Unos visitantes fotografían los trajes de la reina Isabel.

Los vestidos que desnudan a la reina

La exposición ‘Isabel y su época’ en Fuentes de Valdepero reúne 17 trajes de la serie ‘Isabel’

c. v. g. -ical

Domingo, 6 de julio 2014, 22:27

En el torreón de un insigne castillo renacentista que se alza en pleno corazón de Castilla cuelgan, como a la espera de ser usados, majestuosos vestidos de boda y de coronación que bien podría haber lucido hace casi 600 años Isabel I, más conocida como Isabel la Católica. Son los que utilizó la actriz Michelle Jenner en la aclamada serie de Televisión Española Isabel, y muy cerca de ellos hay otros quince delicados trajes usados durante el rodaje, todos ellos fieles reproducciones de la vestimenta de la realeza del Renacimiento que transportan al visitante a uno de los momentos claves de la historia de España, el reinado de los Reyes Católicos.

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Forman parte, junto a otros enseres como armas, libros, inventos o muebles, de la exposición Isabel y su época. Un viaje por la historia con ojos de mujer, producida por Plateros Multimedia y que la Diputación de Palencia presenta al público hasta el próximo día 27 en la fortaleza de los Sarmiento de Fuentes de Valdepero.

De viaje el año próximo por México, Los Ángeles y Miami

  • Todos los trajes y vestidos son fruto de un laborioso trabajo de documentación llevado a cabo por el figurista de la serie de televisión Pepe Reyes, que reproduce de forma muy precisa los ropajes que se utilizaron entre 1474 y 1504. «Una vez diseñados, las modistas los confeccionaron artesanalmente, copiando los brocados y técnicas de costura que se usaban en la época», añade. Son esas mismas modistas las que se encargan de montar y desmontar la exposición, que viajará el próximo año por España, México, Los Ángeles y Miami.

Manuel Sánchez, comisario de la exposición, asegura que los trajes de la serie no son más que una excusa para poner en valor una figura de la relevancia de Isabel la Católica que, como otras muchas, «ha sido manipulada primero y después caída en la desidia».

Describe a la joven reina de Castilla como una mujer muy inteligente, audaz y culta, la primera que recibió clases de profesores universitario, que sacó a España del oscurantismo de la Edad Media, cultivó el pensamiento renacentista, promovió la navegación y defendió el llamado derecho de gentes, que podría considerarse el preámbulo de los actuales derechos humanos, adelantándose así quinientos años a la historia.

Ese es el mensaje que quiere dejar al descubierto la exposición, y lo hace no a través del patrimonio cultural o artístico, ni de la política, en la que Isabel era una maestra, como lo hacen otras muestras al uso, sino mediante un elemento secundario como es el ropaje.

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«La ropa es la segunda piel de un colectivo: retrata cómo es una persona, cómo piensa... en definitiva, lo dice todo de ella», explica Sánchez. Así, agrega, en contra de la creencia popular de que Isabel era una mujer poco coqueta de la que se dice que no se bañaba, a través de su forma de vestir se descubre lo contrario. «Cuidaba mucho de su imagen porque sabía la importancia que tenía, era presumida y le gustaba presentarse deslumbrante ante su corte», señala el comisario.

Pero su vestimenta no solo habla de la coquetería de la reina Isabel la Católica, sino también de su forma de gobernar, de su voluntad de introducir el pensamiento renacentista en el reino de Castilla y de cambiar las estructuras del Estado. Y la prueba de ello es que usó telas y tejidos como la seda procedente del reino de Granada o la moda exportada desde Italia que reflejan su mentalidad abierta.

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«Nunca antes o después en la historia de la humanidad una mujer, que además solo contaba con 22 años, tuvo tanto poder como lo tuvo Isabel la Católica», añade Manuel Sánchez, que ha querido reflejar ese gran dominio en la muestra con reproducciones del cetro, la corona y la espada de Isabel, objetos que representan todas las formas posibles de poder: era reina, gobernanta e impartía justicia.

La exposición, asimismo, recoge otros objetos personales de la reina, como su testamento, escribanía y varios facsímiles del Renacimiento, como el de rezos de los Reyes Católicos, el Cancionero de Juana de Castilla o el Libro de Horas de María de Borgoña, con bellas ilustraciones de las ciudades más importantes del Renacimiento en Europa. Como muestra de los cambios que introdujo la monarca también se presentan interesantes inventos, la mayoría de navegación que revolucionaron el siglo, además de otros curiosos artilugios como astrolabios, brújulas, ballestas, espadas o mandobles. Completan la exposición varios vistosos trajes de la corte nazarí de Granada, que conquistarían los Reyes Católicos.

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