Un visitante contempla a una joven masái ornamentada.

Las masái en la Biblioteca Pública

Cruz Roja inaugura una muestra con 22 fotografías sobre comunidades de este grupo étnico en Tanzania

Ricardo Sánchez Rico

Martes, 10 de febrero 2015, 11:34

Recolectando maíz, portando leña en su cabeza, en sus chozas o reunidas bajo un árbol para planificar las tareas de la semana, 22 fotografías ilustran la exposición La mujer masái, que se puede ver hasta este sábado en la Biblioteca Pública (Eduardo Dato, 4). Con el objetivo de dar a conocer el día a día, la cotidianeidad de esta comunidad, Cruz Roja Española encargó en el mes de agosto de 2013 esta serie de instantáneas a profesionales de la fotografía, dentro de un proyecto de cooperación para la mejora de las condiciones de seguridad alimentaria y el desarrollo socioeconómico de 1.500 familias en el distrito de Simanjiro, en la región de Manyara, en Tanzania. La exposición, que va a recorrer todas las provincias de la región, además de otros territorios nacionales, fue inaugurada ayer en Palencia por el presidente provincial de Cruz Roja Española, Javier Bravo, a quien acompañaban el gerente territorial de Servicios Sociales de la Junta,Eduardo García Brea; la diputada provincial de la Mujer, Montserrat Infante; la concejala de Mayores, Milagros Carvajal, y la coordinadora provincial de Cruz Roja, Eva Antolín, que habló de las funciones de las mujeres masái y de su importancia en las comunidades de Tanzania.

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«Se encargan de los niños y del mantenimiento de la economía familiar, atienden a los niños, a las chozas, al ganado, pero no tienen capacidad de decisión. Desde pequeñas tienen asumido el rol de tener que tirar de la familia», señalóEva Antolín, que incidió en cómo este proyecto de Cruz Roja persigue una mayor seguridad alimentaria. «Mezclan la sangre con la leche de vaca, que será nutritivo pero supone carencias alimentarias. Antes solo vivían de la ganadería, de las vacas y las cabras, este proyecto intenta enseñarles técnicas de cultivo, de distribución de productos agrícolas, que aprendan a recoger el agua de la lluvia, que construyan presas para mantener el agua. Está dedicado a la mujer para que se forme en la agricultura y el objetivo es que tenga continuidad a largo plazo, que se mantenga en el tiempo», agregó Eva Antolín, que aportó más datos sobre la comunidad masái.

«Los hombres comercian con el ganado, pero no les dejan a las mujeres que intervengan en las transacciones. Cuanto más reses tengan, mayor es su poder. Los hombres son polígamos, pero no tienen más de cinco o seis hijos, aunque no hay control de la natalidad. La esperanza de vida de los masái es de unos 70 años, aunque el control de la edad no está muy claro», agregó la coordinadora provincial de Cruz Roja, ONG que agrupa en Palencia a 5.800 socios. «Los españoles son muy colaboradores, y los palentinos, especialmente», puntualizó Javier Bravo, que destacó la colaboración internacional de la ONG.

En las 22 fotografías de la muestra pueden verse mujeres que caminan varios kilómetros cada día para recoger agua en las fuentes, que son punto de encuentro y socialización; a mujeres que soportan sobre su cuello el peso de 30 kilos de leños para reparar el tejado de sus chozas; a mujeres ornamentadas para bodas o ablaciones; a niños que «obedecen sin rechistar, ya que no es lugar de lloros y pataletas»... En definitiva, el día a día de las comunidades masái en Tanzania.

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