Europeo, Bison Bonasus, y del parque del Cuaternario. Ambiciosos proyectos que poco a poco se están poniendo en marcha en esta atractiva zona de la provincia palentina. Su objetivo es crear un lugar que acoja animales que, estando en peligro de extinción, son capaces de gestionar un territorio y crear posibilidades para todos. Los bisontes viven en una extensa superficie perteneciente a las localidades de San Martín de Perapertú y San Cebrián en la que se quiere introducir otras especies además de los dos ejemplares Przewalski (caballos salvajes) que ya cabalgan por la comarca. Los caballos Przewalski o caballo salvaje mongol llegaron a esta comarca en octubre de 2012. Es la única subespecie salvaje de caballo (no asilvestrada a partir de animales domésticos) que existe en la actualidad. Esta especie llegó a estar cerca de la extinción, pero algunos naturalistas la salvaron de desaparecer. Su estado actual es crítico, reducido a unas pocas manadas. Dos ejemplares machos viven ahora en tierras palentinas esperando la llegada de alguna hembra para su reproducción.

Pero dentro del parque de ocio Mundo Miner de San Cebrián de Mudá hay otros servicios y propuestas que se suman a la Reserva y el Parque Cuaternario. Una de ellas es el Mirador de Las Estrellas, un antiguo secadero de carbón que ha sido rehabilitado como Observatorio Astronómico. Además de la visita al edificio de interés industrial, ofrece una cúpula galáctica, planetarium, proyecciones audiovisuales y dos telescopios que, en directo, acercan al espectador al cielo y sus secretos. Y para quienes deseen pasar una o varias noches en el pueblo, disponen del albergue Goina, que cuenta con 30 plazas.